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2012-August-9 14:45

Prolongar o no prolongar, he ahí el dilema

El candente debate sobre la edad de jubilación.

Por DANG XIAOFEI y RAFAEL VALDEZ MERA

 

Aunque la tendencia global es la prolongación de la edad de jubilación, en ciertos países latinoamericanos se habla de reducción. Unos dicen que la esperanza de vida ha aumentado y los sistemas de seguridad social no podrán pagar las pensiones jubilares durante muchos años. Otros sostienen que la edad de jubilación debe depender del tipo de trabajo. El debate está abierto, las cartas están echadas.

 

Diciembre de 2003. El Senado brasileño reformó el sistema de jubilaciones y pensiones elevando en siete años los límites de edad para la jubilación y los situó en 60 años para los hombres y 55 para las mujeres. Dicha reforma, que desató masivas protestas, buscaba reducir el inmenso déficit del sistema brasileño de pensiones, que para entonces ascendía a 17.000 millones de dólares. 

 

Septiembre de 2010. El Parlamento francés cambió la edad oficial de jubilación de 60 a 62 años. El objetivo, se dijo, era reducir el déficit presupuestario de unos 32 billones de euros del año en curso. Más de 2,5 millones de personas salieron a reclamar a las calles por la medida. Sin embargo, en junio de este año, la decisión fue revocada cuando el nuevo presidente, François Hollande, anunció un decreto que permite jubilarse a los 60 años. Esta decisión contrasta con la tendencia en dicho continente, donde la Comisión Europea propuso que los 27 países de la UE retrasaran la edad de jubilación hasta los 70 años.

 

Febrero de 2011. En Colombia se discutió un proyecto para elevar la edad de jubilación hasta los 65 años en el caso de los hombres y 62 para las mujeres. En declaraciones concedidas a medios colombianos, el ministro de Hacienda de dicho país, Juan Carlos Echeverry, explicó entonces que para mantener la sostenibilidad del sistema de pensiones se necesitaba “evolucionar hacia una mayor edad de jubilación, para que los jóvenes que entran ahora, y tienen una esperanza de vida más alta, coticen hasta los 65 años en el caso de los hombres y hasta los 62 en el de las mujeres”. La idea incomodó a los congresistas cercanos a los sindicatos e incluso al mismo vicepresidente de la República, Angelino Garzón.

 

En la última década, el tema de la prolongación de la edad de jubilación ha despertado acaloradas discusiones. Brasil, Francia y Colombia no son los únicos países donde este asunto causa polémica. Prolongar o no prolongar… he ahí el dilema. Ambas posturas tienen muchos adeptos y aunque la tendencia global es la extensión, en ciertos países latinoamericanos se habla de reducción. Por un lado están quienes defienden que se prolongue la edad porque la esperanza de vida ha aumentado y es insostenible para los sistemas de segur social pagar pensiones jubilares durante muchos años. Por el otro están los defensores de los trabajadores, quienes sostienen que no se debe imponer una edad de retiro, sino que la persona pueda hacerlo una vez que haya cumplido con sus aportaciones. Esto favorecería a quienes comenzaron a trabajar desde muy jóvenes. Además, sustentan que no se debe generalizar y hay que tomar en cuenta las diferencias cualitativas entre los tipos de trabajo. Por ejemplo, aseguran, las mujeres merecen un trato especial porque no solo trabajan en oficinas, sino que también cumplen tareas en el hogar.

 

Durante el congreso denominado “Cambio demográfico y crecimiento económico”, realizado el año pasado en Brasil, el presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), Luciano Coutinho, defendió un retraso en la edad de jubilación que, en su opinión, debería establecerse en los 65 años para los hombres y 63 para las mujeres.

 

El ministro de Seguridad Social de ese país, Carlos Eduardo Gabas, quien también estaba en el seminario, dijo: “Brasil necesita un cambio cultural. La naturaleza del ser humano es trabajar, pero hay gente que quiere estar todo el día en la playa”. Posteriormente, el ministro criticó que haya ciudadanos que cobren una pensión durante más años que los que trabajaron.

 

El observador del Banco Mundial, Michele Gragnolati, compartió la idea de elevar la edad de jubilación en Brasil por considerar que la esperanza de vida en el país había aumentado y, a la vez, se había reducido la tasa de natalidad.

 

Según datos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), la esperanza de vida promedio en el mundo es de 68 años para ambos sexos, pero en Latinoamérica asciende a 73 años y en Europa occidental, a 80 años. 

 

En su estudio denominado “Mercado laboral y seguridad social en una sociedad que envejece”, la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS) señala que hay diferencias significativas en el comportamiento del trabajo alrededor de la edad del retiro entre América, Asia y Europa. De ese conjunto, los promedios de países asiáticos como Japón y Corea del Sur se parecen más a los de los estadounidenses y canadienses. A los 50 años la mayoría de las mujeres europeas abandonan el mercado laboral y solo el 7% de las personas entre 65 y 69 años trabajan (en Bélgica, Francia e Italia el porcentaje es cercano a cero).

 

En Japón, Estados Unidos, Canadá y el Cono Sur, un gran porcentaje de mujeres se retira del mercado laboral a los 60 años. Para el resto de América Latina y Corea del Sur, la disminución de la participación laboral es menos pronunciada, y en algunas regiones el 25 % de las mujeres entre los 70 y los 74 años siguen trabajando. En el caso de los hombres que tienen entre 40 y 50 años, todas las regiones muestran valores altos y similares de participación laboral, lo que significa que la mayoría de los hombres trabaja a esa edad. Sin embargo, alrededor de los 50 años se observan tres grupos diferentes: los europeos trabajan menos que el resto; los hombres en Japón, Estados Unidos, Canadá y el Cono Sur tienen valores intermedios; y en el resto de América Latina, los hombres trabajan más. Solo el 13% de los hombres europeos entre 65 y 69 años de edad trabajan, mientras que el 30% de los estadounidenses y canadienses y el 60% de los mexicanos, latinos, caribeños, centroamericanos y andinos lo hacen.

 

No obstante, todavía entre los 70 y los 74 años de edad la participación laboral de las mujeres sigue siendo muy elevada en la mayoría de los países mencionados, siendo notoriamente más alta en países como Perú, Honduras, El Salvador y Paraguay.

 

En China también se analiza la idea

En junio de este año, el Ministerio de Recursos Humanos y Seguridad Social de China declaró que tiene la intención de prolongar la edad de jubilación. Una encuesta realizada por people.com.cn, un popular sitio web en China, reveló que solo el 2,4 % de los encuestados está de acuerdo con prolongar la edad de jubilación, mientras que el 93,9 % está en contra.

 

Frente a la preocupación de la opinión pública, Wu Yushao, vicedirector del Comité Nacional de China sobre el Envejecimiento (CNCA, siglas en inglés), señaló que todavía necesitan hacer más estudios para que surja el plan de prolongación de la edad de retiro y sea puesto en práctica. 

 

Tres son los principales argumentos para prolongar la edad de retiro: el incremento de la expectativa de vida de la población china, la tendencia mundial y el alivio de la presión de garantizar los pagos de la pensión. Este último es el que más llama la atención de la población. “La pensión es la razón directa para prolongar la edad de retiro”, dice el profesor Zhan Xinmin, director del Instituto de Administración de Recursos Humanos en la Universidad Normal del Sur de China. En años recientes, con el incremento de la edad de la población y la expansión futura de la seguridad social nacional, todas las provincias de China presionan por el gasto en la pensión.

 

Hace dos años, unos 177 millones de chinos tenían más de 60 años de edad, lo que representa el 13,26 % de la población. Se estima que en tres años alcanzará el 15%. “Si la edad de la población mayor se prolonga por 5 años, el Fondo de Seguridad Social podría recolectar el seguro de pensión por otros cinco años sin pagar la pensión durante ese mismo periodo. Esto aliviaría la insuficiencia del Fondo de Seguro de Pensiones Chino por 20 billones de yuanes”, dice Shen Shuguang, director del Centro de Investigación de Seguros Sociales de la Universidad Sun Yat-Sen.  

 

Además, muchos expertos señalan que la deuda de las empresas de propiedad estatal representa una gran parte de la “cuenta vacía” de la pensión. El término “cuenta vacía” se refiere al hecho de que para satisfacer la necesidad actual de pago, algunos gobiernos locales se apropian de una parte de la pensión para poder subsistir, lo que resulta en un "vacío" de la pensión. Antes de 1996, las empresas de propiedad estatal nunca habían pagado beneficios sociales a sus empleados. Sin embargo, estas personas gozan de las pensiones de seguridad social pagadas por trabajadores contemporáneos después de la reforma del sistema de seguridad social.

 

La otra cara de la moneda

Mientras la tendencia mundial es prolongar la edad de jubilación, en algunos países latinoamericanos ocurre exactamente lo contrario. A mediados del año pasado, en Perú se discutió una reforma de ley para adelantar la edad de jubilación de las mujeres de 65 a 60 años. En Ecuador sucede algo similar.

 

Recientemente la Comisión de Derechos Laborales de la Asamblea Nacional presentó un proyecto de ley que plantea reducir en cinco años la edad de jubilación de las mujeres, es decir que quienes cumplan con 360 aportaciones y 55 años de edad podrían jubilarse. En declaraciones recogidas por medios ecuatorianos, la asambleísta Mercedes Villacrés, autora de la propuesta, sostuvo que la situación laboral de las mujeres es cualitativamente diferente a la de los hombres y su jubilación merece políticas especiales. Ella expuso su propio caso para argumentar a favor de la idea. "Tengo 42 años, padezco de diabetes y cardiopatías, soy estéril, pero soy madre soltera no biológica... ¿Creen ustedes, hermanas, que a los 65 años voy a gozar de una buena jubilación?", sostuvo ante un auditorio compuesto en su mayoría por mujeres.  

 

Con ella coincide Julia Mera, profesora ecuatoriana de 58 años, quien comenzó a trabajar en el magisterio cuando tenía 20 años, es decir, lleva trabajando 38 años y supera de largo las 360 aportaciones que son requisito para la jubilación. “Estoy cansada, las mujeres no solo trabajamos en la oficina, sino también en la casa, merezco descansar, quisiera jubilarme para poder viajar”, menciona.

 

En Bolivia, por otro lado, a fines de 2010, el presidente Evo Morales promulgó una ley que redujo la edad de jubilación a 58 años y aún más para los grupos considerados "vulnerables".

 

Hasta ese momento el requisito era 65 años para los hombres y 60 para las mujeres. Sin embargo, quienes se hubiesen dedicado a la minería y trabajado bajo tierra podrán retirarse a los 51 años de edad.

 

A inicios de este año, el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó el “Informe sobre la estabilidad financiera mundial”. Allí advierte que “la prolongación de la esperanza de vida acarrea costos financieros” para toda la economía.

 

El documento sostiene que es preocupante que la mayoría de la población envejezca, pero también lo es el riesgo de longevidad. Es decir, preocupa que haya menos fuerza laboral joven, pero también que la gente viva más de lo esperado.

 

Dicho organismo afirma que es necesario aumentar la edad de jubilación y las contribuciones a los planes de pensiones, pero también recortar las prestaciones futuras. No obstante, como se trata de una medida impopular, el FMI sugiere que la solución sería aplicar una regla automática que aumente la edad de jubilación a medida que se eleva la esperanza de vida.

 

Aplicar esta recomendación en un país como Perú sería poco viable, pues la edad de jubilación y la esperanza de vida están muy cerca. Actualmente, los peruanos deben jubilarse a los 65 años, mientras que su esperanza de vida es de 73 años, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Lorena Padrón, limeña de 52 años, se opone tajantemente a la idea. “¿Cuándo voy a disfrutar el dinero de mi jubilación?, ¿cuándo voy a descansar?”, se pregunta y ella misma se responde: “Cuando me falte poco para morir”.

 

 

 

 

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