La política de reforma y apertura ha hecho que el sueño chino tenga un real desarrollo
Callahan sostiene que el país ha ingresado a una era en la que toda persona nacida en China debería sentirse afortunada. El mundo occidental ha caído en una crisis debido al impacto de los atentados del 11 de septiembre de 2001, la guerra en Irak y la crisis financiera. El pueblo chino, sin embargo, es optimista respecto a la llegada del “siglo de China”. El país ha mantenido un desarrollo económico que ha sacado a 300 millones de personas de la extrema pobreza. Hoy es la segunda economía del mundo y un país en vías de desarrollo que busca un nuevo lugar en el escenario internacional.
Después de este notable éxito económico, muchos políticos y líderes de opinión en China se preguntan: ¿qué sigue ahora? ¿De qué manera logrará China que su creciente poder económico derive en una influencia política y cultural en Asia o, incluso, en el mundo?