Una “mina urbana” del norte de China
ENTRE las dos grandes ciudades del norte de China, Beijing y Tianjin, se encuentra un pequeño poblado llamado Ziya. Era un lugar muy contaminado por su industria de desmontaje a mano de viejos aparatos eléctricos y coches. La contaminación convirtió al agua subterránea en no potable y acabó con sus frutales. Sin embargo, se ha vuelto un parque ejemplar de economía circular con cero contaminación. Los viejos aparatos y coches siguen siendo transportados hasta aquí, pero se transforman en recursos como cobre, aluminio, hierro y plástico regenerado. El poblado se ha convertido en una “mina urbana” y los habitantes vuelven a vivir felices en esta tierra.

Equipo de desmontaje de los viejos aparatos electrodomésticos.
Taller contaminante
Yuan Zhezhong, aldeano de Xiaoyaopu, en el poblado de Ziya, volvió a dedicarse a su viejo oficio hace 4 años, para lo cual contrató 3 mu de frutales (1 hectárea = a 15 mu). Antes había terminado con sus propios cultivos.
“Me vi obligado a cortarlos. Debido a la contaminación causada por la quema de desperdicios, las frutas cosechadas no podían venderse”.
Aunque los aldeanos ganaron dinero por quemar o cortar los cables y aparatos eléctricos abandonados, eso dañó, gravemente, el medio ambiente.
“La tierra de Ziya es muy salinizada porque estuvo bajo el mar, por eso su agricultura está muy rezagada. Los de Ziya vivían de elaborar petardos y desmontar aparatos eléctricos”, señala Tang Guilan, subdirectora del Comité de Administración del Parque Industrial de Economía Circular Ziya. “Debido a los accidentes ocurridos en los talleres de petardos, el sector fue prohibido. Entonces, solo nos quedó el desmontaje de aparatos”.
“Los talleres familiares, en la década de 1980 y 1990, tenían una muy limitada capacidad de desmontaje. Muchos cables, como los de telecomunicaciones, tan finos como un cabello, eran difíciles de sacar solo con las manos. Pero la máquina para hacerlo era muy cara. Una de ellas costaba más de un centenar de miles de yuanes. No tuvimos el dinero para conseguirlas, así que acudimos al fuego”.
“En aquel entonces, el 80 % o 90 % de los aldeanos se dedicaban a quemar cables. Debido a ello, los árboles y el río siempre estaban cubiertos por una capa de polvo negro. La incidencia de cáncer pulmonar en nuestro poblado era alta”, añade Tang.
El sector representó el 60 % de la economía global de Ziya. “Si queríamos mantener este sector, no teníamos más remedio que actualizarlo”, expresa Du Guozhi, alcalde del poblado de Ziya.
El primer paso de la actualización fue integrar más de 800 talleres en 80 empresas de envergadura, y trasladarlas a un barrio planificado para el desarrollo industrial. Así se fundó el Parque Industrial de Economía Circular de Ziya.
El Parque Ziya cuenta con una superficie planificada de 135 km2, el mayor parque de este tipo en el norte. Hasta ahora solo han sido construidos 50 km2: 21 km2 para la producción y procesamiento; 20 km2 para la economía subforestal y 9 km2 para la investigación científica, las viviendas y otros servicios. Su función es desarrollar cuatro sectores orientados al desmontaje: el de productos mecánicos, el de informática electrónica, el de coches y cauchos, y el de plásticos; así como dos sectores para el procesamiento profundo y nuevas energías, amigables con el medio ambiente.
“La mayoría de los pobladores de Ziya y de otras aldeas colindantes trabajan en el parque. Tienen una ubicación laboral en correspondencia con sus antecedentes académicos. Algunos son obreros para el desmontaje, con un ingreso mensual de 3000 ó 4000 yuanes, y otros, con mayor técnica, pueden ser miembros de la capa administrativa, con un salario de 7000 u 8000 yuanes”, dice Tang.
Mina urbana
En el taller de producción de la Compañía Limitada de Protección Ambiental y Desarrollo TCL-Aobo (Tianjin), todo el proceso de desmontaje, separación y extracción química de viejos aparatos domésticos, como neveras, televisores y computadoras, se ha automatizado en una línea de montaje. Al final, con estos materiales se producen plásticos regenerados, vidrios y metales como oro, plata, bronce, hierro, aluminio, entre otros. En el taller no se oyen ruidos ni siente la contaminación.
Según Wang Huawen, secretario del gerente general, la compañía tiene 18 líneas de tratamiento de aparatos eléctricos desechados de avanzada tecnología internacional, con una capacidad de 2,4 millones de piezas al año, gracias a las cuales recuperan la mayor cantidad posible de recursos reciclables y tratan, al mismo tiempo, los desechos hasta que se purifiquen.
Hasta finales de 2013, un total de 231 empresas se habían establecido en el parque, las cuales funcionan conforme al estándar de cero emisión y no contaminación.
En la actualidad, el parque cuenta con una capacidad de desmontaje de 1,5 millones de toneladas al año y suministra al mercado, anualmente, unas 450.000 toneladas de bronce, 250.000 toneladas de aluminio, 300.000 toneladas de hierro, 300.000 toneladas de caucho y plásticos, y 200.000 toneladas de otros materiales. Se ha convertido en una verdadera “mina urbana”.
Ziya ecológico
Al ser la “mina urbana”, el Parque Industrial de Economía Circular de Ziya no ha olvidado la construcción de fábricas ecológicas.
El parque cuenta con un sistema sintético para ahorrar energía y proteger el medio ambiente. Está construyendo una fábrica de tratamiento de aguas residuales con una capacidad diaria de 80.000 toneladas, gracias a la cual no solo el agua residual doméstica, sino también la lluvia y el agua residual industrial podrán ser recogidas y volverse a usar. El centro de tratamiento de desechos sólidos, con una inversión de 200 millones de yuanes, puede tratar 40.000 toneladas de desechos sólidos al año. Dentro del parque, las tasas de uso reciclado del agua, del tratamiento puro de desechos sólidos y de la popularización de la construcción verde han llegado al 100 %.
Todas las construcciones en la zona de viviendas están equipadas con una bomba de calor geotérmica y una instalación solar térmica. “Además, entre las zonas de viviendas y de industria hay un área de economía subforestal de 20 km2, que mejora en gran sentido el ambiente alrededor”, indica Tang.
Todos los productos mecánicos desechables que se desembarcan en el puerto de Tianjin serán transportados al parque industrial de Ziya para ser declarados en la aduana y pasar por los exámenes correspondientes. De este modo, se ha creado un régimen de control y supervisión en el parque uniendo las funciones de la aduana y, las de inspección y cuarentena. En consideración con la protección medioambiental, todas las empresas en el parque cuentan con su propio almacén especializado para caso de lluvias y vientos.
“Como hay una supervisión y control sobre todo el proceso, desde la entrada de los residuos hasta la salida de los productos, se evita la contaminación imprevista y el traslado de los residuos sólidos por segunda vez”, explica Tang, quien tiene muchas esperanzas en el futuro de la economía circular en China.