Muy recomendado
Un esbozo de lo que vendrá
2025-06-30    Fuente: Centro para las Américas    Autor: GUSTAVO ALEJANDRO GIRADO*

6 de junio de 2025. Un restaurante de la zona comercial Zhongguancun Art Park, en el distrito de Haidian, en Beijing.

25 de mayo de 2025. Vista aérea de una aldea a orillas del río Qiupu, en la ciudad de Chizhou, provincia de Anhui. Gracias al desarrollo verde impulsado por el XIV Plan Quinquenal, la aldea luce especialmente hermosa. Fotos de Wei Yao

EL inicio de la tercera década del presente siglo representa el punto de partida de una nueva etapa del modelo de desarrollo económico chino a largo plazo, que busca consolidar la transformación estructural iniciada a finales de la década de 1970, y al mismo tiempo dar un impulso adicional al crecimiento económico para las próximas décadas. Si bien entre 1980 y 2000, China estableció los fundamentos de su modelo de desarrollo económico, en el periodo 2001-2020 experimentó una profundización de este e hizo varios ajustes que fueron pertinentes al final del lapso. Por eso, cuando los líderes chinos se reúnan en el Gran Palacio del Pueblo, en el corazón de Beijing, proyectarán su mirada lo más lejos que puedan y revelarán un plan detallado para los próximos cinco años y finalmente uno más vago para el desarrollo del país hasta una década más adelante.

Un sistema de planificación vigente

China tiene aún su sistema de planificación de políticas totalmente vigente, y este que termina es el XIV Plan Quinquenal con vigencia hasta este año. Al establecerse, incluyó metas de crecimiento económico y objetivos tales como hacer que el país sea más verde, más innovador y más seguro frente a la presión extranjera, dado el escenario global tan cambiante al momento de ser diseñado. China ha respondido con diversas estrategias en la última década para hacer frente a los desafíos y a las dificultades generados en un entorno poco alentador, tanto interno como externo, desde la formulación del “sueño chino” y la “nueva normalidad económica” hasta el inicio de las reformas por el lado de la oferta. El XIV Plan Quinquenal para el Desarrollo Económico y Social Nacional de la República Popular China, que se aprobó en marzo de 2021, tuvo características originales considerando los antecedentes de los planes quinquenales que desde hace setenta años las instituciones de planificación china llevan adelante y que son las que proveen el marco normativo y la organización necesarios para llevarlos a cabo.

Como una continuación del plan quinquenal anterior, el XIV Plan Quinquenal (2021-2025) fue presentado enfatizando el crecimiento impulsado por la calidad y la innovación, como se mencionó. Esa era una de sus características primordiales, pues para permitir mayor flexibilidad y alcanzar los objetivos cualitativos prefijados, el Gobierno central no estableció explícitamente una meta de crecimiento para ese plan, cuestión que no había sucedido desde el I Plan Quinquenal de China (1953-1957). Ahora bien, hay que recordar que el diseño del XIV Plan Quinquenal tenía como contexto la salida de la crisis global provocada por la pandemia de COVID-19, por lo que el trabajo de los ministerios chinos al realizar su planificación fue realmente difícil, ya que los planes fijados a inicios de la década tenían una realidad muy cambiante dado el entorno de inestabilidad económica global.

Entre otras características, el XIV Plan Quinquenal representaba una oportunidad real para que China vincule sus objetivos climáticos a largo plazo con sus planes de desarrollo social y económico a corto y mediano plazo, pues priorizaba un desarrollo verde y de alta calidad. Precisamente, la pandemia de COVID-19 creó una amenaza sin precedentes tanto para la salud pública como para la economía mundial y, en respuesta a la crisis, se hizo fundamental reconocer la necesidad de no volver al antiguo modelo económico y evitar las inversiones con altas emisiones de carbono. China debía planificar de manera tal de no profundizar los problemas globales y hacer aportes para mejorar el horizonte futuro. Se acordó que el antiguo modelo de crecimiento, impulsado por la acumulación de capital físico y las fuentes de energía con altas emisiones de carbono, ya no era viable pues se había vuelto destructivo para el medio ambiente y profundamente divisivo para la sociedad.

Basándose en los logros del XIII Plan Quinquenal, para confeccionar el siguiente se planificó pensando en reducir la intensidad de carbono de la economía y alcanzar el pico de emisiones de dióxido de carbono antes de 2030. En su diseño se consideró que esta década (2021-2030) era fundamental para la historia de la humanidad por varios motivos, y casi todos ellos tienen a China como protagonista. Por otro lado, si toda la sociedad se aferra al capital contaminante y con altas emisiones de carbono, aumenta el riesgo de daños irreversibles al clima mundial, lo que afectaría particularmente los objetivos políticos y económico-ambientales de China del presente plan quinquenal y del próximo. En resumen, este plan definía el rumbo de la acción climática de China durante el período 2021-2025 y, más allá de la cuestión ambiental, el XIV Plan Quinquenal se centró en el crecimiento impulsado por la innovación, el ya mencionado desarrollo bajo en carbono, la integración de las zonas urbanas y rurales con una mayor inclusión social y el envejecimiento de la población. El plan destacaba el desarrollo verde de alta calidad y enfatizaba la innovación como eje del desarrollo moderno, para lo cual se basaba en la estrategia de doble circulación como paradigma de crecimiento, junto con reformas para mejorar la calidad de vida.

Medidas originales

Su originalidad aparece por el lado del marco del paradigma de crecimiento de “circulación dual”, que se convirtió en el pilar del crecimiento económico futuro. La idea de esa “circulación dual” la podemos subsumir en cómo tratar de reducir la dependencia de China de los mercados globales (circulación internacional) y, en cambio, fortalecer su capacidad para producir lo que desea y necesita (circulación nacional). Se suponía entonces que el aumento del consumo interno iba a servir, en el mejor de los casos, como medida anticíclica, pero tendría un impacto limitado en el crecimiento a largo plazo, que se basa en el uso eficiente de los insumos y el aumento de la productividad total de los factores (PTF). Además, se tomó nota que el crecimiento de China se veía limitado por la disminución de la población y la fuerza laboral (también un episodio sin antecedentes empíricos en la historia registrada de China), la contracción de la productividad laboral y del capital, y la disminución del crecimiento de la PTF. Por eso, se decidió que las futuras iniciativas políticas debían centrarse en la inversión en capital humano de calidad, la movilidad de los insumos desde usos de bajo valor hasta usos de alto valor, así como en una innovación que mejorase la productividad.

A la luz del tiempo transcurrido y los resultados alcanzados en estos casi cinco años cumplidos, se puede decir que el XIV Plan Quinquenal ha sido cumplimentado acabadamente, y hasta en algunos casos hay ciertas metas que han sido superadas. Es evidente que las restricciones que imponen otras economías para la disrupción del comercio global (como es el caso de Estados Unidos y sus imposiciones arancelarias) no pueden ser variables contingentes fácilmente contemplables al momento de diseñar un plan quinquenal, y de allí que algunos resultados no hayan podido ser alcanzados en su planeada magnitud, por lo que también se ha modificado profundamente el trabajo de evaluación para preparar el próximo plan quinquenal. En él las actividades relacionadas con el sector terciario y el componente del consumo doméstico cobrarán más importancia que antes para impulsar el crecimiento económico, y en este sentido una parte considerable del impacto negativo generado por la incertidumbre y los sucesos adversos ocurridos a nivel internacional mencionados anteriormente ha sido compensada por el dinamismo registrado en el consumo doméstico y el sector servicios hasta aquí. Ante la probable recurrencia de esos problemas, naturalmente el Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) pondrá énfasis en acelerar el consumo doméstico para que esa variable se transforme en la más dinámica de la demanda agregada.

Mejora de la resiliencia económica

El XV Plan Quinquenal (2026-2030) establecerá un conjunto de objetivos para el desarrollo económico de China, del cual la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma realizó un estudio preliminar el 17 y 18 de diciembre de 2023. Nos arriesgamos a pensar que estos objetivos se centrarán en mejorar la resiliencia económica, lo que incluirá diversificar los socios comerciales y reducir la dependencia de las importaciones de materiales críticos, impulsar el consumo interno y mejorar las capacidades nacionales en tecnologías clave y de innovación de China (aspectos muy destacados del plan quinquenal que ahora culmina).

Hay pistas que aparecen a partir de declaraciones públicas. Durante un simposio celebrado en abril de este año sobre el XV Plan Quinquenal, Xi Jinping enfatizó que, al planificar el desarrollo económico y social para este período, “es esencial evaluar proactivamente cómo los cambios en el panorama internacional afectan a China y la necesidad de adaptarse en consecuencia mediante el ajuste y la optimización de la estructura económica del país”. En esa frase se percibe su carácter de resiliente. El presidente Xi también destacó varias áreas clave y dijo que se debía garantizar la estabilidad económica mediante la estabilización del empleo, el apoyo a las empresas y la continuación de la apertura de alto nivel de la economía china. Por eso, es probable que el XV Plan Quinquenal redoble las medidas para impulsar la demanda interna. Entre las medidas específicas se incluirían subsidios para la compra de bienes (muebles, electrodomésticos y vehículos), así como medidas para aumentar el nivel de vida y el ingreso disponible, en particular para las poblaciones rurales y las personas mayores, quienes actualmente tienen menor poder adquisitivo pero gran potencial como consumidores. En la misma línea, también podríamos ver esfuerzos para mejorar la distribución del ingreso y aumentar los salarios de los grupos de ingresos medios y bajos. En definitiva, China ha avanzado mucho desde la era maoísta, pero el deseo de autosuficiencia se mantiene a lo largo de las décadas. 

*Gustavo Alejandro Girado es director del posgrado en Especialización en China Contemporánea y del Centro de Estudios en Investigaciones Sino-Latinoamericano, ambos de la Universidad Nacional de Lanús, Argentina.

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