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2016-November-29 10:35

ProMéxico, un trampolín hacia el mercado chino

Jorge Barbosa Rendón, director de Atención a Temas para Asia y Medio Oriente de ProMéxico.

 

Por ARTURO SUÁREZ RAMÍREZ*

A partir de la década de 1990, la relación de México con China tomó una gran relevancia. Es nuestro segundo socio comercial, nosotros somos su primer socio en América Latina y el año pasado el comercio entre ambas naciones fue de más de 74.000 millones de dólares. El papel que juega ProMéxico es vital. Se trata de un fideicomiso del Gobierno mexicano que promueve el comercio y la inversión internacional. Por ello, platicamos con Jorge Barbosa Rendón, director de Atención a Temas para Asia y Medio Oriente de ProMéxico.

Trabajo en equipo

Con una extraordinaria vista urbana que contrasta con la serranía del Valle de México que se aprecia desde su oficina, amable y sonriente en todo momento, Jorge Barbosa reflexiona sobre la relación bilateral entre México y China. Considera que esta se encuentra en uno de los mejores momentos de su historia y reconoce que ello es gracias al esfuerzo que han sostenido ambos Gobiernos de forma continua, pero también a la participación de otras alas de la sociedad, como empresarios, estudiantes, académicos, deportistas y otros profesionales que participan en la relación trabajando con gran calidad.

El funcionario calificó de extraordinaria la labor del cuerpo diplomático destacado en la región: “Un reconocimiento a la labor que desarrolla la Embajada de México en China, liderada por el embajador Julián Ventura Valero, y el excelente equipo de trabajo, que han llevado nuestra relación a un estado sin precedentes en prácticamente todos los ámbitos”.

Sobre las actividades que realiza la dependencia y su área, comenta que ProMéxico tiene un amplio catálogo de apoyos y servicios para los empresarios que lo requieran, para quienes tengan interés por la exportación, para internacionalizarse en China o en algún otro país, así como para encontrar socios en el extranjero para el buen desarrollo y crecimiento empresarial: “Los apoyos van enfocados principalmente hacia las pequeñas y medianas empresas (pymes), que necesitan facilidades e impulso para poder realizar sus exportaciones, o participar en negocios en el extranjero”.

Barbosa Rendón aprovecha la ocasión para lanzar una invitación a las personas que tienen intenciones de tener una relación con China, para que se acerquen a las instituciones mexicanas, ya sea para estudiar, investigar, aprender el idioma o, por supuesto, hacer negocios. “Para aquel que quiera llegar a China, están todos los caminos ya trazados”, enfatiza.

En cuanto a la proyección a corto plazo de la relación comercial entre ambos países, asegura que esta se va a seguir intensificando y diversificando. Entre los productos mexicanos que más se exportan a China figuran automóviles, autopartes, aparatos eléctricos y aparatos mecánicos. Los productos agropecuarios vienen también subiendo en el ranking de las exportaciones.

“Podemos darnos cuenta de que no solamente somos un país que exporta recursos naturales, sino que tenemos también una amplia gama de alto valor agregado que les enviamos a los consumidores chinos y que se está aprovechando”.

China, un mercado seguro para invertir

Al ser consultado sobre las dificultades al exportar a China, su respuesta es contundente y sin dudas: “No es difícil, lo único que se necesita es contar primero con una capacidad u oferta exportadora. Una vez que se cuenta con ella, se deben acercar a las instancias que se encuentran mucho más cercanas al mercado meta, como ProMéxico”.

Sobre la probabilidad de éxito que buscan los empresarios mexicanos al llevar sus productos y servicios a China, Barbosa Rendón sostiene que el inversionista busca seguridad, y China para ello es garantía y representa estabilidad. En lo particular, el inversionista mexicano se está dando cuenta de que el proceso de reformas que están siguiendo los chinos hace cada vez más saludable la inversión.

Pensativo, Barbosa Rendón habló sobre las diversas posibilidades de crecimiento: “No solamente se trata de una gran población a la cual pueden tener acceso, sino que se trata también de la calidad de dicha población. Existen grupos de personas cada vez con mayor urbanización –como parte del proceso de modernización–, que están solicitando y exigiendo productos extranjeros de calidad, como los que hay en México”.

Entre los productos que pueden tener oportunidades de exportación se encuentran las bebidas alcohólicas, los cárnicos y los productos del mar. Los interesados pueden encontrar más información en el portal de ProMéxico.

China tiene un aroma milenario

Ahora nuestra charla se va centrando en la experiencia de haber vivido ocho años en China. Visiblemente los recuerdos llegan a su mente. Para nuestro entrevistado vivir en China fue sumamente enriquecedor: “Para cualquier persona que ha tenido la oportunidad de estar allá, no solamente se trata del desafío de encontrarse con una cultura en amplios aspectos ajena a la nuestra, sino también de reconocer la propia cultura de la cual uno se aleja y de identificar aquellas semejanzas entre China y México”.

Parte importante de las culturas es la alimentación y ello es algo que marcó indudablemente a Jorge Barbosa durante su estancia en China, pues el rostro le cambia al recordar los sabores. La gastronomía china se encuentra llena de sorpresas culinarias. Al igual que la mexicana –refiere– es deliciosa: “Los invito a explorar más allá de los típicos restaurantes chinos que se localizan en el país”.

Barbosa destaca algunas particularidades de lo cultural: “Todo lo relacionado con el arte, los ritos y las tradiciones en China tienen también un aroma milenario, y ello se puede percibir al caminar por las calles de algunas ciudades que conservan una arquitectura que podríamos llamar tradicional. No solamente me refiero a las paredes, a la pintura o al diseño de las casas, sino también a los gestos, a las expresiones de la gente que recorre las calles, por ejemplo, de Beijing”.

En cuanto a los ciudadanos chinos y su experiencia, sin titubeos afirma: “El chino es, sin lugar a dudas, como el mexicano, una persona con un corazón lleno de bondad, siempre hospitalario con cualquiera que realice una visita a un centro de trabajo, a su casa, o simplemente al encontrarse con ellos en la calle”.

Respecto a su estancia en China, el saldo es positivo y lo refleja en sus declaraciones: “Lo que más me llevo son amigos, compañeros de viaje y vida, muchos relacionados con lo profesional, gracias a diferentes oportunidades en el ámbito cultural, académico, gubernamental o empresarial. Pude darme cuenta de las amplias aspiraciones de la sociedad china, siempre avanzando, haciendo las personas cada vez más por su futuro y el de sus familias”.

Una barrera al llegar a otra cultura es el idioma. El funcionario tiene un buen manejo del idioma chino y acepta que la cotidianidad y la necesidad fueron aliadas para lograr ese nivel, aunque advierte: “Lo principal es aproximarse al chino pensando con una mente abierta, fresca y, eso sí, con mucha paciencia y mucha perseverancia. No es tan difícil como parece”.

*Arturo Suárez Ramírez es periodista mexicano y conductor de radio y televisión. Ha sido director de un periódico y otros medios.

 

28 de junio de 2016. Mezcladoras diseñadas especialmente para los clientes mexicanos en la Fábrica de Loxa de Foton en Xuanhua. Cnsphoto

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