EL 28 de julio de 1984, en la ciudad estadounidense de Los Ángeles, 353 deportistas chinos, vestidos completamente de blanco y tocados por llamativos sombreros rojos, accedieron en grupo al estadio olímpico Memorial Coliseum. Lo hicieron encabezados por su abanderado Wang Libin, al ritmo de la marcha del Ejército Popular de Liberación y envueltos en la sonora ovación que les brindó el entusiasmado público estadounidense que abarrotaba la grada. El asunto no era para menos. China llevaba 52 años sin participar en el principal acontecimiento deportivo del planeta y por fin estaba de vuelta.

Dos semanas después, la delegación china correspondería a los aplausos al cerrar su participación en los Juegos de la XXIII Olimpiada con un bagaje excepcional: 15 medallas de oro, ocho de plata y nueve de bronce para un total de 32 preseas que colocaron al país en el cuarto puesto del medallero. Seis de esas medallas se las colgó al cuello un deportista inolvidable: Li Ning, rebautizado como el “Príncipe de la Gimnasia”, el primer gran atleta chino que pasó a formar parte de las grandes leyendas del olimpismo moderno.

China ascendió en Los Ángeles el primer puerto de una empinada montaña que acabaría de coronar un cuarto de siglo después en Beijing, cuando acabó los Juegos que organizó en 2008 al frente del medallero. Con 51 oros, consiguió relegar al segundo puesto a EE. UU., con diez preseas más, pero 15 de oro menos, un resultado que anunciaba el inicio de una bonita rivalidad deportiva. Ambos países quedaron, pues, emplazados para Londres 2012, donde el equipo estadounidense volvió a superar al chino al conseguir ocho oros más.

11 de julio de 2006. Liu Xiang sentado sobre su récord mundial en los 110 vallas en Lausana.

Camino a Río 2016

Con los Juegos de Río 2016 a la vuelta de la esquina, cabe preguntarse por las posibilidades del equipo chino. ¿Está en condiciones de recuperar el liderazgo mundial? ¿Podrán los atletas del gigante asiático repetir el éxito de 2008 o fue aquel un éxito pasajero, sustentado en el hecho de competir en casa, empujados por el aliento de su gente?

Todo aficionado al deporte da por descontado que China saldrá triunfadora de los JJ. OO. de Río en un puñado de disciplinas cuyos atletas dominan con puño de hierro. Como le sucede a los judokas japoneses o a los baloncestistas estadounidenses, los chinos son los rivales a batir, por ejemplo, en el tenis de mesa. Desde que esta disciplina se incorporó al deporte olímpico en los Juegos de Seúl 88, China ha ganado 24 de los 28 oros en juego. Pero el país asiático también es una potencia en halterofilia, bádminton, tiro o saltos, por citar algunas.

Sin embargo, las disciplinas deportivas por excelencia en los Juegos Olímpicos, las que más audiencia generan y más portadas acaparan, son las que se disputan sobre el tartán y bajo las aguas del estadio y la piscina olímpicos. Es en las pruebas de atletismo y natación donde encontrará China la verdadera piedra de toque en la que medir su potencial. Y en ambas ha recibido este año que acaba buenas noticias.

“Es obvio que China jugará un papel fundamental en el desarrollo de nuestro deporte de aquí en adelante”, dijo el ex campeón olímpico Sebastian Coe, presidente de la IAAF, tras el Mundial de Atletismo celebrado en agosto en Beijing. Coe, como todos los que acudieron al Estadio Olímpico, vio que el atletismo chino, lejos de caer en la intrascendencia tras la retirada de Liu Xiang, oro en Atenas 2004 en los 110 vallas, ha sabido recomponerse.

“La plata del relevo es muy indicativa del progreso que han hecho los atletas chinos”, añadió Coe. Se refería, claro, al relevo del 4x100, donde el equipo que formaron Mo Youxue, Xie Zhenye, Su Bingtian y Zhang Peimeng, consiguió un éxito histórico al concluir solo por detrás de los jamaicanos, liderados por el irreductible Usain Bolt.

Pero los éxitos chinos fueron múltiples y variados y así lo son sus posibilidades para Río: las platas mundialistas de Lui Huihui y Zhang Wenxiu en lanzamiento femenino de jabalina y martillo, respectivamente, así como el bronce de Gong Lijiao en lanzamiento de peso, animan a pensar en la posibilidad de que consigan ascender algún peldaño más en el podio de Río.

Pero el atletismo chino también tiene balas en los 20 km marcha. Lo demostraron Liu Hong y Lu Xiuzhi, oro y plata respectivamente en la prueba femenina, y Wang Zhen, que ya fue bronce en Londres 2012 y que acabó segundo en el Mundial de Beijing.

Li Ning, el “Príncipe de la Gimnasia”, en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984.

6 de agosto de 2015. Ning Zetao salta a la piscina para lograr el primer oro de la historia para China en los 100 libres.

 

La piscina olímpica

La natación masculina ha sido tradicionalmente territorio yermo para el equipo chino, que no consiguió su primera medalla olímpica hasta Beijing 2008, con la plata en los 400 libres de Zhang Lin, ni su primer oro hasta Londres 2012, gracias a las victoria en los 400 y 1500 libres de Sun Yang, la gran estrella de la natación china.

En el Mundial disputado en Kazán en julio y agosto, Sun se impuso en los 400 y 800 libres, y finalizó segundo en los 200, quedándose sin disputar la final de los 1500 por unos dolores en el pecho, por lo que es candidato a ganar hasta cuatro oros en los Juegos de Río.

Sin embargo, la actuación más inesperada fue la de Ning Zetao, que consiguió el primer oro de la historia para China en los 100 libres.

El bronce de Wang Shun en los 200 estilos, prueba que domina el estadounidense Ryan Loche, es otra de las posibilidades de la natación china, que tiene en sus nadadoras otro ramillete de opciones. Fu Yuanhui y Liu Xiang, por ejemplo, que acabaron primera y tercera, respectivamente, en los 50 espalda de Kazán. O Zhang Yufei, bronce en los 200 mariposa con récord del mundo junior incluido. Por no hablar del equipo de velocistas formado por la propia Fu Yuanhi, junto a Shi Jinling, Lu Ying y Shen Duo, oro en el 4x100 estilos y bronce en los 200 libres.

Añádase a todo lo anterior que los clavadistas chinos conquistaron diez de los trece oros en disputa en las pruebas de saltos, que China es una potencia en natación sincronizada, al acecho del hasta ahora imbatible equipo ruso, que su equipo femenino de voleibol viene de proclamarse campeón del mundo en Japón, o que en el Mundial de Gimnasia Artística, disputado el mes pasado en Glasgow, You Hao y Fan Yilin conquistaron sendos oros en barras paralelas y asimétricas, y sáquese entonces la suma.

China acudirá a los Juegos de Río con una delegación de atletas enormemente competitivos y con la motivación de recuperar el liderazgo mundial que perdieron en Londres.