A medida que China ha abierto su mercado al exterior, su economía se ha desarrollado incesantemente. Durante ese proceso se ha promovido la relación de beneficio mutuo entre las empresas y los consumidores tanto dentro como fuera del país. Al mismo tiempo, se ha establecido un entorno institucional y una garantía adecuada para la globalización. En medio de la incertidumbre generada por el proteccionismo, China continúa comprometiéndose a abrirse con acciones estables, transparentes y predecibles.
Un sistema comercial abierto beneficia a todos
La teoría del libre comercio es una de las piedras angulares de la economía occidental. Los economistas occidentales y la mayoría de sus Gobiernos reconocen el papel esencial de la “mano invisible” en las actividades del mercado. En un sistema de mercado abierto, la competencia conduce a la optimización de la distribución de recursos y a la reducción de costos para la cooperación comercial. La poca intervención gubernamental en este sistema puede generar un proceso de toma de decisiones más eficiente.
Basándose en la idea de que la competencia y la cooperación conducirían a un resultado de beneficio mutuo, se estableció el sistema comercial multilateral de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y se fortaleció la integración económica global. Por la confianza en el sistema multilateral global, el número de miembros de la OMC ha aumentado, así como sus contribuciones a la reducción de aranceles y la resolución de fricciones comerciales. Con más participantes, la OMC también se ha vuelto más inclusiva. El concepto de apertura y libre comercio que sostiene la OMC se ha ganado el respeto de los miembros. Desde que en la década de 1990 China transformó su economía planificada en una basada en el mercado, el factor precio ha jugado un papel cada día más importante en la distribución de recursos. La incorporación de China en la OMC en 2001 proporcionó a las empresas chinas una amplia plataforma de desarrollo, así como un entorno de desarrollo más transparente y justo para la entrada de las inversiones extranjeras en China.
El entorno abierto crea beneficios económicos y sociales notables para China y la comunidad global. Tanto el comercio de bienes y servicios como las actividades de inversión y la participación activa de las empresas chinas ayudan a otros países a maximizar sus ventajas comparativas. Después del ingreso a la OMC, China ha revisado, ajustado y mejorado sus leyes y políticas relacionadas con el comercio exterior, y ha intensificado el desarrollo sinérgico con otros países. De hecho, el compromiso de China en cuanto al nivel de apertura es mucho más alto que el promedio de los países en vías de desarrollo.
Según el libro blanco “China y la OMC”, desde 2002 China ha contribuido un 30 % al crecimiento económico mundial y se ha convertido en el principal socio comercial de unos 120 países y regiones. Desde 2013 es el segundo mayor país importador de comercio de servicios y ha hecho grandes contribuciones en el impulso del consumo, el empleo local y el crecimiento económico de los países exportadores. De acuerdo con las cifras del World Investment Report 2019, publicado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, en 2018 el flujo de inversiones extranjeras hacia las economías desarrolladas disminuyó un 27 %, llegando a su punto más bajo desde 2004. Las inversiones extranjeras hacia los países en vías de desarrollo aumentaron un 2 % y hacia China crecieron un 4 %, alcanzando los 139.000 millones dólares.
La Ronda de Doha empezó en 2001 con el desarrollo como tema central de su agenda, y se planeó terminarla antes del 1 de enero de 2005. Sin embargo, después de muchas rondas de discusiones entre los participantes en temas como la agricultura, el acceso al mercado de productos no agrícolas, entre otros, la negociación no ha llegado a su fin. A pesar de eso, China ha implementado más medidas de apertura, reduciendo los aranceles de bienes extranjeros, facilitando medidas comerciales y ampliando el acceso de los mercados al sector de servicios con la intención de fortalecer la internacionalización económica y la adaptación de normas internacionales. El país asiático es parte activa del proceso de globalización.
28 de mayo de 2019. Inauguración oficial de la Feria Internacional de China para el Comercio de Servicios.
Decidido a abrirse
Los líderes chinos se han comprometido en muchas ocasiones a que su país no cierre sus puertas, sino más bien las abra aún más, lo que muestra su intención de seguir impulsando la apertura del mercado y, por ello, se han tomado muchas medidas en ese sentido. Mientras defiende firmemente la institucionalidad multilateral de la OMC, se opone al unilateralismo y participa en la reforma de la OMC, China también se esfuerza por reducir las barreras de inversiones comerciales regionales y bilaterales, y proporciona un fuerte apoyo al desarrollo económico de varias partes.
Reducir los aranceles de importación de productos crea condiciones más favorables para que los productos extranjeros atraigan a los consumidores chinos. Las tasas arancelarias promedio ponderadas de China fueron de entre 1,5 y 2,0 puntos porcentuales menos que las de EE. UU. y la Unión Europea, pero China ha reducido aún más los aranceles de una gama más amplia de productos desde 2008. Con los incentivos por la reducción de aranceles, en 2018 China importó 9300 millones de dólares de cosméticos, con un crecimiento del 67,5 % respecto al año anterior, así como 11.400 millones de dólares de productos acuáticos y marinos, con un aumento del 39,9 % en comparación con 2017. La promoción de facilidades comerciales también ha sido simultánea. La ventanilla única del comercio internacional de China ya está vinculada con 11 autoridades de despacho de aduanas, lo que cubre casi todo el proceso principal de liquidación. El tiempo promedio de liquidación de los productos importados puede completarse en 20 horas y en menos de dos horas para los exportadores.
Se trabaja para ampliar el acceso al mercado de las inversiones extranjeras y mejorar la garantía jurídica para los inversores extranjeros. Con la experiencia adquirida en las regiones piloto, China ha gestionado la inversión extranjera con tratamiento nacional previo al establecimiento y una lista negativa que proporciona garantías para la optimización del proceso y la apertura de la gestión de inversiones extranjeras. Desde 2018, se ha ampliado el acceso a los mercados manufactureros y de finanzas, lo que ha despertado el deseo de inversores extranjeros por ampliar sus inversiones.
Es importante impulsar activamente el comercio regional y establecer una plataforma cooperativa comercial más abierta entre sus miembros. China ha firmado 16 tratados de libre comercio con 24 países y regiones. Como participante activo en la globalización, el volumen comercial entre China y dichos socios ha superado un cuarto del total del comercio exterior. En los tratados de libre comercio firmados, más del 90 % de los productos gozan de aranceles cero. China se comprometió a aumentar los sectores de servicios de 100 a 120. También tiene un papel activo en la Asociación Económica Integral Regional, orientada por la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático y que promueve las negociaciones comerciales del Acuerdo de Libre Comercio entre China, Japón y Corea del Sur, con el objetivo de construir una red comercial libre de alto nivel que se centre en sus vecinos y se extienda a los países a lo largo de la Franja y la Ruta.
Un mejor sistema de reglas para la apertura
Para cualquier país, la apertura significa tanto una oportunidad como un desafío. Las empresas pueden obtener más oportunidades de optimización de asignaciones de recursos, mientras que enfrentan más restricciones del mercado. El fortalecimiento de la construcción institucional con la apertura también forma parte importante del desarrollo de la internacionalización de la economía china. Mientras amplía la apertura y baja el umbral del acceso al mercado, China también se adapta activamente a los cambios en el mercado internacional, establece un sistema de reglas más conveniente para la apertura, mejora el sistema legal de protección de la propiedad intelectual, fortalece la aplicación de la ley y promueve el sistema de credibilidad social.
En el campo comercial, el Acuerdo de Facilitación del Comercio de la OMC, el único tratado multilateral cumplido desde la celebración de la Ronda de Doha, ha desempeñado un papel importante en la sinergia de los esfuerzos de varias partes para reducir efectivamente los costos del comercio internacional.
En materia de inversiones, la Ley de Inversión Extranjera entrará en vigor el 1 de enero de 2020, lo que proporcionará nuevas y más importantes garantías en cuanto a la ampliación de la apertura, la promoción activa de las inversiones extranjeras y la protección de los derechos e intereses legítimos de los inversores extranjeros.
*Zhou Mi es subdirector del Instituto de Estudios de América y Oceanía de la Academia China de Comercio Internacional y Cooperación Económica del Ministerio de Comercio.