A medida que China avanza hacia su objetivo de erradicar la pobreza en el país para 2020, está asumiendo un papel mundial cada vez más importante en asuntos como la energía, el clima y la salud y el desarrollo mundial, afirmó Mark Suzman, director de estrategias de la Fundación Bill y Melinda Gates.
Desde 2007 la fundación ha estado apoyando a China en la superación de los desafíos internos de salud y desarrollo y se ha centrado en cuestiones como el VIH, la tuberculosis, el control del tabaco y la lucha contra la pobreza extrema, detalló Suzman a Xinhua en una entrevista concedida esta semana.
"Para apoyar los esfuerzos de erradicación de la pobreza de China, estamos trabajando con socios chinos para probar intervenciones innovadoras en nutrición infantil, atención primaria sanitaria y servicios financieros para los pobres", agregó Suzman.
China tiene el récord notable de haber reducido los casos de malaria de millones a cero dentro de sus fronteras en los últimos 60 años.
"China también es la fuente principal de la ciencia que hace posible el control", destacó y se refirió a la científica china Tu Youyou, quien ganó un Premio Nobel por descubrir la artemisinina, el tratamiento estándar para la malaria en todo el mundo. China también está entre los mayores proveedores del mundo de mosquiteros tratados con insecticida, que han evitado más de 500 millones de casos de malaria en poco más de una década.
La fundación está trabajando con socios como el Ministerio de Comercio y la Comisión Nacional de Salud para suministrar productos contra la malaria de alta calidad, de bajo costo y fabricados en China, para alentar a China a que ayude a estrechar la brecha global en la financiación en este campo, y aplicar la experiencia de China en sistemas de respuesta y vigilancia de enfermedades a comunidades locales con alta incidencia de malaria en África.
China también podría liderar el mundo en otras áreas. Su experiencia farmacéutica inspiró a la fundación para ayudar a crear el Global Health Drug Discovery Institute en asociación con el gobierno municipal de Beijing y la Universidad Tsinghua para desarrollar nuevos medicamentos para enfermedades como la tuberculosis, que afectan desproporcionadamente a las personas que viven en países de bajos ingresos.
"Todos estos acontecimientos interesantes han reforzado el potencial de China como catalizador positivo para el desarrollo en todo el mundo", afirmó Suzman.
La próxima Cumbre del Foro de Cooperación China-África (FOCAC, por sus siglas en inglés) de Beijing servirá para profundizar en la colaboración, y China aprovechará su capacidad para avanzar en los desafíos más urgentes a los que se enfrenta África.
China también sirve como uno de los mejores ejemplos de crecimiento económico impulsado por la transformación agrícola, y en este ámbito también puede ayudar a transformar África.
Desde 2016 la Fundación Gates ha estado trabajando con el Ministerio de Comercio y el Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales para apoyar los Centros de Demostración de Tecnología Agrícola establecidos por China en Mozambique y Zambia.
"Nuestro objetivo es pilotar un modelo en el que la experiencia de China en la mejora de cultivos, la mecanización y la extensión de la tecnología se pueda aplicar a las condiciones locales y generar cambios en los sistemas en diferentes contextos africanos", indicó Suzman.
A medida que la Fundación Gates entra en la segunda década de su asociación con China, busca continuar apoyando al país en el pleno aprovechamiento de su potencial para crear un mejor futuro compartido para todos.
"Estoy ansioso por que la cumbre sea un ejemplo para el futuro de la cooperación para el desarrollo, ya que China tiene como objetivo convertirse en un líder aún más fuerte en este campo", manifestó Suzman.