Mi experiencia personal puede servir como reflejo de la situación educativa en la región autónoma uigur de Xinjiang. Nací en una familia común y corriente en una prefectura del sur de Xinjiang. Mi padre era empleado de un banco y mi madre, ama de casa dedicada al cuidado de sus siete hijos.

DURANTE un viaje de dos semanas a la región autónoma uigur de Xinjiang, en el noroeste de China, me planteé la siguiente pregunta: nací y crecí en esta región hasta los 18 años, ¿cómo puedo contar las historias que se desarrollan aquí a la gente de fuera? Las historias de los lugareños son muy simples, hasta el punto de que muchas personas sienten que no tienen ningún “valor noticioso” real.

En la actualidad, la región autónoma uigur de Xinjiang goza de una renovada vitalidad gracias a una serie de importantes proyectos que se están llevando a cabo. Bajo una nueva disposición de trabajo, 19 provincias y ciudades, como Guangdong, Jiangsu y Shenzhen, han asumido la tarea de asistir a Xinjiang.

En invierno, la temperatura exterior en la región autónoma uigur de Xinjiang alcanza los 20 grados bajo cero. Aun así, en la estación de esquí internacional de Jiangjunshan en Altay, los amantes de dicho deporte hacen fila frente a las pistas. Desde noviembre de 2023, la estación de esquí internacional de Jiangjunshan ha recibido un promedio de más de 4000 turistas por día, lo que ha superado con creces los niveles registrados en el pasado.

La Ruta de la Seda tiene una historia de larga data. Hace más de 2000 años, Zhang Qian atravesó las regiones occidentales y abrió la mundialmente famosa Ruta de la Seda. De este modo, caravanas de camellos cargadas de seda, especias, té y porcelana pasaron por el antiguo continente de Eurasia.