El baile encendió la pasión de Beijing
Para muchos, la música es el arte que más se aproxima a la belleza dionisíaca, entendida como embriaguez. Y si a la música le unimos el baile, los resultados pueden dejarnos mareados, extasiados, embelesados. El 2 y 3 de julio pasados, poco menos de 1.000 chinos participaron en el VII Campeonato de Baile Internacional “Wuranqing” (“el baile enciende la pasión”, en chino), en el Gimnasio de Estudiantes Universitarios de Beijing.
En la competencia participaron bailarines profesionales y aficionados de todas las edades. “Es muy divertido”, alcanzó a decir la pequeña Wang Tianju, de 10 años, una de las más jóvenes en el concurso, cuya elasticidad en el baile era tan sorprendente que daba la impresión de ser invertebrada. Para la señorita Li, estudiante de la Universidad de Deportes de Beijing, bailar no sólo es un sueño que ha perseguido desde niña, sino que es también la mejor receta para mantener una buena salud.
La competencia permitió observar la destreza de los chinos en temas latinos, como el emblemático “Oye cómo va” de Tito Puente, o algo más moderno, como “La Camisa Negra” de Juanes. Aunque tampoco escatimaron habilidades a la hora de presentar un tango argentino. Dos días bastaron para saber que el baile es otro eslabón entre China y Latinoamérica. Que siga la música.