La polémica en torno a la bilis del oso negro asiático
Por ZHANG WEN
La polémica en torno a la bilis del oso negro asiático
Por ZHANG WEN
La bilis del oso negro asiático es un elemento valioso dentro de la medicina tradicional china y su uso terapéutico data de hace 3.000 años. Generalmente sirve para tratar enfermedades hepáticas, aunque también se cree que tiene un efecto antipirético y contra las llagas. La demanda de vesícula biliar de oso negro asiático (también conocido como oso luna por la mancha blanca en su pecho) hizo que estos animales fueran cazados en Asia por miles de años.
En la década de 1880, Corea llevó adelante una técnica de “extracción de bilis de un ejemplar vivo”, la cual sería introducida más tarde en China. Se trata de un método según el cual se inserta una sonda metálica en el abdomen del oso, por donde finalmente se extrae la bilis. Para evitar que la herida se infecte o que el recipiente de la bilis se rompa debido a alguna rascadura del oso, al animal se le cubre con un “chaleco” de hierro de 15 kg de peso. Como resulta muy cruel, este método ha sido descartado en muchos países.
En 1997, la Administración Estatal de Silvicultura de China estipuló que la “extracción no dolorosa” (cirugía de la fístula) debía ser la única forma para extraer la bilis en un oso. Se trata de una pequeña cirugía que forma una fístula permanente en el abdomen del oso, la cual se hace con el propio tejido del plantígrado. Se inserta un tubo flexible en la fístula y la bilis es extraída después de unos diez segundos.
La opinión pública en contra de Guizhentang
La Compañía Farmacéutica Guizhentang, fundada en el año 2000 en la provincia de Fujian, es una de las mayores empresas chinas en el campo de la investigación y producción de bilis de oso, y ha elaborado un sistema de investigación, desarrollo, producción y venta de la misma. Según lo publicado en su sitio web, Guizhentang aplica la extracción no dolorosa de bilis.
Sin embargo, en opinión del inspector general del Departamento de Relaciones Exteriores de la Fundación de Animales de Asia, Zhang Xiaohai, este método no mitiga el dolor del oso. El funcionario explica que los plantígrados se encuentran encerrados en pequeñas jaulas, desde donde se les extrae la bilis cuando se necesita. La herida se mantiene abierta por años, por lo que es muy fácil provocarles una infección en el abdomen.
El 10 de enero pasado, un reportaje publicado en Youth Times reveló la situación de las granjas de osos en la ciudad de Wenzhou, provincia de Zhejiang. El informe se reprodujo en centenares de periódicos, revistas y sitios web, lo que desencadenó una amplia discusión en la sociedad sobre la protección de los animales.
A principios de febrero, la noticia de que la compañía Guizhentang estaba alistando su cotización en bolsa soliviantó nuevamente a las masas. La Fundación de Animales de Asia, que había dedicado muchos esfuerzos a la protección de los osos y había demandado el cierre de las granjas, envió una carta a la Comisión Reguladora de Valores de la provincia de Fujian, en la que expresaba su oposición a la cotización en bolsa de Guizhentang. Más aún, 72 personalidades de China manifestaron su respaldo a la misiva. Fue así como en China comenzó una discusión en torno al cierre de las granjas de osos.
Durante las recientes sesiones de la XI Asamblea Popular Nacional (APN) y del XI Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh), clausuradas en marzo, el tema central fue la preocupación de la opinión pública. El escritor Feng Jicai y el pintor Han Meilin, ambos miembros del Comité Nacional de la CCPPCh, presentaron una propuesta que declaraba que la extracción de bilis de ejemplares vivos era inaceptable en una sociedad civilizada, así ésta se hiciera cruelmente con un “chaleco de hierro” o con una moderna cirugía de fístula. Ambos sostienen que no se debe provocar un trauma o un dolor continuo en el animal solo por fines terapéuticos y comerciales, por no hablar ya del aprovechamiento de un animal de protección nacional de segundo grado.
En la tradición china, el confucianismo preconiza la armonía entre el ser humano y la naturaleza, y sostiene que tanto el ser humano como los animales son partes de un todo y no deben contraponerse. Bajo la premisa de benevolencia hacia los animales, el confucianismo también sostiene que el aprovechamiento de éstos debe corresponder con las leyes de la naturaleza.
“Incentivar la preocupación del ser humano por los animales no es una idea nueva para los chinos. Después de todo, el budismo, de muchos siglos de influencia en China, tiene el concepto central de que todas las criaturas son iguales, por lo que les pide a los creyentes no matar a los animales”. Peter Singer, la figura más representativa en la defensa de los animales, expresó en su libro Animal Liberation su respaldo a la ética en el trato de animales en la cultura china.
En la actualidad, más de 100 países han promulgado leyes contra la crueldad con los animales. En China, la vigente Ley de Protección de Animales Salvajes y los Reglamentos de Administración sobre la Protección de Plantas Silvestres se elaboraron hace más de 20 años, por lo que requieren de una urgente enmienda. En 2009 se inició en China la redacción de la primera ley contra la crueldad con los animales, la Ley de Protección Animal. Sin embargo, el proyecto todavía no ha ingresado al sistema legislativo. Después de lo ocurrido con Guizhentang, en el país crecen las voces a favor de una legislación en este ámbito.
Shen Rui, un experto radicado en Estados Unidos, señaló que “el movimiento de protección a los animales es un fenómeno nuevo en China, que muestra el surgimiento de una clase media que ha empezado a hablar sobre el tema”.
¿Es sustituible la bilis de oso?
“¿Qué opina sobre la extracción de bilis de un oso vivo? ¿La bilis de oso es necesaria para el ser humano?”, fue la pregunta que los periodistas le hicieron al ministro de Salud, Chen Zhu, durante una reunión de la quinta sesión del XI Comité Nacional de la CCPPCh. “No soy un experto en el tema como para absolver esta duda”, señaló Chen. Sin embargo, el ministro consideró que la explotación de los recursos naturales debía seguir el principio de sostenibilidad y conservar así su diversidad biológica. No obstante, cuando surge un conflicto entre el derecho a la vida de una persona y la protección de los animales, el principio debe ser “de los dos males, el menor”.
El ministro Chen sostuvo que uno debe preguntarse si son imprescindibles los medicamentos obtenidos mediante el sacrificio de animales o si la cura puede ser elaborada con otros materiales. “En cuanto a si es sustituible la bilis de oso, creo que los profesionales en medicina tradicional china tienen todo el derecho de opinar y juzgar”, consideró.
El 12 de marzo, más de 30 miembros del XI Comité Nacional de la CCPPCh presentaron una propuesta para Tratar adecuadamente la extracción de bilis de oso y proteger la explotación razonable de recursos de la medicina tradicional china, apoyando de este modo el desarrollo sostenible de las granjas de osos.
Cao Hongxin, uno de los firmantes de esta propuesta e investigador principal de la Academia de la Ciencia Médica de China, señaló que los medicamentos de origen animal se usan generalmente para tratar enfermedades graves y agudas, mientras que los medicamentos herbales, para las enfermedades crónicas. Por lo tanto, el Gobierno debe desarrollar con énfasis la cría de animales de uso medicinal y la investigación en curas alternativas, con el fin de resolver fundamentalmente la escasez de medicamentos de origen animal.
“La mayoría del sector de la medicina tradicional china comparte la idea de que, hasta la fecha, la bilis de oso es insustituible”, manifestó Wen Jianmin, miembro del Comité Nacional de la CCPPCh y director del Departamento de Ortopedia del Hospital Wangjing.
Wang Guoqiang, presidente de la Administración Estatal de Medicina China Tradicional, expresó: “Hasta hoy no hemos encontrado o inventado un medicamento alternativo a la bilis de oso. La bilis es compuesta y no es fácil encontrar una alternativa”. Sin embargo, Wang se opone resueltamente al desarrollo de productos para el “cuidado de la salud”, elaborados con polvos de bilis de oso. “La bilis de oso es necesaria debido a la demanda del tratamiento. Criamos osos con la finalidad de preparar medicamentos mediante su bilis. No estamos de acuerdo si alguien expande los límites y la usa para regalos y productos para el ‘cuidado de la salud’”.
La propuesta, además, sugiere a los departamentos competentes “investigar para conocer plenamente la situación real de las granjas de osos”, y “apoyar y garantizar la protección, domesticación, crianza y utilización de los animales salvajes sobre la base de las leyes y reglamentos del país”.
La mayoría de los que respaldan esta propuesta son profesionales en los campos de la medicina y la salud, mientras que quienes se oponen a la extracción de bilis de ejemplares vivos proceden generalmente de fuera de estos ámbitos.
Protección y utilización
En cuanto a la relación entre protección y utilización, Huang Chengming, investigador del Instituto de Zoología de la Academia de Ciencias de China y subdirector del Museo Nacional de Animales, indicó que desde el ángulo de la moral humana y la ética ecológica, la protección tiene un uso razonable y científico. La protección es relativa. No es razonable la protección absoluta ni el abuso absoluto. Por eso es aceptable y ética la utilización científica y razonable.
El economista Chen Qiguang sostuvo que “la tendencia del desarrollo humano es retornar a la naturaleza, y la proposición de reemplazar un producto natural con un material sintético va en contra de esta tendencia”. Chen también señaló que el ser humano no debe explotar arbitrariamente la naturaleza para satisfacer sus necesidades. Si volvemos hacia la naturaleza debemos evitar la destrucción de la misma. La clave es saber en qué medida la explotamos.
Hay estudiosos que sostienen que como el oso hace una contribución al ser humano, debemos hacer todo lo posible por respetar sus derechos. A pesar de que la bilis de oso se usa para tratar enfermedades y salvar vidas, hay que limitar su empleo para evitar un abuso.
La bilis de oso genera nuevamente una reflexión en cuanto a la protección y utilización de los recursos silvestres. Al mismo tiempo, la protección de los animales es una de las creencias más enraizadas en la gente. El próximo paso será incrementar el conocimiento en torno a los animales salvajes, promover la protección de éstos e impulsar la legislación para garantizar su bienestar.