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2011-December-12 14:33

Artículo de fin de año: Ingreso de China a OMC convierte temores en frutos

BEIJING, 9 dic (Xinhua) -- Cuando China concluyó 16 años de difícil negociación para asegurar su largamente esperada integración a la Organización Mundial de Comercio (OMC) el 11 de diciembre de 2001, probablemente las firmas chinas se sintieron más alarmadas que aliviadas.

Como los aranceles serían reducidos y las restricciones a los rivales extranjeros serían disminuidas, un futuro tambaleante parecía acechar a algunas de las industrias menos competitivas de China, sobre todo a la banca, agricultura y fabricación de automóviles.

Diez años después, esas industrias se desempeñan bien, sino es que prósperamente.

Los prestamistas chinos se encuentran entre los bancos más rentables del mundo y fueron poco afectados por la crisis financiera. El índice de autosuficiencia de China en granos se ha mantenido por arriba de 95 por ciento y el país superó a Estados Unidos en 2009 para convertirse en el mayor productor de autos del mundo.

Los analistas atribuyen el éxito de China al efeccto del bagre, a las reformas promovidas por el gobierno, a la apertura limitada del mercado y a su posición en la cadena de valor mundial.

El efecto del bagre, en el cual la existencia de rivales fuertes impulsa a los débiles a ser mejores, es obvio en la industria bancaria de China.

En 2001, cuando acababa de sobrevivir a la crisis financiera asiática y de liberarse de parte de sus masivos préstamos vencidos con ayuda del gobierno, en términos generales cuatro importantes bancos estatales de China permanecían insolventes.

Actualmente, esos bancos se encuentran mucho más sanos que hace 10 años y pasaron la prueba de la crisis financiera global con buena calidad de activos y rentabilidad, aclaró Ba Shusong, economista del Centro de Investigación del Desarrollo del Consejo de Estado o gabinete de China.

En la década pasada, el gobierno ayudó a los cuatro importantes bancos estatales comerciales del país a deshacerse de más créditos vencidos y también inyectó cerca de 80.000 millones de dólares USA para ayudarles a reestructurse en compañías accionarias.

Como China sólo acordó una apertura limitada para la industria de servicios financieros cuando ingresó a la OMC, eso le proporcionó cierto nivel de protección para el sector, dicen analistas.

Los bancos extranjeros representaban solamente 1,85 por ciento del total activos de todas las instituciones financieras en China a fines de 2010, de acuerdo con cifras del banco central.

La combinación de las reformas impulsadas por el gobierno y la limitada apertura también ofrecieron un margen de protección para la agricultura de China, una de las industrias que más preocupaban durante las conversaciones de acceso a la OMC.

Los aranceles a la importación de productos agrícolas descendieron 72 por ciento en la década pasada para ubicarse en menos de un cuarto del promedio mundial.

En comparación con la producción altamente mecanizada e industrializada en muchos países desarrollados, la agricultura de China se caracteriza por ser de pequeña escala y de producción dispersa con menos tecnología avanzada.

Como resultado, China registró un aumento en su déficit comercial de productos agrícolas. Algunos productos como soja, lana, semilla de colza y algodón ahora dependen fuertemente de los suministros extranjeros subsidiados y mucho más baratos.

Actualmente, los índices de autosuficiencia de soja, aceite comestible y algodón son de 30, 50 y 60 por ciento.

El gobierno mantuvo básicamente la autosuficiencia abasto de granos en la última década, reportando un aumento de producción por octavo año consecutivo.

China ha reducido las cargas fiscales de los agricultores, aumentado los subsidios a los productores de granos e invertido capital privado en la producción agrícola para incrementar la escala y mejorar la tecnología.

En el sector de manufactura de China, uno de sus eslabones más débiles era la industria de automóviles, que había estado protegida por las elevadas tarifas y ofrecía pocas opciones a los consumidores chinos antes del ingreso a la OMC.

Los elevados costos y las marcas y tecnología débiles estaban entre las principales desventajas de sus compañías en comparación con las rivales extranjeras.

Para julio de 2006, China había disminuido los aranceles los automóviles terminados importados a 25 por ciento, en comparación con el nivel de 70 a 80 por ciento previo a la adhesión a la OMC y los de las piezas y componentes de autos importados a menos del 10 por ciento, a diferencia del nivel de entre 18 y 65 por ciento.

Las políticas de China para atraer la inversión externa directa hicieron que las compañías de autos extranjeras construyeran autos en China en lugar de importarlos.

Como resultado, el mercado de China no fue inundado por autos importados, sino por autos de empresas de inversión conjunta de compañías chinas y extranjeras, lo que evitó que las compañías de autos chinas fueran devastadas por marcas extranjeras.

En 2010, el valor de la producción industrial del sector de automóviles de China creció casi 10 veces la cantidad de 2001. Las marcas propias del país, principalmente Geely y Chery, también despegaron en la década pasada.

La creciente demanda del consumidor, alimentada por el rápido crecimiento económico, ayudó a crecer a los fabricantes chinos de autos. El PIB per cápita de China superó los 1.000 dólares USA por primera vez en 2001 y llegó a 4.000 en 2010.

En la etapa inicial de enriquecimiento, la gente tendió a elegir autos más económicos, lo que ayudó a las marcas de autos nacionales de China a ganar presencia en el mercado. Las compañías extranjeras se enfocaron en un mercado de autos más caros.

 

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