Una vida entre dos ciudades

Guo Xinyu.
EL 20 de noviembre de 2015, a las 6:30 de la tarde, en la Estación Ferroviaria Sur de Beijing, Guo Xinyu, de 41 años de edad, subió al tren interurbano para ir a Tianjin. Allí vivía y trabajaba para la sucursal del Grupo Huaneng de China. Por su buen desempeño, fue enviado a la matriz de la compañía en Beijing en 2011 y asumió el cargo de gerente, pero por la comodidad de sus padres y su hija, no trasladó su residencia de Tianjin a la capital, sino que empezó una vida entre dos ciudades. Desde entonces, el tren entre Beijing y Tianjin se ha incorporado a la vida de Guo.

11 de febrero de 2015. Beijing pone a disposición del público una mayor cantidad de trenes de alta velocidad que circulan de madrugada. CFP
El ferrocarril facilita el desplazamiento
“Actualmente, por causa de mi trabajo, realizo cuatro o cinco viajes de ida y vuelta entre Beijing y Tianjin a la semana”, concretó Guo. Su hija está en cuarto curso de la escuela primaria y tanto en sus estudios como en la vida cotidiana depende mucho de su papá. “No quiero perderme su crecimiento, que solo dura unos pocos años”. Las palabras de Guo revelan el afecto de un padre hacia su hija. Sin embargo, no es poco lo que él gasta en movilización para llevar esta clase de vida.
Tianjin dista más de 100 kilómetros de Beijing. El tren interurbano demora media hora en llegar. Cada diez minutos sale uno. El precio del ticket de segunda categoría cuesta 54,5 yuanes, o sea que Guo gasta más de cien yuanes cada día. Aún así, es más barato que alquilar o comprar una vivienda en Beijing.
La tianjinesa Wang Xueying trabaja en la zona de Chaoyangmen, al este de Beijing. Antes alquilaba un dormitorio en el barrio de Tongzhou. Cada día, el viaje para ir desde su dormitorio hasta su oficina la dejaba agotada. Después de hablar con sus padres, decidió ir y volver cada día entre Beijing y Tianjin. “Como soy soltera, cuando regresaba a mi dormitorio en Beijing nadie podía ayudarme a preparar la cena, no como ahora. Todo el viaje demora solo una hora, mi papá me recibe en la estación ferroviaria de Tianjin y al llegar a casa, la cena ya está lista porque mi mamá la prepara”, contó esa chica. “Después de tener una vida entre dos ciudades, para mí Tianjin y Beijing parecen una misma ciudad, el tiempo que demoraba en trasladarme desde Chaoyangmen hasta las afueras de Beijing era mayor que lo que tarda el tren interurbano”.
Actualmente, China cuenta con varias líneas de tren interurbano que facilitan y reducen los tiempos de desplazamiento de multitud de viajeros que los toman a diario. Por otro lado, las estaciones de los trenes entre Beijing y Tianjin están conectadas con las paradas de metro de estas dos ciudades, lo cual proporciona grandes facilidades, no solo reduce el tiempo del viaje, sino que también disminuye la influencia del clima en el desplazamiento.

Facilidades en todas partes
Con el objetivo de brindar facilidades durante los Juegos Olímpicos de Beijing, en agosto de 2008, la primera línea ferroviaria de alta velocidad de China, el tren interurbano entre Beijing y Tianjin, se puso en funcionamiento oficialmente. Todo el trayecto medía 115 kilómetros y, por su alta velocidad, el tren tardaba solo media hora. Un mes después, la trayectoria se extendió hasta Binhai, convirtiéndose en una línea que enlazaba Beijing y el puerto comercial de Tianjin y promoviendo la integración económica en la región Beijing-Tianjin-Hebei.
Posteriormente, cuatro líneas horizontales y cuatro verticales de transporte de viajeros se pusieron en funcionamiento. Con esto, las ciudades cercanas pueden compartir sus recursos humanos, mientras que cada vez más jóvenes escogen este tipo de vida interurbana.
Al recordar los días sin el tren de alta velocidad, Guo Xinyu dice: “Antes de trabajar en la sede de la empresa, yo solía viajar a Beijing por mi trabajo”. En 2007, Guo tomaba un tren de color rojo y el viaje duraba 75 minutos. Él estaba muy satisfecho por eso, pues antes del tren de color rojo, tenía que tomar un tren de color verde que pasaba por Tianjin, que demoraba tres horas en llegar a Beijing y que no tenía acondicionador de aire en los vagones. Cuando se encontraban con nieve en invierno o calor en verano, “era una experiencia fatal”.
Muchos tienen la misma sensación que Guo Xinyu. Por ejemplo, Zhang Limin tiene casa en Tianjin, pero actualmente vive en Beijing para cuidar a su nieto. Su hija entró en una universidad de Beijing en 2001 y se quedó en la capital después de graduarse, se casó y tiene un niño. Antes de que funcionara el tren de alta velocidad, ella y su hija viajaban entre Beijing y Tianjin por autopista, pues, “en aquel momento, era muy molestoso tomar el tren”. En esa época solo el tren K215, cuyo destino era Tumen, de la provincia de Jilin, pasaba por Tanggu, Tianjin. Había numerosas paradas y mucha gente. En cambio, si tomaba la autopista, ella misma se encargaba de la seguridad de su hija. Ahora todo ha cambiado. Por la tarde de cada viernes, Zhang Limin viaja a Tianjin en el tren de alta velocidad para reunirse y pasar el fin de semana con su marido y regresa por la tarde del domingo a Beijing. Ella dice en broma: “Mi marido y yo estamos experimentando el modo de vida de los jóvenes”.
Las facilidades que brinda el tren de alta velocidad también benefician a los habitantes de Shanghai y las ciudades cercanas de las provincias de Jiangsu y Zhejiang. El 25 de noviembre de 2015, el primer ministro Li Keqiang invitó a los dirigentes que participaron en la IV Cumbre de China-Europa Central y Oriental a tomar el tren de alta velocidad desde la parada Norte de Suzhou a la parada Hongqiao de Shanghai. En total, el trayecto de 100 kilómetros duró solo 20 minutos.

20 de septiembre de 2015. El tren de alta velocidad Beijing-Tianjin llega por primera vez a Yujiapu, en Binhai. Cnsphoto
Buenos servicios
Durante los cuatro años en que tomó el tren de alta velocidad para ir al trabajo, Guo Xinyu presenció un solo retraso y un solo caso de avería. Por eso, está muy satisfecho con este servicio y lo prefiere en lugar del avión cuando se trata de viajes que duran cinco horas en tren.
Para ofrecer mejores servicios, el China Railway Construction Group Co., Ltd. lanzó en 2012 la tarjeta Yin-tong, similar a la “tarjeta mensual”, es decir, que quienes toman el tren deben depositar a menudo dinero en esta tarjeta y con ella pueden pagar el tren. Según Guo, por el momento, hay más de 70 mil viajeros que usan esta tarjeta. “Hay unas 50 mil personas que, como yo, toman el tren interurbano más de 165 veces al año”, expresa Guo. Es un grupo grande.
Antes de la tarjeta Yintong, había otra llamada “tarjeta Kuaitong”, pero tenía un problema. Los viajeros no tenían número de vagón ni número de asiento, entonces, de vez en cuando, peleaban con los que sí tenían número. Para resolver este problema, dicho grupo cambió el chip y ahora el viajero debe imprimir su número de asiento en la máquina que provee códigos y, luego, pagar con la tarjeta. Con esto se mejoró el orden y la eficacia del proceso.

20 de noviembre de 2015. Estación Ferroviaria Sur de Beijing. CFP
Pero todavía falta por resolver un problema técnico: en caso de que el viajero pierda la tarjeta, este puede reclamarla, pero no se le devolverá el dinero depositado en ella. “Una vez perdí una tarjeta, desde entonces, no deposito mucho dinero en ella”, cuenta Guo.
Además de sus colegas, Guo ha podido conocer a muchos amigos que, como él, viajan todos los días entre Beijing y Tianjin.
El tren de alta velocidad, como nudo de conexión entre ciudades, gana popularidad entre los ciudadanos.