La aldea de Wanyao, un viaje a través del túnel del tiempo
Antiguos escenarios teatrales
Rozada por un río de agua de manantial, Wanyao se construyó al pie de una montaña y muestra la belleza peculiar de una ciudad montañosa. Un entramado sendero de losas comunica con todos los rincones de la aldea. Como todas las casas se encuentran con el río delante de su puerta, la gente interactúa diariamente con él: allí lavan la ropa, se bañan y hasta se cepillan los dientes. El aprovechamiento de la energía hidráulica completa el paisaje con diez ruedas de madera que dan vueltas día y noche.
300 casas de estructura de madera, la típica residencia popular del lugar, se distribuyen irregularmente en las montañas. Aunque cuentan con diferentes estilos arquitectónicos, las casas construidas en pilotes, de forma octogonal, o edificios de tres o cuatro pisos, tienen la habitación principal que da siempre al sur, y las otras laterales, se orientan al este y al oeste, respectivamente. Son sencillas y confortables a la vez, representan la cristalización de la sabiduría del pueblo, un fósil vivo en la región montañosa del sur de Zhejiang.
Vista de Wanyao.
Se dice que en el apogeo de Wanyao las muchachas ajenas al lugar se sentían honradas de casarse con un lugareño. Todavía se percibe la prosperidad y el lujo de entonces al ver el histórico escenario teatral escondido en medio del verdor de la montaña. Es increíble poder encontrar un escenario tan elegante en una aldea aislada como Wanyao.
Imitando la forma de un caracol, el escenario cuenta en cada piso con un techo muy bien esculpido, representando los episodios de las óperas clásicas. Todas las figuras muestran expresiones vivas y vestimentas de colores alegres, aunque sometidas a centenares de años de viento y lluvia, mantienen intactas las cuidadas pinceladas.
En aquel entonces, los comerciantes, con el fin de conseguir suficientes artículos de porcelana, se alojaban a menudo en la aldea casi por seis meses. Éstas artesanías eran hechas a mano, y tomaba mucho tiempo completar los pedidos. Pero ¿cómo lograban retener a estos comerciantes, y cómo hacían para que les gustara la aldea? Los perspicaces aldeanos reunieron los fondos necesarios para construir un importante escenario. Brindaban espectáculos diarios para los cuales invitaban conjuntos de óperas locales. En este hecho se confirma el talento de los precursores habitantes de Wanyao.
Residencia ancestral de la familia Zhu.
Capital de la porcelana
Wanyao fue considerada la capital de la porcelana. En el Museo de la Porcelana de la aldea se exhiben toda clase de artículos que registran la historia local y narran al turista lo sucedido.
Hace más de 300 años, los primeros residentes, en su mayoría, provenían de Lianjiang, Fujian, y llegaban huyendo del caos de la guerra. Atraídos por la belleza paisajística del lugar, se establecieron a labrar la tierra y construir casas. Ellos trajeron la técnica para elaborar porcelana, y transmitieron su arte. Aprovecharon los “tres tesoros” del lugar: agua como fuerza motriz, leña como combustible y arcilla cerámica como materia prima, así forjaron la capital de la porcelana en las montañas. Cuando los pueblos cercanos aún estaban en plena etapa de producción agrícola para el autoabastecimiento, Wanyao ya se había desarrollado y convertido en una aldea de producción profesional de porcelana con una minuciosa línea de producción. Durante los reinos Kang-xi y Qianlong de la dinastía Qing, se hizo famosa en la zona.
Gracias a la prosperidad industrial, Wanyao tenía una población floreciente. Atrajo a más de 4000 personas a vivir aquí. Los tazones salidos del horno de Wanyao eran de múltiples variedades, satisfacían la necesidad del pueblo en la vida diaria, y se vendían, no solo en diferentes distritos de Wenzhou, sino también en otras provincias como Jiangsu, Anhui, Shandong y Taiwan.
El antiguo escenario teatral de Wanyao.
Un futuro incierto
Con el desarrollo de la tecnología fabril de la porcelana aparecieron, sucesivamente, los hornos de hulla, de electricidad y de gas, con los que se hizo realidad la producción a gran escala. Los tazones hechos a mano y cocinados en el horno primitivo comenzaron a desaparecer del mercado, y poco a poco se convirtieron solo en recuerdos de los ancianos de Wanyao. Aquella bulliciosa capital de la porcelana volvió a ser una pequeña aldea solitaria, en la que viven menos de 100 habitantes y la mayoría son ancianos. Para que los turistas conozcan la historia, la Administración de Turismo del lugar asignó a Yu Zhenman para mostrar el proceso de elaboración de artículos de porcelana con horno antiguo. El maestro Yu, de más de 60 años de edad, tiene 40 años de experiencia en el sector. Se quedó en la aldea aún después que la Fábrica de Wanyao se declarara en quiebra.
La arcilla figulina, de color marrón, está preparada por la acción del martillo de agua y la mezcla íntegra. El maestro Yu toma una masa de arcilla y la pone en el plato giratorio. Al mismo tiempo que gira el plato, las manos de Yu modelan, mágicamente, el barro hasta que toma la forma de un tazón. Según Yu, la fábrica producía mil tazones al día, casi sin ninguna diferencia entre ellos. Además de tazones, también se hacen copas, lámparas de aceite, vasos y otras 100 variedades de artículos.
Alero del antiguo escenario teatral de Wanyao.
Yu gana solo 300 yuanes al mes pero siente alegría, porque a los turistas les gusta su demostración. Sale al campo en sus tiempos libres para la labranza. A veces, pisa la tierra y siente que es la arcilla, la misma que utiliza para elaborar porcelana. Su hábito hace que siempre se agache a explorarla e investigarla.
El fuego del último horno de Wanyao también ha sido apagado. Nadie sigue viviendo de la elaboración de los tazones y el maestro Yu tampoco puede lograr una vida digna solo con sus manos hábiles, como antes. Los jóvenes y fuertes se van de la aldea a trabajar a otros lugares o hacer negocios, y la labor agrícola queda en manos de los ancianos del lugar, quienes, además, se ven obligados a recorrer largos caminos para conseguir los artículos de uso diario.
Pero hay quien aconseja que Wanyao se dedique nuevamente al viejo oficio, porque la porcelana sigue teniendo gran demanda en el mercado. A principios de los años de 1980, un equipo de investigación de Japón vino a conocer las costumbres populares de Wanyao. Desde entonces, este pequeño pueblo atrajo más atención. Luo Zhewen, calificado experto en el círculo de las reliquias culturales, después de su visita por aquí, hecha en la década de 1990, aconsejó que Wanyao solicitara la inclusión como Patrimonio de la Humanidad de Historia y Cultura.
Una de las ruedas hidráulicas.
¿Dónde está el futuro de Wanyao? El tiempo dará la respuesta.
Tips:
1. Transporte: Tome un autobús en Wenzhou para llegar al distrito de Cangnan en una hora y media, y luego, en taxi llegará al pueblo, en media hora.
2. Alojamiento: Wanyao no tiene hotel, pero dispone de un pequeño restaurante ubicado en la entrada del pueblo que tiene una capacidad para tan solo diez comensales. Es recomendable alojarse en el distrito de Cangnan.