Perú y China buscan volar más alto
Jia Guide, embajador de la República Popular China en Perú.
Por JIA GUIDE*
Hace 45 años, China y Perú, dos grandes naciones situadas a ambos lados del Pacífico, estrecharon sus manos y sellaron el inicio de las relaciones diplomáticas, abriendo una nueva etapa de intercambio bilateral. A partir de entonces, los lazos entre ambos países se han ido elevando, como el vuelo cada vez más alto de un águila.
China y Perú se han convertido en socios de confianza y ayuda mutua, y los dirigentes de ambos países se han empeñado en orientar esta relación amistosa desde un nivel estratégico. En 2013, ambas repúblicas se volvieron socios estratégicos integrales y marcaron un nuevo hito en la relación bilateral. Los altos dirigentes de ambas partes se visitan frecuentemente, la confianza mutua se profundiza y los diversos sistemas de cooperación bilateral se desarrollan cada día más. En cuanto a los asuntos internacionales, ambos países respetan sus mutuas posiciones y mantienen una comunicación constante. En organismos internacionales, como la ONU y APEC, los Gobiernos mantienen una estrecha coordinación y cooperación y enfrentan juntos los desafíos globales, logrando un mayor consenso y ampliando la confianza estratégica.
China y Perú también se han convertido en importantes aliados. En 2009, ambos países suscribieron un Tratado de Libre Comercio, y para 2015 el comercio bilateral alcanzó los 16.000 millones de dólares, una suma 800 veces mayor a la registrada hace 45 años, de tan solo 19,3 millones. China es actualmente el mayor socio comercial de Perú, el principal destino de los productos peruanos y el principal exportador de mercancías a Perú.
Las inversiones mutuas se desarrollaron desde cero. A finales de 2015, las inversiones chinas en Perú alcanzaron los 14.000 millones de dólares, con más de 170 empresas de capital chino establecidas y desarrolladas en el país. Con respecto a los recursos naturales y mineros, se han adelantado con paso firme varios destacados proyectos. En términos de industrias emergentes, como construcción de infraestructura y manufactura, también aumentó la cooperación pragmática. Productos chinos como celulares, automóviles y maquinaria de construcción han logrado un éxito satisfactorio en el mercado peruano. Al mismo tiempo, los aguacates, las uvas y los productos derivados de la alpaca también han tenido una muy buena acogida en el pueblo chino.
En cuanto a la comprensión y el aprendizaje mutuo, China y Perú también se han convertido en socios inseparables. Ambas naciones tienen una larga historia y una rica civilización, lo cual significa que el aprendizaje cultural mutuo es enorme. Para los peruanos, los chinos son como sus paisanos, un sentimiento amistoso arraigado en el corazón de los dos países.
Desde que se establecieron las relaciones diplomáticas, también ha crecido el intercambio en el área de humanidades, específicamente en educación, cultura, ciencia y tecnología, deporte, entre otras. En Perú se han establecido cuatro institutos Confucio, que vienen generando un enorme interés por el idioma mandarín en la sociedad local. Cientos de estudiantes chinos han sido enviados a Perú y viceversa, y hoy estos jóvenes cumplen una misión como mensajeros de amistad entre los dos pueblos. Además, el gran número de espectáculos artísticos, exposiciones y otras actividades culturales celebradas en ambas naciones también han servido para profundizar el entendimiento mutuo.
En estos 45 años de relaciones, se puede decir que China y Perú están viviendo el mejor momento de su historia. La parte china invitó al presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, a visitar el país en septiembre. Asimismo, Perú envió una invitación al presidente chino, Xi Jinping, para visitar el país y asistir a la 24ª Reunión de Líderes Económicos de APEC. Es la primera vez en la historia que los Gobiernos de China y Perú programan visitas mutuas de sus presidentes en el tan corto lapso de dos meses. Esta es una clara representación del nuevo nivel en los lazos mutuos, una muestra de la gran aspiración tanto peruana como china de reforzar los vínculos y profundizar la cooperación bilateral, y un indicio del futuro desarrollo de las relaciones, algo que no pasará desapercibido en los futuros intercambios.
Durante estas celebraciones por el 45º aniversario de las relaciones diplomáticas entre China y Perú han surgido varias tareas históricas que ambos países deben cumplir mano a mano.
En primer lugar, es necesario reforzar la confianza mutua en cuanto a la política y esforzarse por cumplir la meta del “centenario”. A pesar de la diferente situación general de los dos países, tanto el continuo fortalecimiento de la confianza política como la meta conjunta de desarrollo han logrado que la relación bilateral se haya dado de una manera vigorosa y activa durante estos 45 años. China y Perú tendrán una gran coincidencia histórica: en 2021, cuando se cumplan 50 años de relaciones diplomáticas, el país andino conmemorará los 200 años de su independencia, y China, el centenario de la fundación del Partido Comunista de China. Como reza un proverbio chino: “El tiempo no espera a nadie”. En cuanto al desarrollo de la relación bilateral, debemos aprovechar todas las oportunidades y esforzarnos por elevarla a un nuevo nivel.
En segunda instancia, se debe promover la cooperación pragmática de acuerdo con las demandas domésticas. Tanto China como Perú son economías emergentes que cuentan con un gran potencial de desarrollo. Ambos países se encuentran en un periodo clave de transición y de actualización económica, lo cual da pie para una extensa cooperación. China y Perú deben esforzarse por explotar y aprovechar plenamente las ventajas de complementación recíproca, sobre todo en términos de vinculación y comunicación de infraestructura, fabricación de maquinaria y equipos, metalurgia, procesamiento de productos agrícolas, silvicultura y pesca, entre otros. Es necesario que ambas partes tengan en cuenta sus respectivas demandas de desarrollo y promuevan enérgicamente la cooperación en áreas como la capacidad productiva y la inversión, convirtiendo dicha relación pragmática en un ejemplo de cooperación entre naciones emergentes y entre Sur-Sur.
Finalmente, se deben fortalecer los intercambios culturales y la construcción de una base sólida de voluntad entre los pueblos. “De una raíz profunda nacen buenos frutos”, reza un dicho. Los intercambios culturales favorecen el incremento del entendimiento mutuo entre los pueblos, sentando las bases sociales y fortaleciendo de raíz la cooperación bilateral. Debemos aprovechar plenamente los recursos invaluables de Perú y China como grandes naciones culturales, y promover la colaboración y el intercambio cultural, educativo, turístico, etc. Dicha comunicación cultural promueve el aprendizaje mutuo y evita que las distancias geográficas se interpongan en el intercambio cultural, que, sin duda, es de gran ayuda para establecer una mayor comprensión y amistad entre los pueblos.
El cóndor pasa, una reconocida composición musical andina, refleja el coraje y la audacia con los que el pueblo peruano ha logrado sobrepasar los desafíos y obstáculos, siempre mirando hacia adelante. En la cultura china, en lugar de un cóndor, el ave que simboliza el espíritu sublime y temerario, y la fuerza para superarse y progresar, es el águila, y esto es exactamente lo que necesitan China y Perú para estrechar su cooperación estratégica y profundizar su amistad tradicional. En sus versos, el célebre poeta chino Li Bai elogió la rapidez y la altura del vuelo de las enormes águilas. Confío en que con esfuerzos conjuntos, dos socios estratégicos tan íntegros como China y Perú logren forjar su relación veloz y felizmente, continuar con el legado de sus predecesores y conquistar un vuelo más alto.
*Jia Guide es el embajador de la República Popular China en Perú.
26 de diciembre de 2015. El buque hospital “Arca de la Paz” de la Armada china zarpa del puerto del Callao (Perú), después de brindar atención médica en el marco de la Misión Armoniosa 2015. Cnsphoto