La Zona Económica del Río Amarillo en Ningxia, el nuevo motor del oeste
Un cambio de vida
A orillas del río Amarillo encontramos a Li Fugui y a sus compañeros agricultores. Su aldea no dista más de 2 km, pero cada primavera todos ellos –dirigidos por el secretario de la célula del PCCh de la aldea– acuden voluntariamente a este lugar para sembrar césped y plantar árboles.
Con satisfacción, Li Fugui señala que gracias a esta labor hoy hay decenas de metros de áreas verdes a lo largo del río, ahí donde hace cinco años todo era desierto. Al estar aquí, uno siente el acelerado desarrollo económico. Una carretera de seis carriles se extiende de forma paralela al río por unos 204 km y cruza algunas ciudades costeras.
Gracias a que el año pasado se puso en funcionamiento el Puente del Río Amarillo entre Qingtongxia y Wuzhong, el viaje de ida y vuelta en automóvil entre ambas ciudades se ha reducido a 10 minutos. Ello le permite a los pobladores aprovechar mucho más las ventajas de cada ciudad: una se distingue por su atractivo cultural y turístico; y la otra, por su mejor infraestructura urbana.
“Es muy probable que el 70% de los habitantes de las zonas montañosas del sur se movilice hacia la ZERA”, señaló Guo Bingchen, subdirector de la Comisión de Desarrollo y Reforma de Ningxia, quien anunció a China Hoy que se ha emprendido un proyecto ecológico focalizado en el traslado de 350.000 habitantes que todavía viven en la pobreza.
Las zonas montañosas del sur de Ningxia poseen una ecología muy frágil y no son convenientes para vivir. Una vez concluido el proyecto de traslado, se piensa preservar la zona montañosa y plantar árboles allá, para que así pueda convertirse en el “jardín de Ningxia”. Los nuevos habitantes contribuirán al desarrollo de los diversos sectores industriales en la ZERA.
En la ZERA se vienen aplicando las políticas que el Gobierno Central ha establecido para incentivar el desarrollo del oeste del país: a las empresas de capital extranjero se las libera del pago de impuestos sobre la renta empresarial por dos años desde el momento en que empiezan a obtener ganancias, y pagan únicamente la mitad de impuestos en los siguientes tres años. Además, las empresas de alta y nueva tecnología, o que realicen contribuciones especiales al desarrollo económico local, pueden seguir disfrutando de dos años de trato preferencial, una vez que logren ser ratificadas por el departamento competente.