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2013-January-29 15:16

Caminos de ida y vuelta

Por DARÍO GUIJO

JASMIN Fu Villar es una empresaria chilena que reside desde hace unos años en China. Es una buena conocedora de la cultura (especialmente de la cocina del sur de China) y la geografía del país, el cual ha recorrido y sigue recorriendo de cabo a rabo. Durante una de sus visitas de trabajo a la capital pudimos entrevistarla.

Jasmin Fu Villar. Foto cortesía de Jasmin Fu
 

China Hoy (CH): Querríamos empezar sabiendo cuándo fue la primera vez que vino a China.

Jasmin Fu (JF): La primera vez vine cuando tenía trece años. Fue mi primer viaje fuera de casa por bastante tiempo. Vine con mis tíos y éramos quince personas. La mayor parte de mi familia china vive en Chile y vinimos a inaugurar una casa en el sur. Todos los chinos mantienen un estrecho contacto con la familia que se queda en China y las ceremonias para la inauguración fueron muy tradicionales. La inauguración duró una semana, tirando fuegos artificiales, haciendo comidas especiales para la gente de la villa... Mi familia es de cerca de Shaping, a una hora y media de Guangzhou. Estuve casi dos meses allá. Era invierno, vine durante las vacaciones de fin de curso (en Chile las vacaciones escolares son desde diciembre hasta marzo). Vi a mi abuelo de nuevo, que vivió mucho tiempo en Chile y regresó porque se enfermó y ya era mayor. Aquí se sentía más cómodo, conocía las comidas, tenía a familiares y a amigos de toda la vida, y no necesitaba depender de los que estaban en Chile. Y además estaba en su tierra, lo cual es muy importante.

CH: ¿Dónde residen entonces sus familiares?

JF: Bueno, mi familia está repartida principalmente entre Chile y China, aunque también tengo familiares en EE. UU. Aquí en China están principalmente los miembros más mayores, los que ya han necesitado regresar a sus raíces, a descansar, a lo suyo, porque nunca es lo mismo nacer en un país e irse a otro con un idioma diferente, con diferentes comidas, que vivir donde te sientes más cómodo. Pero, en cierto modo, la vida de la familia se realiza entre ambos países. Todos viajan bastante a menudo por cuestiones de trabajo o para visitar a la familia.

CH: ¿Cuál es su relación con el país?

JF: Bueno, en realidad me vine a China porque mi papá es chino y él siempre quiso que yo aprendiera a hablar chino. Él se radicó en Chile hace más de treinta años y su sueño siempre fue poder hablar con su hija en chino. En un principio yo vine a China solo por un año. Mi papá pensó que posiblemente no iba a aguantar más de ese tiempo, además soy hija única y me iban a extrañar mucho. Era complicado, pues era la primera vez que salía del país a vivir fuera. Y, bueno, desde 2008 a estas fechas ya pasé el año (risas), y en realidad estoy feliz con mi vida en China. Primero estudié chino, estuve en la Universidad de Lenguas y Culturas de Beijing (BLCU) y cuando mi chino ya estaba bien, cuando ya me podía mover y desenvolver, terminé mis clases y me puse a trabajar en una empresa de negocios china. Era una empresa de inversiones, centrada en minería y estuve ahí trabajando casi dos años.

El año pasado empecé a pensar en qué proyecto podría desarrollar. Regresé a Chile y abrí una empresa de importación-exportación, empresa que estoy en este minuto desarrollando. Al principio fue muy lento, todo el proceso administrativo, establecer lazos con clientes, pero ahora el negocio va bien. Han sido meses de duro trabajo.

CH: ¿Por qué vino al norte en lugar de irse al sur, donde están sus familiares?

JF: Fue todo por un tema de idioma. Mi papá habla mandarín además de cantonés, pero su mandarín es el de los que viven fuera de Beijing, sin nada de (risas) erhua (el acento típico de la capital), y por lo tanto, para él, la mejor opción era que yo viniera a donde se habla un mandarín más puro, donde la gente en la calle puede hablar mandarín. Como tengo familia en Guangdong, él pensaba que ningún otro lugar sería mejor que el norte. Yo elegí ir a Beijing. Era una ciudad grande, además, en 2008 fueron los Juegos Olímpicos. Cuando llegué a China, en ese minuto, sabía que los JJ. OO. eran un acontecimiento, pero no pensé que fuera tan grande. Todo el mundo estaba preparándose para recibir a la gente, a todos los turistas que llegaban. Fue una bonita experiencia. La BLCU está en una de las principales avenidas usadas para ir a la Villa Olímpica. Estaba muy arreglada, muy bonita, de fácil acceso para que los autobuses de todos los países pudieran transitar. Así pude vivir los JJ. OO. La verdad es que desde 2008 he sentido el cambio de China también. Todo ha mejorado, hay más gente que habla inglés y otras lenguas extranjeras, las ciudades están mucho más bonitas. Me siento feliz de haber vivido todo el proceso desde antes de los JJ. OO. hasta ahora.

Shaping, en Guangdong, de donde procede la familia de Jasmin Fu.
 

CH: ¿Dónde desarrolla más su negocio, en el sur o en el norte de China?

JF: En realidad tanto en el norte como en el sur. Por ejemplo, para contactar fábricas, el sur de China es más indicado por todo el tema de textiles y plásticos. Las fábricas están allá. Pero también vengo al norte, no solo por trabajo sino también para visitar a mis amigos. Acá he vivido unos años ya y estoy ligada a la ciudad. Además, la ciudad es un mercado importante.

CH: ¿Qué es lo que más le gusta de China, aquello con lo que se puede identificar más?

JF: Para mí, China tiene todo un tema cultural muy relacionado con el budismo. Con mi familia yo lo siento más fuerte que aquí en el norte. La gente allá es más creyente, se celebran muchos ritos alrededor de Guangong y de numerosas figuras relacionadas con el budismo. Mi familia es muy creyente y todos tienen su pequeño templo, en los restaurantes también. En Chile mis familiares también le rezan, le ponen en ofrenda frutas. También observan los ciclos de la Luna y las festividades relacionadas con ellos. Hay un montón de tradiciones, las cuales respeto mucho y para mí esto es lo más entrañable. En mi opinión, este tipo de creencias unen mucho a los chinos y a las familias, y hace que me sienta parte del país cuando puedo participar en ellas.

CH: ¿Cuáles son sus perspectivas de futuro en China?

JF: Al menos me quiero quedar cinco años más aquí en China para seguir desarrollando mi negocio. Ahora mismo estoy centrada entre China y Chile, pero en breve quiero que sea entre China y Sudamérica. Hay un gran potencial en todos los campos y quedan muchas cosas por hacer. Y, de todos modos, yo siempre voy a tener que estar viajando entre Chile y China, por trabajo y por familia. Además, en el sur tenemos una casa, por lo que yo también tengo un hogar acá.

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