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2015-July-28 15:35

África avanza por los rieles del desarrollo

Por LU RUCAI

EL último 18 de mayo se completó la obra del ferrocarril que conecta Addis Abeba, capital de Etiopía, y la ciudad sureña de Mieso, encargada por CREGC Architectural & Construction Engineering Co., Ltd. de China. Con una longitud de 329 kilómetros y una velocidad de diseño de 120 kilómetros por hora, la línea ferroviaria se construyó de acuerdo con el estándar chino, tanto en el diseño como en la obra. En la ceremonia del término de la pista, el primer ministro etíope Hailemariam dijo que se trata de la primera línea ferroviaria moderna dentro del territorio etíope, y que puede ser considerada como la línea de vida de Etiopía.

El 1 de febrero, CREGC Architectural & Construction Engineering Co., Ltd. celebró una ceremonia de prueba de la puesta en marcha del proyecto de tren ligero de Addis Abeba. Siendo el primer ferrocarril urbano de tren ligero de Etiopía, el proyecto también fue el primero de su tipo construido por empresas chinas en África.

Liu Jilong es parte del personal de administración de los proyectos de construcción de China y este es su décimo año en África. Desde Angola hasta Uganda, y luego a Etiopía, Liu Jilong ha sido el testigo de una serie de proyectos ferroviarios en estos países africanos, y también ha escrito su propia historia africana.

El presidente etíope visita la obra del Ferrocarril desarrollada por CREGC Architectural & Construction Engineering Co., Ltd. de China.
 

Recién llegado

En julio de 2004, graduado de la carrera de inglés de la Universidad Central del Sur, Liu Jilong fue contratado como traductor de inglés por Transtech Engineering Corporation. En China, hay docenas de este tipo de empresas.

“En aquella época, la compañía tenía operaciones distribuidas en unos diez países en África, el sudeste de Asia, Medio Oriente, América del Sur y otras regiones”, dijo Liu Jilong. En menos de un año de práctica, fue enviado a trabajar en un proyecto ferroviario en Luanda, en Angola.

Antes de ir a África, se había informado de este continente a través de las conversaciones con los compañeros de trabajo y los medios de comunicación. Pero cuando puso el pie en Luanda, igual se sorprendió un poco. “Los caminos en la ciudad estaban llenos de huecos, las instalaciones del drenaje no funcionaban bien, o no había instalaciones de drenaje”, comentó Liu Jilong. “Las construcciones de la capital se semejaban a las de un distrito de China”.

El proyecto ferroviario de Luanda se firmó en 2003, con un contrato cuyo monto fue de 120 millones de dólares, el mayor en la historia de cooperación entre los dos países en aquella época. Según Liu Jilong, había aproximadamente 100 chinos que participaron en este proyecto. Incluyendo otros proyectos, en total 700 personas de su compañía habían participado en la construcción en Luanda. “La sección de la vía férrea conectó el puerto de Luanda con los ferrocarriles nacionales, lo cual fue muy importante para el transporte de carga de importación y exportación de Angola.”

Tras el inicio de la implementación del proyecto ferroviario de Luanda, en 2004, los gobiernos de los dos países firmaron un paquete de acuerdos de cooperación, según el cual la parte china proporcionaría créditos y apoyo tecnológico para la construcción de infraestructura en varios sectores de Angola, incluyendo los mayores proyectos de construcción de viviendas de dicho país, un proyecto de reparación ferroviario de gran escala, la construcción del estadio, así como obras hidráulicas, suministro municipal de agua y otros proyectos que involucran un monto total de más de 600 millones de dólares.

En agosto de 2013, la administración ferroviaria de Luanda otorgó un certificado de honor para la empresa de Liu Jilong, en reconocimiento de los esfuerzos realizados por la empresa en la construcción de infraestructura en el barrio Boavista, parte del proyecto del ferrocarril de Luanda, así como la excelente calidad de la obra y alta eficiencia de la construcción. En ese momento, Liu Jilong ya había dejado de trabajar en la filial de Angola de su empresa y se había ido a la filial de Uganda.

Liu Jilong (segundo a la der.), en la prueba de la puesta en funcionamiento del ferrocarril de Luanda, en Angola.

 
Ganar la voluntad del pueblo

Al llegar a Uganda, Liu Jilong intervino en la licitación de un proyecto de construcción del edificio de la administración de impuestos de Uganda, y participó en dos proyectos de Sudán del Sur. Sin embargo, debido al deterioro de la situación de seguridad en este país, la compañía de Liu Jilong decidió abandonar temporalmente el mercado de Sudán del Sur, y al mismo tiempo, él pasó a trabajar en el departamento internacional de CREGC Architectural & Construction Engineering Co., Ltd, para encargarse de la gestión comercial del proyecto ferroviario en Etiopía.

Se espera que la primera etapa del tren ligero de Etiopía, con una longitud de 31 kilómetros y un monto contratado de 475 millones de dólares, entre en funcionamiento en septiembre. Según Liu Jilong, el proyecto ha aplicado tecnologías chinas desde el diseño hasta las obras y los equipos, así como el funcionamiento. “De acuerdo a la petición de la parte de Etiopía, CREGC Architectural & Construction Engineering Co., Ltd. ha completado la planificación de la segunda etapa del tren ligero de Addis Abeba, de 78 kilómetros de longitud. Una vez que se implemente el plan, se convertirá en un sistema de transporte urbano conveniente que comunicará la Estación Ferroviaria de la capital, el aeropuerto, la sede de la UA, el centro deportivo, las zonas de concentración de la población, y las ciudades satélites en los alrededores”, afirma Liu Jilong.

En su visita a Etiopía en mayo de 2014, el primer ministro chino, Li Keqiang, hizo investigaciones sobre el proyecto del tren ligero de Addis Abeba, y pidió a la empresa china compartir la experiencia de construcción de ferrocarril con la parte africana, así como llevar a cabo un buen entrenamiento del personal local para promover la generación de empleo.

De acuerdo con Liu Jilong, en la actualidad, hay cerca de 2000 técnicos, obreros y administradores chinos que trabajan para el proyecto del ferrocarril y el del tren ligero en Etiopía. Asimismo, los dos proyectos han empleado a 15.000 personas locales.

Liu Jilong dijo que cada vez que llega a un lugar, la compañía se esfuerza por integrarse en la comunidad local. No sólo trabaja en las obras de los proyectos, sino también participa activamente en la construcción de los proyectos sociales locales. En 2012, la compañía hizo una donación de aproximadamente 17.000 dólares para el Comité Olímpico de Etiopía, con el fin de apoyar a los atletas etíopes en los Juegos Olímpicos de Londres.

“A mi parecer, casi todos los países africanos dan la bienvenida a la inversión china porque los créditos del Gobierno chino no imponen condiciones políticas”, afirma Liu Jilong. “La mayor parte del pueblo africano tiene una opinión positiva sobre la inversión china. Ello se debe a que en primer lugar, el modelo de desarrollo de China ha logrado buenos resultados en los últimos años, por lo que el público africano espera que las experiencias chinas puedan ayudarles a desarrollar sus propios países en los futuros 20 o 30 años. En segundo lugar, el capital chino y las empresas chinas han desempeñado un papel importante de promoción en el desarrollo de infraestructura en África, así como el desarrollo agrícola, la salud y otros sectores.

Obra del Ferrocarril de Etiopía.

 

Una década de alegrías y penas

Liu Jilong recordó que durante sus primeros días en África sentía mucha curiosidad. Pero un año después, ya estaba aburrido debido a la monotonía de la vida en las obras. Sumándole a ello, la situación de seguridad que era muy mala en Luanda, con incidentes frecuentes de robos, secuestros y asesinatos, “entonces quería renunciar al trabajo y regresar al país”. Sin embargo, el estímulo de su familia le ayudó a quedarse.

Para él, un momento inolvidable ocurrió en noviembre de 2005 durante un accidente de tráfico. El auto en el que él y sus compañeros chinos iban de regreso a la zona donde se desarrollaba el proyecto se volcó. Él afortunadamente sobrevivió, pero algunos de sus colegas murieron y fueron enterrados en la tierra africana.

Liu Jilong tiene un hijo de 6 años. Él nos contó que como no pudo acompañar ni un día a su esposa durante el embarazo, le prometió estar a su lado durante el parto. Pero, llegado el momento, ni siquiera a eso alcanzó, a pesar de que ya había reservado el pasaje, porque el niño nació con anticipación. Además, tuvo que regresar a Angola cuando su hijo cumplió sólo un mes y medio.

Este ejecutivo chino admitió que durante esta década en África, su actitud hacia ese continente y los africanos experimentó un cambio muy grande. “Cuando recién llegamos a África, me pareció que estaba muy atrasada, por eso sentí una profunda simpatía por ellos”. Más tarde, pensó que algunos africanos eran perezosos y no estaban dispuestos a trabajar duramente para cambiar la situación de la pobreza y el atraso. “Mucho tiempo después, tras conocer a muchos africanos, creo que quizás su modo de vida puede demostrar la verdadera armonía con la naturaleza”, continuó.

Al conocer cada vez más este continente, poco a poco se ha ido enamorando de África. Ahora Liu Jilong enfrenta el siguiente dilema: regresar al país o permanecer allí. Para él, es un poco complicado. En su opinión, en los últimos años, las economías emergentes y los países desarrollados han aumentado la inversión en África, por lo que se registra un auge sin precedentes de construcción de la red de transporte, electricidad, comunicaciones y otros servicios de infraestructura en los países africanos. La compañía de Liu Jilong también ha encontrado grandes oportunidades de desarrollo en África. Sin embargo, llevar una vida alejado de sus familiares a largo plazo le hace suspirar con mucha emoción. “Si me dejas escoger de nuevo, no elegiría trabajar más en compañías dedicadas a este tipo de obras. Tanto dentro como fuera del país, ese trabajo requiere la mayor parte del tiempo en las obras por lo que ya no estoy acostumbrado a la vida normal que implica estar junto a los familiares”, concluye.

A fin de cuentas, no importa si regresa o no al país, África, esta tierra donde Liu Jilong ha derramado sudor y sangre, nunca va a ser borrada de su vida.

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