La economía tradicional debe adaptarse a la nueva tendencia virtual
Cuando el nuevo año estaba por reemplazar el viejo, surgió un debate en torno a la relación entre la “economía real” y la “economía virtual” que atrajo una alta atención de la prensa.
Durante un programa de televisión que indaga a fondo los motivos por los cuales se ha producido una situación adversa en la industria manufacturera china, varios de los participantes invitados, en su mayoría pertenecientes a la industria de equipos electrónicos y alimentos, atribuyeron las causas al impacto que la explosión de la economía en línea ha tenido sobre la economía real. Algunos de los asistentes destacados fueron Li Dongsheng, presidente del Grupo TCL, Zong Qinghou, presidente del Grupo Wahaha, y Dong Mingzhu, presidenta de Gree Electric. Según Dong, los jóvenes nacidos en el ocaso de la década de los 80 y los años 90 prefieren quedarse en casa abriendo una tienda en línea que buscar empleo en la economía real, un fenómeno que podría plantear una amenaza oculta para el desarrollo nacional. Cao Dewang, presidente de Fuyao Glass Industry Group, considera que otro de los problemas que enfrenta la industria manufacturera china es que una gran cantidad de jóvenes no quiere trabajar en las fábricas. Como consecuencia, la economía se está desplazando hacia un modelo virtual muy desarrollado y se está dejando de lado el verdadero progreso industrial.
Sin embargo, Ma Yun, presidente de Alibaba, no tardó en dar una respuesta pública ante las críticas de los líderes industriales. “El año pasado, Alibaba consiguió un volumen de comercio online de 3,7 billones de yuanes, que a la vez representa la misma cifra para los productores de la economía real”, manifestó. “Es gracias a Internet que un gran número de estos productores han encontrado un rumbo de desarrollo”. Ma también explica que, a pesar de que la producción y la circulación de la mercancía forman parte de la economía real, Internet ha surtido efecto como una herramienta para combatir la sobrecapacidad industrial, que ocurre debido a las trabas en la circulación. “Las empresas no difieren unas de otras por ser reales o en línea, sino por ser buenas o malas”, señaló sin contemplaciones.
No es coincidencia que en una reunión rutinaria del Consejo de Estado de China, celebrada el 4 de enero pasado, Li Keqiang, primer ministro del país, también diera su interpretación sobre este tema: “Aunque las tiendas en línea pertenecen a la economía emergente, directamente sirven para incrementar las ventas de las fábricas reales. Los servicios de paquetería y mensajería son representativos de la economía emergente, empujan el consumo e impulsan la producción. Lo cierto es que este nuevo modelo también forma parte de la industria de servicios productivos, ofrece su aporte a la economía real y forma parte de esta”. Ante los asistentes de la reunión, el primer ministro reiteró su entendimiento en cuanto a la relación entre la economía virtual y la economía real, que abarca no solo la manufactura, sino también las industrias primaria, secundaria y terciaria.
La propuesta de promover a través de Internet el desarrollo económico de China no es nueva. La estrategia de “Internet+” –Internet+diversas ramas tradicionales– se lanzó hace casi dos años. Pero esta iniciativa no es simplemente una suma de los dos. Por medio de las tecnologías informáticas y la plataforma de Internet, no solo promueve una integración profunda de Internet con los sectores tradicionales, sino que también fomenta la creación de nuevas ramas de desarrollo. De hecho, al tiempo que han surgido entidades completamente dependientes de Internet, otras empresas tradicionales han optado por actualizarse, ofreciendo operaciones en línea. Este fenómeno se puede ver, por ejemplo, con Gome y Suning, tiendas de electrodomésticos que ofrecían servicios en sus almacenes de cadena, y ahora también son proveedores en línea. Esta competencia benigna ha hecho que Internet desempeñe un papel cada día más importante en la economía china. Por otro lado, compañías emergentes como Xiaomi, que cuentan con una tienda virtual propia, también se han tomado de la mano con grandes proveedores en línea, como Taobao y JD, para vender sus productos. Las nuevas y diversificadas formas de comercio en línea han sustituido a los antiguos modelos de ventas.
Sin embargo, la economía ficticia, una auténtica economía virtual de finanzas en línea, realmente debe ser controlada con seriedad en China. Como parte del veloz desarrollo del comercio digital, se dispararon los préstamos, financiamientos y seguros en línea, lo cual ha ocasionado que decenas de empresas e individuos se hundan en deudas. Su modelo de operación, similar al del “banco en la sombra”, también despierta inseguridad financiera en la economía china. Es por esto que durante la reciente Conferencia Central de Trabajo Económico se estableció una estricta prevención del riesgo como una de las medidas gubernamentales más importantes para 2017. Junto a esta, también se planteó una serie de medidas con miras al desarrollo de la economía real, como la reducción de cobros e impuestos a las empresas, lo que sin duda resultará en sucesivos efectos positivos.
En el futuro habrá una tendencia de que las economías reales que se integren activamente con Internet dispondrán de una mayor inteligencia digital y de un grupo más definido de consumidores. Además, pronto se hará realidad un modelo de venta y producción de cero inventario, lo cual también tendrá impacto en los modelos económicos actuales. No obstante, ello no debería ser una preocupación. Abramos los brazos para recibir la nueva época.