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2016-December-1 14:32

“Si realmente quería ser un escritor, tenía que arriesgarlo de una manera más radical”

Andrés Felipe Solano. Revista Semana (Colombia)

 

Entrevista al escritor colombiano Andrés Felipe Solano

 

POR: MATEO HERRERA

 

Gracias al Plan de Promoción de Colombia en el Exterior, pudo recibir  er de su prar una entrevista exclusiva con esus futurosuna iniciativa de la Cancillería colombiana, China recibió por primera vez al joven cronista y novelista bogotano Andrés Felipe Solano (1977), seleccionado en 2010 por la revista británica Granta como uno de los mejores escritores en español menores de 35 años.

 

En entrevista exclusiva para China Hoy, el autor habló sobre su obra, reconocimientos y vida en Corea, país en el que se inspiró para escribir el ensayo Corea: apuntes desde la cuerda floja, con el cual ganó el premio Biblioteca de Narrativa 2015, otorgado por la universidad EAFIT. Solano, además, dio un adelanto de su nueva novela de ficción, que terminó de escribir hace tan solo un par de meses.

 

China Hoy (CH): ¿Qué significa el galardón de la EAFIT y, sobre todo, el hecho de haber superado a escritores como William Ospina y Juan Gabriel Vásquez en una competencia reñida?

 

Andrés Felipe Solano (AFS): Fue algo muy inesperado, no solo por la misma naturaleza del libro, publicado en Chile por una editorial pequeña de una universidad, sino porque es sobre Corea, un tema muy ajeno para Colombia. Sobre el significado del premio, me pasó algo un poco parecido a lo que pasó cuando quedé escogido por la revista Granta como uno de los mejores escritores en español. Básicamente, significa que mucha más gente tendrá acceso a lo que escribo. Como he estado un par de años fuera de Colombia, a veces pienso que la gente quizás no tiene acceso a lo que escribo, dado que no hago vida literaria en Colombia, y eso es importante para los libros.

 

 

CH: Como escritor, se ha destacado, sobre todo, por sus crónicas. ¿Cómo fue su inmersión en este género periodístico?

 

AFS: Yo estudié literatura y no pensaba ser periodista. Pero antes de terminar la universidad pensé que una posible forma de ganarme la vida podría ser como periodista. Antes de graduarme, empecé a trabajar en [la revista] Cromos y rápidamente me empezaron a pedir cierto tipo de artículos que después me di cuenta de que eran crónicas. Cuando tenía alrededor de 22 años, empecé a leer crónicas periodísticas y, a la vez que empezaba a trabajar, me di cuenta de que era una manera totalmente válida de escribir y de relatar ciertas cosas usando herramientas literarias, que era lo que me interesaba.  

 

 

CH: Una de sus crónicas más aclamadas es Seis meses con el salario mínimo, en la cual relata su vida en Medellín con tan solo 484.500 pesos (USD $150)  mensuales. ¿Fue esta experiencia un punto de inflexión en su vida?

 

AFS: Solo después de haberlo hecho me di cuenta de las implicaciones personales que tuvo esa crónica. Yo volví a Bogotá e intenté engranar nuevamente con mi vida, incluso conseguí un trabajo mejor que el de antes de irme, pero empecé a sentirme miserable trabajando otra vez como periodista de tiempo completo. Después de Medellín, me di cuenta de que si realmente quería ser un escritor tenía que arriesgarlo de una manera más radical, y eso finalmente fue lo que pasó. Cuando llegó la invitación a Corea no lo pensé dos veces y me fui a Seúl, y ahí mi vida tomó otro rumbo.   

 

 

CH: Tanto Seis meses con el salario mínimo como Corea: apuntes desde la cuerda floja son experiencias que han evitado que se convierta en el típico periodista de escritorio. Personalmente, ¿cuál ha sido la importancia de salir de su “zona de confort”?        

 

AFS: Han sido carambolas del destino, siguiendo mi intuición. Pero lo he pensado y creo que la manera en que mejor funciono es descentrándome, en todos los aspectos de la vida. Cada cierto tiempo se activa algo en mí que me hace buscar una manera diferente de estar en el mundo, y eso finalmente se ha reflejado en lo que escribo. No es algo que yo me proponga, pero termino dando esos pasos. Me interesa verme confrontado con ciertas cosas que, por mi naturaleza un poco tímida, no me movería hacia ellas. Eso es lo que ha hecho el periodismo en mi.

 

CH: Colombia fue el único país de Latinoamérica que envió tropas a la Guerra de Corea. ¿Esto es algo que los coreanos tienen presente?

 

AFS: Sobre todo las personas mayores. Incluso, unos veteranos coreanos que entrevisté se pusieron muy alegres, como diciendo “no vemos un colombiano hace 50 años, cuando peleamos junto a ellos”. Los jóvenes también están enterados de lo que pasó, pero no sienten especial admiración o respeto, es algo muy lejano a sus vidas.

 

 

CH: Diplomáticamente, Asia y América Latina son cada vez más cercanas. Sin embargo, aún hay gran desconocimiento mutuo en términos de literatura. ¿Qué solución propondría para cerrar un poco esta brecha?

 

AFS: Es difícil dar una receta, pero lo primero es traducir. No se si China tenga algo parecido al instituto coreano donde trabajo, que apoya la traducción de obras literarias, pero este tipo de institutos son el primer paso para poder conocer las obras literarias de un país. Es un instituto del gobierno que apoya la formación de traductores, a siete idiomas, y la publicación de obras. En los diez años que llevan, han logrado ampliar el espectro muchísimo.

 

 

CH: ¿Algún abrebocas de su nueva novela, Cementerios de neón?

 

AFS: Es una novela que sucede entre Colombia y Corea. Uno de los principales personajes es un veterano colombiano de la Guerra de Corea y otro es un profesor de taekwondo coreano que emigró en los sesentas a Colombia. Ahí se teje una relación muy especial entre los dos, que es lo que realmente lleva al lector a desentrañar el libro.

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