La Zona Económica de Chengdu-Chongqing: Confluencia de ventajas

En los tres meses siguientes, Foxconn, Dell, Compal, Lenovo, TI (Texas Instruments) y Wistron, entre otras grandes compañías de producción e I+D del sector informático, se establecieron, una tras otra, en la región.

En este frenesí de traslados industriales a Chengdu y Chongqing podemos observar un fenómeno interesante: ninguna de estas empresas se lleva a esta zona únicamente la producción, sino toda la cadena industrial por completo, incluyendo producción, I+D y sus planes de futuro.

“Perderse esta oportunidad equivale a perder la iniciativa en el desarrollo de una nueva época -piensa Shen Qingxing-. Si no hubiésemos venido a esta región, habríamos dejado pasar el tren de nuestro futuro”, afirma.

Según Shen, el desplazamiento del sector de IT de todo el mundo a la parte continental de China ha vivido dos etapas distintas. La primera sería la ola de traslados de industrias al delta del río de la Perla y el del río Yangtsé. Entonces, un gran volumen de inversiones se dirigió a estas regiones espoleadas por los relativamente bajos costes de mano de obra y de producción. Ahora, estamos ante el inicio de una segunda etapa, una segunda ola de traslados que está en sus inicios. La diferencia es que, esta vez, las industrias que llegan a la zona de Chengdu y Chongqing son de alto valor agregado y cuentan con tecnologías para innovar. Los atractivos que esta región ofrece a esta industria son fundamentalmente la especial atención que aquí se presta a este sector y el desarrollo, en los últimos años, de ventajas competitivas en cuanto a I+D, personal cualificado e innovación.

En este sentido, Li Bu, investigador adjunto del Instituto de Investigación de Economía de Mercado del Centro de Estudios del Desarrollo del Consejo de Estado, considera que el hecho de que el centro y el oeste del país hayan iniciado su despegue económico relativamente más tarde, les otorga ventajas notables no sólo en cuanto a recursos, entorno medioambiental y costes, sino también ha provocado que ahora cuenten con un mejor ambiente para las inversiones. De hecho, se está reduciendo la brecha entre estas regiones y el este del país en cuanto a la capacidad para atraer inversiones extranjeras.

El efecto de las tierras bajas se deja notar cada día más: ciertamente, se está consolidando la tendencia al desplazamiento de las inversiones extranjeras desde el este hacia el centro y el oeste, sobre todo hacia las ciudades de su núcleo y hacia las áreas seleccionadas como zonas de desarrollo de nivel nacional. “Se trata de una decisión estratégica de las transnacionales en el sentido de aprovechar al máximo los factores esenciales de producción de las distintas localidades, y también está conformando una tendencia hacia el desarrollo sostenible y coordinado de las economías del este, el oeste y el centro del país”, concluye Li Bu.