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2013-February-27 10:50

El dragón llega a las profundidades

Por ZHU HONG

ENTRE el 3 de junio y el 16 de julio del año pasado, el submarino tripulado Jiaolong realizó seis inmersiones en la Fosa de las Marianas, alcanzando los 7.062 m de profundidad. El Jiaolong, que en chino quiere decir “dragón del mar”, ha sido elaborado con tecnología china. Anteriormente, tales sumergibles solo estaban a disposición de EE. UU., Japón, Francia y Rusia.

30 de junio de 2012. Última prueba del Jiaolong antes de sumergirse a 7.000 metros. CFP
 

Una esmerada labor

Capaz de soportar una presión de 7.000 toneladas por metro cuadrado en aguas de 7.000 metros de profundidad, el Jiaolong logró llegar al lugar previsto y cumplir con todos los objetivos trazados: tomar imágenes, recoger muestras sedimentarias, minerales y biológicas, colocar señales, entre otros, además de obtener importantes cifras y datos. La tripulación pudo entablar una comunicación con el personal en tierra firme y con los astronautas en el espacio, lo que significa que China está en la capacidad de investigar en aguas profundas en el 99,8% del territorio marítimo mundial.

China inició en 2002 el proyecto para la construcción de un submarino tripulado que alcanzara los 7.000 metros de profundidad. Antes de ello, un sumergible chino solo había llegado a descender hasta unos 600 metros.

“El Jiaolong ha sido diseñado completamente por ingenieros y técnicos chinos, quienes pusieron mucho énfasis en las tecnologías clave, es decir, en una estructura que resistiera a la presión, en un sistema que permitiera la vida en el interior del sumergible, en una comunicación acústica a distancia bajo el agua, en un sistema de control, etc. El ensamblaje final, el ajuste y la pruebas en el mar se hicieron también con nuestros propios esfuerzos”, destacó Xu Qinan, jefe de diseño del proyecto Jiaolong.

Xu puso énfasis en las tres principales características que distinguen al Jiaolong de similares submarinos fabricados en otros países. La primera es la técnica de navegación automática en el lecho marino y la capacidad de flotar y posicionarse en la zona designada. Esto no solo permite una rápida búsqueda y localización del objetivo, sino también el desplazamiento del sumergible a una altura constante por encima del lecho marino. El Jiaolong es el primer submarino equipado con tales funciones, de acuerdo con los datos publicados hasta la fecha.

La segunda característica es su avanzada tecnología en la comunicación acústica bajo el agua, la cual se realiza a una alta velocidad y que ha sido diseñada por el Instituto de la Acústica de la Academia China de Ciencias. Esta tecnología es capaz no solo de transmitir voces, sino también imágenes, textos y otras informaciones de forma instantánea desde el sumergible hacia el buque nodriza y, al mismo tiempo, recibir las señales dadas por este último, una función poco común en los submarinos existentes.

La última ventaja del Jiaolong tiene que ver con la utilización de una batería de plata-zinc, llena de aceite, que ha sido desarrollada por científicos chinos y que puede proporcionar al sumergible más de 110 kWh de electricidad, una característica que solo tienen los submarinos rusos. La batería de los sumergibles japoneses suministra 86 kWh de electricidad, mientras que la de los franceses y estadounidenses, más de 50 kWh.

27 de junio de 2012. Fu Wentao, miembro de la tripulación, en la quinta inmersión de prueba del Jiaolong. CFP

Dominio de las tecnologías clave

Alrededor del 60% de los equipos que utiliza el Jiaolong han sido producidos en China. “En la fabricación del Jiaolong hemos empleado tecnología y técnica avanzada del exterior, pero la tecnología esencial, las funciones y las experiencias son nuestras, las cuales permitirán continuar con la investigación y construcción de submarinos de aguas profundas”, señaló Xu Qinan.

Por ejemplo, se había planificado que los siete propulsores del sumergible fueran suministrados por una empresa estadounidense, sin embargo, estos no resultaron adecuados, de acuerdo con Xu. La compañía envió inicialmente a su personal para repararlos, pero luego no quiso asumir ninguna responsabilidad. “De inmediato decidimos iniciar la investigación y fabricación por nuestra cuenta. Gracias a nuestros esfuerzos hemos podido resolver los problemas pendientes. Ahora, las hélices de los propulsores chinos producen menos ruido que las estadounidenses”, manifestó Xu.

La intención inicial era también adquirir en EE. UU. los transductores acústicos que sirvieran de comunicación para el Jiaolong. No obstante, el Gobierno estadounidense retuvo el equipo luego de que fuera enviado de vuelta para su reparación. Sin más remedio, los especialistas chinos se pusieron manos a la obra y elaboraron dicho equipo, para lo cual se basaron en el utilizado en los submarinos capaces de sumergirse unos 500 metros.

La cápsula tripulada merece también una observación especial. Salvo la tapa de escotilla de acceso, diseñada conjuntamente por China y Rusia, la fabricación del resto de la cápsula estuvo bajo responsabilidad de los científicos chinos, en particular las tres ventanas y los equipos de penetración. La gruesa placa de acero aleado con titanio era necesaria para la elaboración de la cápsula, pero en aquel momento China no contaba con la tecnología para su producción y soldadura, por lo que se le tuvo que encargar la tarea a un astillero ruso, mientras que las pruebas de resistencia a la presión también estuvieron a cargo de un instituto de investigación ruso. China ha avanzado mucho en este campo y actualmente es capaz de producir su propio mamparo para futuros modelos.

“Nuestra base tecnológica era muy pobre cuando se inició el proyecto. En cuanto a la adquisición de tecnología y aparatos en el extranjero, nos encontramos con casi las mismas dificultades que habríamos tenido de haberlo hecho con nuestros propios esfuerzos debido al bloqueo que se nos impuso”, recordó Xu.

“Muchos países muestran hoy un gran interés en cooperar con nosotros”, aseguró Liu Feng, comandante en jefe de las pruebas en alta mar. “Pero cuando comenzamos el proyecto era difícil que viéramos los submarinos de otros países y mucho menos que tuviéramos acceso a tecnologías clave. En ese momento depositamos muchas esperanzas en los intercambios con otros países, pero estábamos en niveles totalmente diferentes; el de ellos era como el de un doctor y el nuestro, como el de un alumno de primaria”.

El 2 de febrero de 2012. Un conductor jóven del Jiaolong presenta a algunos alumnos primarios conocimientos sobre el submarino tripulado en una exposición de Beijing. CFP

Mayores esfuerzos

Estos 7.000 metros de inmersión no son el objetivo final del Jiaolong, que tiene otras finalidades, como la búsqueda de minerales en alta mar, el levantamiento topográfico de alta precisión en el fondo marino, la detección y captura de objetos sospechosos, la investigación biológica en las profundidades del mar, entre otras. En los próximos 3 ó 4 años se tiene planeado que uno o dos científicos se sumerjan en el submarino a unos 4.000 metros en el mar de la China Meridional, con el fin de explorar la cuenca y recoger diversas muestras. Asimismo, se piensan llevar a cabo exhaustivas investigaciones en las zonas del Pacífico oriental donde se hallan nódulos polimetálicos, así como inmersiones profundas en yacimientos de sulfuro.

“Todas estas actividades tienen como objetivo explorar mejor los recursos que yacen en las profundidades del mar y contribuir a la investigación científica. Los frutos beneficiarán a la gente”, dijo Liu Feng.

Las exitosas inmersiones del Jiaolong han incentivado los planes de China para fabricar una serie de submarinos tripulados. “La próxima misión es construir un sumergible capaz de descender unos 4.500 metros y que conlleve tecnología importante, como una cápsula tripulada, una bomba que soporte la alta presión del mar, una batería de litio y propulsores. Se espera que el diseño de la cápsula concluya a finales de este año y que todo el proyecto esté listo en 2018 para que así toda la fabricación de la nave sea plenamente china”, apuntó Liu Feng. “Un submarino que se sumerja a 4.500 metros será capaz de satisfacer nuestras demandas en cuanto a investigaciones científicas y resultará más económico, pues significará un ahorro del 40% respecto a lo que costó el Jiaolong”.

China, asimismo, ha dado a conocer su estación en alta mar, la cual todavía se encuentra en diseño y estudio. En forma de pequeño submarino, la estación podrá albergar durante más de diez días a un grupo de doce personas a, por lo menos, 1.500 metros bajo el mar. El proyecto debe superar aún algunas barreras tecnológicas, como el diseño de la estructura para una inmersión profunda, el suministro de materiales especiales, la construcción del sumergible, la fabricación de un armazón resistente a la presión bajo el agua, entre otras. En ese sentido, el Jiaolong ha ofrecido valiosas lecciones.

A su vez, está siendo construida una base de abastecimiento para el Jiaolong y su buque nodriza. Cuando el proyecto esté terminado, China será el quinto país, luego de Rusia, EE. UU., Francia y Japón, en poseer una base tecnológica en las profundidades del mar.

Como el propio Xu Qinan ha señalado: “China tuvo un arranque tardío en el campo de los submarinos de aguas profundas, pero está trabajando indesmayablemente por darle alcance a los demás”.

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