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2015-July-30 09:41

Una nueva imagen del “hecho en China”

 

Por XIANG ANBO*

ANTE un contexto de mayores restricciones en cuanto a los recursos y uso del medio ambiente, de una aguda competencia en el mercado y de un rápido avance de la tecnología, difícilmente se podrá llevar a cabo una modalidad de desarrollo que se caracterice por la elevada inversión de elementos de producción y la predilección por la expansión cuantitativa. En ese sentido, tanto el Gobierno chino como las principales empresas del país se han dado cuenta de que el proceso de crecimiento extensivo ha terminado y de que deben actuar enérgicamente para adaptarse a las nuevas tendencias. Este cambio realizado en el sector manufacturero chino ha contribuido a mejorar la imagen y competitividad de los productos “hechos en China”, e incluso ha influido en la división internacional del trabajo y la estructura manufacturera mundial.

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20 de mayo de 2015. El lanzamiento del YotaPhone 2 tiene lugar en la Embajada de Rusia en Beijing. YotaPhone 2 es el primer celular digital de doble pantalla del mundo, con diseño ruso y producción china. CFP

 

Prácticas en el cambio de modalidad

Como parte de su proceso de cambio de modalidad de desarrollo, el sector manufacturero chino viene presentando nuevas características:

En primer lugar, las industrias emergentes surgen continuamente, mientras que las empresas pilotos que dirigen la reforma y el desarrollo sectoriales crecen con rapidez. Por ejemplo, las empresas de gestión de la cadena de suministro aparecen inmersas en una circunstancia en la que las tradicionales empresas manufactureras intentan crear sus propias redes de venta por Internet, a fin de aprovechar el veloz desarrollo del “Big Data” y del proyecto “Internet +”.

Asimismo, se está llevando a cabo la actualización y el cambio de modalidad en la industria tradicional. Al respecto, la industria tradicional ha encontrado mucho espacio de mejoramiento, cuya realización se caracteriza por el poco riesgo, el bajo costo y el rápido efecto. Generalmente se piensa que elevar la eficiencia y el valor agregado de la industria tradicional será más seguro que reemplazarla con la industria emergente; hablamos, por ejemplo, de transformar una fábrica de prendas de vestir de seda en una empresa cultural de la seda, o de convertir a las empresas procesadoras para la exportación –como las fábricas de textiles– en modernos servicios en un parque multifuncional de industrias creativas. En vez de decretarse el fin de las industrias tradicionales, la actualización y el cambio de modalidad les han dado la oportunidad de mejorar y salir adelante.

Del mismo modo, el sector manufacturero del país se viene esforzando por ampliar su ámbito de producción hacia los servicios, por pasar de ser productor a ser contratista general, por buscar una transición desde la mera fabricación hacia el diseño de obras que cubra no solo el terreno productivo, sino también el de la vida cotidiana. Se desea elevar la competitividad productiva a través del ofrecimiento de servicios innovadores, de la creación de industrias de servicios modernos por medio de la combinación de producción y servicios, de brindar servicios agregados, etc.

El desarrollo ecológico se ha convertido en un objetivo sectorial. Las empresas más reconocidas aplican generalmente una estrategia de desarrollo sostenible. Se ha incrementado la preocupación por una producción segura y por la protección medioambiental. Se busca elevar la eficiencia productiva, el ahorro en el consumo de recursos y energía mediante el impulso de una economía circular, implementar la producción limpia y la producción LEAN (producir utilizando los mínimos recursos) y usar materiales y tecnologías que favorezcan el ahorro energético y la protección medioambiental.

Hoy en día, además, se da una mayor importancia a la innovación y a la marca. Con el fin de elevar su competitividad en áreas medulares, las empresas chinas líderes prestan cada día más atención a la innovación tecnológica. Cada año aumenta la inversión en investigación científica y tecnológica, destinada principalmente a la investigación y desarrollo (I+D) de tecnologías clave y a industrializar los logros de los estudios tecnológicos. Al mismo tiempo, muchas empresas están interesadas en contar con su propia estrategia de desarrollo de marca y en cómo manejarla, a fin de elevar su valor e influencia.

Las empresas desean también ampliar su portafolio de productos e incursionar en nuevos mercados. Para ello buscan participar en el estudio y establecimiento de normas de producción, así como multiplicar modos de operación. Estas empresas se destacan notablemente por coordinar la relación entre crecimiento y calidad de productos, y también por conciliar sus intereses a corto y largo plazo.

Las empresas esperan crear valor sostenible y elevar su productividad a través del cambio de modalidad, mientras que el concepto de actualización se ha convertido en una aspiración para muchas de las grandes firmas chinas. El esfuerzo de las empresas ha sentado las bases del cambio de modalidad y de la actualización de la producción nacional. Durante este proceso, la industria manufacturera china ha alcanzado un notable progreso, ha impulsado el mejoramiento de la estructura industrial del país y ha logrado un efecto ideal en cuanto a ahorro energético y reducción de emisiones contaminantes. En algunas de las primeras zonas que impulsaron el cambio de modalidad, el consumo –y no la inversión- se ha convertido ya en el principal motor del crecimiento económico.

La meta: ser una potencia manufacturera

El cambio de modalidad y la actualización han sido una búsqueda autónoma emprendida por las empresas manufactureras chinas. No son pocos los productores que han acumulado ricas experiencias al respecto, mientras que las autoridades gubernamentales han emitido normativas y medidas de respaldo e incentivo. Sin embargo, durante este proceso, las empresas manufactureras han enfrentado también muchas dificultades. Por ello, demandan la creación de un ambiente económico que se adecue al desarrollo y al cambio de modalidad de éstas, especialmente los correspondientes mecanismos de índices, exámenes y verificaciones. Las autoridades gubernamentales, por su parte, deben desempeñar un papel social más que económico y, a la vez, crear un ambiente de políticas que favorezca la estabilidad de las empresas y su desarrollo a largo plazo.

A nivel mundial, la crisis financiera internacional ha hecho que diversos países presten una mayor atención a la industria manufacturera. Las principales economías desarrolladas también han formulado sus propias estrategias y políticas en cuanto al desarrollo industrial y a la recuperación y actualización de su sector manufacturero. Por ejemplo, Estados Unidos ha aprobado una serie de planes y proyectos, a fin de lograr la reindustrialización y el renacimiento de su manufactura. También tenemos como ejemplos la estrategia “Industria 4.0”, presentada por Alemania, el plan “Nueva Francia Industrial”, en Francia, la estrategia “Manufactura de Alto Valor”, en Inglaterra, el “Plan de Renacimiento Industrial”, en Japón, entre otros. Todos los países compiten por alcanzar una posición predominante en esta nueva revolución tecnológica y en la reforma industrial. Ante esta situación, la manufactura china viene también acelerando sus pasos hacia una actualización y cambio de modalidad, y hacia una mejora de su competitividad.

En 2010, China volvió a figurar entre los gigantes manufactureros. Sin embargo, en comparación con el nivel del mundo desarrollado, la producción fabril china es grande pero no fuerte y dista mucho de los primeros lugares en cuanto a tecnologías innovadoras, capacidad básica industrial, eficiencia en el uso de recursos, nivel de informatización, calidad y eficiencia, etc. A su vez, en el campo de la producción de gama baja, China enfrenta una competencia más aguda por parte de otros países en vías de desarrollo. Frente a la necesidad de una reforma tecnológica, nuestro país estableció la estrategia “Hecho en China 2025”, con orientaciones en cinco áreas: innovación manufacturera, calidad de productos, desarrollo ecológico, mejora estructural y formación de personal cualificado. Este es el primer plan de acción de 10 años centrado en el desarrollo manufacturero, y cuya meta a largo plazo es la de “convertir a China en la primera potencia mundial manufacturera para el año 2049”.

18 de junio de 2015. Se inaugura en Fuzhou, capital de la provincia de Fujian, la XIII Feria de Proyectos que son fruto de la cooperación entre ambos lados del Estrecho de Taiwan. Allí participan más de 2300 empresas y acuden más de 13,8 mil visitantes. CFP
 

Nuevas oportunidades

En su camino rumbo a convertirse en potencia manufacturera, China no solo irá creando oportunidades de desarrollo para su propio sector manufacturero, sino también para el de otros países.

Por un lado, en medio de la “nueva normalidad” del desarrollo económico chino, el Gobierno está tratando de guiar a la economía hacia un modelo de crecimiento impulsado por el consumo interno. La producción está más orientada a satisfacer las exigencias cada vez mayores de los consumidores, tanto en calidad como en servicio. Ello supone que China, en su camino rumbo a convertirse en potencia manufacturera, demandará una gran cantidad de equipos de alta gama y de elaboración minuciosa, tanto como materiales de alta calidad. Por otro lado, ser una potencia del sector de la manufactura supone que China cumpla con ser también una “nueva fábrica del mundo” con un menor consumo energético y un mayor nivel de protección medioambiental.

Ser un país fuerte en el sector manufacturero representa también el esfuerzo de China por encarar el desafío del cambio climático y cumplir con sus responsabilidades ante el mundo. El proceso de industrialización de China ha influido en el territorio y en la población en una manera nunca antes vista. Antes, Occidente estaba preocupado de que China pudiese cumplir su proceso de industrialización y modernización sobre la base de su actual capacidad de recursos y de su medio ambiente. Gracias a la colaboración continua entre empresas y gobiernos, China ha encontrado un nuevo camino de industrialización de una duración relativamente corta y a un menor costo, pese a las condiciones limitadas de recursos. El objetivo de ser una potencia manufacturera representa una nueva visión de industrialización basada en la innovación tecnológica, la creación de una marca de alta calidad, el desarrollo verde y una mejora estructural.

*Xiang Anbo es investigador adjunto del Instituto de Empresas del Centro de Estudios del Desarrollo, del Consejo de Estado de China.