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2011-June-27 18:26

Para que más gente entienda China

Fu Ying se graduó de la Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing y profundizó su formación en la Universidad de Kent. Se desempeñó sucesivamente como agregada de la embajada de China en Rumanía, traductora del ministro de Relaciones Exteriores, consejera de la embajada de China en Indonesia, embajadora en Filipinas, directora general del Departamento de Asuntos de Asia del Ministerio de Relaciones Exteriores, embajadora en Australia y embajadora en el Reino Unido. Trabajó como traductora para los líderes del país y participó en las negociaciones de paz en relación con el tema de Camboya y la actividad para el mantenimiento de la paz de la ONU en ese país. Estuvo a cargo de la cooperación multilateral en Asia y los asuntos relacionados con la ANSEA e impulsó la colaboración estratégica con los miembros de la ANSEA, la conciliación de la cuestión nuclear de Corea del Norte y las conversaciones hexapartitas. Nombrada viceministra de Relaciones Exteriores el 4 de enero de 2010.

A principios de 2010, exactamente el 4 de enero, Fu Ying, embajadora de China en el Reino Unido, fue promovida al cargo de viceministra de Relaciones Exteriores, convirtiéndose en la segunda mujer que desempeña ese puesto. El primer caso ocurrió hace más de 30 años.

Diligente diplomática de la etnia mongola

De pelo gris y corto, estatura mediana y con unos lentes montados al aire, Fu Ying siempre trasmite la sensación de ser una persona capaz, inteligente y con encanto femenino. Su carácter diplomático corrobora en todo momento esa impresión.

Descendiente de la etnia mongola, Fu nació en 1953, en la ciudad de Hohhot, capital de la región autónoma de Mongolia Interior, ubicada en el norte de China. Su padre era una celebridad local y durante la etapa de la Revolución Cultural (1966-1976), su hija, de apenas 16 años, fue enviada a trabajar por tres años en un lugar lejano y desconocido del territorio.

Fue el momento más difícil en su vida. Ella experimentó el hambre, fatigas y el límite del cuerpo, pero aprendió por sí misma la tecnología de proyección del cine, así como todos los cursos de la escuela secundaria.

Fu tuvo la oportunidad de estudiar en la Facultad de Inglés de la Universidad de Estudios Extranjeros de Beijing, a partir de 1973, y cuatro años después fue seleccionada como traductora del Ministerio de Relaciones Exteriores. Más tarde tomó parte en conversaciones bilaterales y fue promovida sucesivamente a los cargos de consejera y embajadora. Desde entonces su carrera marcha viento en popa.

Pero aquellos que están familiarizados con Fu saben que su éxito se debe a su diligencia en el estudio. Además de la diplomacia, lee todo con interés, como libros de historia, literatura, economía, política y filosofía.

Ella siempre se ha interesado por las canciones folklóricas de melodía larga de la etnia mongola, un tipo de canción popular de su región, incluida en la lista de Patrimonio Cultural Intangible de la Unesco. Aunque tiene poco tiempo para volver a su ciudad natal, le gusta obsequiar discos de estas canciones como regalo a los amigos extranjeros.

Un país grande, pero no fuerte

De 1985 a 1986, Fu estudió en la Universidad de Kent, en el Reino Unido, donde se especializó en política internacional. Durante su trabajo como traductora, una profesión sensible a las diferencias entre las culturas, el estudio le dio una oportunidad perfecta para promover una mayor comprensión del carácter distintivo de la política y la sociedad entre China y Occidente.

Para ella es muy importante que la voz de China se escuche en el mundo y sea entendida. Dedica mucho tiempo a escribir artículos o impartir conferencias, a fin de presentar a los pueblos occidentales la China real.

En una disertación ofrecida en la Universidad de Oxford, a finales de abril del año pasado, con el tema “¿Es China una potencia?”, abordó la sugerencia tentativa realizada por estudiosos estadounidenses de formar el G2 y los resultados de una encuesta hecha en Europa, a finales de 2007, que se hacía eco de esta opinión, mostrando que el 80 por ciento de los encuestados pensaban que China se había convertido en la segunda potencia del mundo, solamente por detrás de EE.UU. Sin embargo, Fu aportó una visión totalmente diferente, confirmando que el 80 por ciento de los chinos encuestados ni siquiera ven a su país como una potencia mundial.

Citando las palabras de Deng Xiaoping, describió a China como “grandes y pequeños, fuertes y débiles”. Otros países tienden a ver los aspectos grandes y fuertes de China, mientras que los que viven dentro del país son más conscientes de sus debilidades y desafíos. Estos últimos tienen en cuenta un PIB (Producto Interno Bruto) per cápita relativamente bajo, un sector de servicios rezagado al sector del comercio y 135 millones de personas que viven con menos de un dólar al día.

Al mismo tiempo, apeló a las estadísticas y los hechos para mostrar los grandes logros que China ha hecho en el alivio de la pobreza, la construcción de Nueva Aldea y el progreso de la democracia y la ley, y concluyó sus palabras asegurando que China será un país próspero, pero nunca hegemónico.

Fu Ying, vestida con un traje tradicional, dio una cálida bienvenida a un coro de jóvenes del grupo étnico mongol que se presentó en Londres en noviembre de 2008, cuando era la embajadora de China en Gran Bretaña. El 28 de julio de 2009, en sus días de diplomática en Londres, publicó un artículo en el diario The Daily Telegraph, titulado “Hemos logrado grandes progresos, pero China tiene una influencia limitada”, en el que insiste en que la gran brecha sobre el conocimiento de China entre los chinos y los occidentales se debe a que los reportajes en los medios de comunicación occidentales sobre su país no son objetivos ni equilibrados en todos los aspectos.

“Junto con el carácter emergente de China, -concluyó Fu- es aún más difícil salvaguardar y promover nuestra imagen internacional, por lo que las oportunidades y desafíos de la diplomacia pública son cada vez mayores”.

Fortalecimiento de la comprensión mutua

En la mayoría de los países occidentales, las informaciones acerca de China son limitadas, en particular sobre la China contemporánea. En Beijing o cualquier otra ciudad, en cambio, las informaciones sobre Occidente son relativamente abundantes. Por lo tanto, Fu ha insistido en reiteradas ocasiones en que China necesita explicar más su historia.

En abril de 2008, un mes después de los incidentes violentos del 14 de marzo en Lhasa, aprovechando el paso por Londres de la antorcha de los Juegos Olímpicos de Beijing, Fu publicó en el Sunday Telegraph, del Reino Unido, el artículo “Si Occidente escuchara con atención a China”, donde señala que el problema está arraigado en los flujos desiguales de la información. Prefieren usar hechos y cifras: cuatro millones de turistas visitan el Tíbet cada año; la renta de los agricultores y ganaderos tibetanos ha crecido un 83,3 por ciento durante los últimos cinco años; en el Tíbet cada 1.600 personas hay un templo...

Después de los graves disturbios ocurridos en la región autónoma uygur de Xinjiang, el 5 de julio de 2009, Fu Ying escribió a primera hora otro artículo en The Guardian, titulado “La unidad es profunda en la sangre de China”. El texto, que abre con la letra de una canción popular y muy conocida en Xinjiang, presenta la historia y situación actual de la región, así como la oposición de sus habitantes a la violencia y sus ansias de vida pacífica.

La diplomática ha señalado en público que los medios occidentales podrían criticar a China, si es por razones válidas y bajo el principio de la objetividad. El fortalecimiento del entendimiento a partir del respeto mutuo es la forma que ella considera más eficaz para eliminar las barreras entre China y Occidente.

Galardonada en abril de 2009 como “Diplomático del Año en Asia” por la revista The Diplomat, que elogió su trabajo de introducción de las políticas interior y exterior de China “de una manera sincera y humana que no se había visto antes”, y de “demostrar la aspiración de China de lograr el desarrollo pacífico mediante la cooperación y desempeñar un papel más importante en la lucha contra los desafíos internacionales compartidos, con el fin de construir un mundo armonioso”.

Hace dos años, uno de mis amigos vio a Fu en una actividad realizada por la embajada de China en el Reino Unido. Cuando regresó, compartió conmigo a toda prisa su impresión sobre la diplomática, a la que describió como llena de afinidad, energía y capacidad excelente, incluso en campos que no le son familiares. Hoy en día, como nueva viceministra, Fu Ying tiene un gran escenario para mostrar sus encantos diplomáticos que combinan la fuerza y la ternura y hacer que cada día más personas conozcan el deseo de China de profundizar la comprensión mutua.

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