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2011-June-26 22:05

Enfrentando a Hollywood -Una introducción al cine chino más actual

Póster de If you are the one II, la segunda parte de la comedia de Feng Xiaogang, que ha obtenido excelentes resultados en taquilla.

Para muchos occidentales, China es a menudo un país desconocido e incomprensible en muchos aspectos. Tanto sus caracteres “indescifrables”, como su historia, cultura y arte, carecen de puntos en común con los del mundo occidental y resultan más difíciles de entender si se miran con una perspectiva eurocéntrica. Sin embargo, a partir de la década de los 80, cuando el país empezó a abrirse al exterior, los vínculos económicos entre China y Occidente se han multiplicado y estrechado y son cada día más importantes; a su vez, los occidentales tienen más y más interés en conocer este misterioso gigante asiático. Gracias a los Juegos Olímpicos de 2008 celebrados en Beijing, China se expuso a sí misma plenamente ante la comunidad internacional.

El cine, medio de expresión y de comunicación muy vital que nació a finales del siglo XIX, al igual que otras formas artísticas tradicionales, como el teatro, la música o la literatura, es tanto una forma de expresión individual como nacional, por lo que puede traspasar fronteras y dar a conocer a un país, así como lo hacen los medios de comunicación modernos. Y no sólo es el contenido, sino también la forma en que se elabora lo que nos ofrece la oportunidad de conocer a la China moderna.

Zhang Yimou y Chen Kaige son representantes de la denominada “quinta generación” de cineastas chinos. Gracias a sus obras, que obtuvieron importantes galardones y honores, el cine chino emergió y logró ser tenido muy en cuenta en los festivales internacionales. El término “quinta generación” hace referencia a la primera promoción de graduados de la Academia de Cine de Beijing (Beijing Film Academy) tras la Gran Revolución Cultural. Su estilo se caracteriza por un gran sentido estético y por la belleza compositiva. En la película Yellow Earth (Tierra Amarilla), de 1984, dirigida por Chen Kaige y que marcó un hito en la historia del cine chino, Zhang Yimou, que fue su director de fotografía, empezó a utilizar espléndidos colores para mostrar la armonía de la naturaleza, que, al mismo tiempo, es presentada como fuerte y dura; mientras, los personajes y argumentos, a su vez, son complejos. Las innovaciones que introdujeron siguen teniendo una gran influencia en el desarrollo del cine chino actual.

Al entrar en el nuevo siglo, la realización cinematográfica se enfrenta a nuevos retos, considerando las nuevas y crecientes necesidades del espectador. En este contexto, los beneficios económicos y la competitividad internacional son elementos importantes para evaluar el éxito de una película, ante las cada vez más reducidas subvenciones estatales.

Las películas de artes marciales constituyen un género que obtiene un gran rendimiento económico, no sólo en el mercado doméstico, sino a escala mundial. Bruce Lee fue quien lo popularizó en Occidente. Este género resucitó en el siglo XXI y consiguió una amplia difusión. El tigre y el dragón, de Ang Lee, y Héroe (2002) y La casa de las dagas voladoras (2004), de Zhang Yimou, son tal vez sus exponentes más conocidos. Suelen contar con espectaculares escenarios para cuya realización se invierten grandes cantidades de dinero. Los vestuarios lujosos, los paisajes naturales pintorescos, las construcciones enormes y las vistosas peleas de artes marciales contribuyen significativamente a que sean apreciadas popularmente. Siempre tratan temas adaptados de historias de la China antigua, desde el período de los Estados Combatientes, hasta las dinastías Tang, Ming y Qing. La combinación de acontecimientos históricos y contenido ficticio facilita la comprensión de los espectadores extranjeros, a pesar de que no sepan mucho sobre China. Esto aumenta su competitividad en el mercado internacional. En ellas suelen actuar las grandes estrellas de Hong Kong y de la parte continental de China, quienes han logrado un gran reconocimiento internacional.

Entre las películas más comerciales, además de las de artes marciales, también suelen encontrarse las comedias. Las relaciones económicas cada día más estrechas entre China y Occidente se reflejan frecuentemente en muchas películas, mostrando los retos a los que los chinos tienen que hacer frente hoy en día. Es el caso de Big Shot’s Funeral (El funeral del jefe), dirigida en 2001 por Feng Xiaogang, uno de los directores más comerciales y populares de China, que cuenta la historia de un equipo de rodaje norteamericano que viene al país asiático a filmar la nueva versión de El último emperador, de Bernardo Bertolucci; también el de Gasp (2009), de Zheng Zhong, que explica cómo la delegación de una compañía estadounidense llega a China en busca de nuevos socios comerciales y muestra de manera humorística los contactos y choques culturales entre chinos y occidentales: las diferencias en cuanto a formalidades y etiqueta social generan una gran cantidad de situaciones embarazosas con un gran efecto cómico. El equipo de rodaje y los actores provenían de diferentes países y, durante la filmación, se hablaba tanto en chino mandarín como en inglés, por lo que el ambiente de trabajo fue muy internacional. Los contactos culturales entre China y Occidente no se limitan al tema de algunas películas, sino que también se ponen de manifiesto en la cooperación internacional en la producción. La comedia de Feng Xiaogang If you are the One, obtuvo un gran éxito tanto a nivel doméstico como en el exterior, cosechando muy buenos beneficios económicos.

Si bien un gran número de películas adaptan historias de la China clásica, también son muchas las que tratan temas de su historia contemporánea. Por ejemplo, la invasión japonesa entre 1937 y 1945 y la matanza de Nanjing, que se produjo en diciembre de 1937, han sido llevadas a la pantalla grande. Lu Chuan ha realizado hasta ahora tres películas, todas con gran éxito: su premiada obra Nanjing! Nanjing! City of Life and Dead, muestra desde diferentes perspectivas la mencionada matanza de Nanjing; no se interesa únicamente por las víctimas, sino que intenta indagar en lo más profundo del corazón de los asesinos. Utilizando el blanco y negro, filma el proceso de la masacre en forma de documental realista, sin comentar directamente el acontecimiento. Este hecho histórico ha sido recogido cinematográficamente también a nivel internacional: en 2008, Alemania y Francia coprodujeron John Rabe, dirigida por Florian Gallenberger, que también se estrenó en China.

Entre las películas de temática similar destaca, asimismo, Cow (Vaca), dirigida por Guan Hu en 2009. Como otros muchos graduados de la Academia de Cine de Beijing, Guan no trabaja con los grandes estudios cinematográficos. En forma de tragicomedia, Cow cuenta la historia del único superviviente de una aldea destruida por los japoneses y de su vaca. A diferencia de otras películas sobre el mismo tema, Guan mezcla de manera inteligente la tragedia y los elementos cómicos.

The Message (El mensaje), dirigida por Chen Guofu y Gao Qunshu en 2009, es un thriller sobre unos sucesos ficticios con el trasfondo histórico de la invasión japonesa. También en 2009, Huang Jianxin y Han Sanping estrenaron la épica The Founding of a Republic (La fundación de una república), representando el acontecimiento más importante para China en el siglo XX: la fundación de la República Popular China en 1949. Es una película que cuenta con la presencia de una multitud de estrellas cinematográficas y que fue la tercera más taquillera del año.

En 2010, uno de los grandes éxitos fue Aftershock (Terremoto), en la que Feng Xiaogang tomaba el sismo de Tangshan de 1976 como tema principal, mostrando al espectador los efectos del desastre y cómo transformó la vida de una familia desde ese momento hasta 2008.

Desde finales del siglo XX, se empezó a formar la sexta generación de cineastas chinos y hoy en día se empieza a hablar ya de la séptima. La mayoría de ellos se graduaron de la Academia de Cine de Beijing y se decantan por el realismo social. Jia Zhangke es uno de sus miembros más destacados; también graduado de dicha academia, es un cineasta independiente que ha ido cultivando un estilo propio fuera del sistema de grandes estudios. Sus obras de 2008 y 2010, 24 City (Ciudad 24), y I wish I know (Quisiera saber) se centran en la vida de los marginados en las ciudades, utilizando las técnicas del documental para pintar la imagen de la metrópoli y de sus personajes e indagar en el desarrollo de las grandes ciudades.

La gran urbe postmoderna es, de hecho, un tema recurrente en el cine de los últimos años. Lugar de fusión de diferentes culturas, representa el progreso y la modernidad, pero también los conflictos y las preocupaciones sociales. En Pingguo (Lost in Beijing), de 2007, dirigida por Li Yu, una gran parte del metraje está dedicada a la capital china. La ciudad es el hilo conductor de la historia: para muchos, simboliza el sueño de una vida cómoda en una sociedad opulenta, pero cuando sus sueños se rompen, se ven obligados a poner los pies sobre la tierra.

Zhang Yibai también disecciona la vida urbana contemporánea en sus obras. En su Spring Subway (Tren de primavera), de 2002, los momentos clave tienen como escenario el metro, que aparece como principal punto de encuentro para las relaciones sociales. Otra película suya Curiosity Kills the Cat (La curiosidad mató al gato), de 2006, cuenta una historia romántica pero trágica, también ocurrida en la gran ciudad, Chongqing en este caso, de donde es originario el director. The Longest Night in Shanghai (La noche más larga en Shanghai), que dirigió en 2007, es uno de los primeros frutos de la colaboración sino-japonesa en el cine. Shanghai es el escenario donde se enamoran una taxista y su pasajero japonés, lo que también quiere mostrar la amistad entre ambos pueblos. Y con Lost Indulgence, de 2008, se ganó el reconocimiento en los círculos internacionales.

Las películas de temática urbana atraen principalmente a la juventud, ya que reflejan sus sueños y deseos aún no realizados, así como la búsqueda, descubrimiento y pérdida de grandes amores que experimentan. Suelen ser proyectos de directores jóvenes, poco conocidos e independientes, que, como Jia Zhangke, persiguen un estilo propio y tienen éxito en los festivales internacionales de cine, un camino que también recorrieron Zhang Yimou y Chen Kaige en los 80.

El cine de China se está desarrollando vigorosamente, como demuestran los múltiples cursos y escuelas cinematográficas. En el mercado internacional, el cine chino, con sus excelentes obras, enfrenta al mismísimo Hollywood. Un festival internacional sin una película china es, hoy, inimaginable y todo el mundo parece esperar con ansiedad el último estreno chino. El deseo que una vez expresó Zhang Yimou, “quiero que las películas chinas caminen hacia el mundo”, se ha hecho realidad, no sólo para él, sino para todo el cine de China.

 

*Stefanie Rauscher es una sinóloga alemana candidata al doctorado de Teatro, Cinematografía y Medios de Comunicación de la Universidad de Viena, que investiga ahora en la Academia Central de Drama de Beijing. Ha publicado un libro sobre el arte cinematográfico de Zhang Yimou y varios artículos sobre el cine moderno de China en la revista profesional Cineasia.

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