La confirmación del púgil chino Xu “Monstruo” Can como campeón profesional de boxeo, el pasado 26 de mayo, en un abarrotado coliseo de Fuzhou, ratificó que, aunque en un segundo plano, el pugilismo sigue vivo como pasatiempo deportivo en China.
No nos engañemos. Muy pocos, incluidos sus más fervientes seguidores, imaginaron que, para los tiempos que corren, Lin Dan estaría todavía robándose titulares en la prensa deportiva; ni tan siquiera empuñando la raqueta.
Una auténtica proeza y un guiño a mayores éxitos en futuros Juegos Olímpicos de Verano. Ese fue el mensaje que en el año 2000 dejó la actuación de China en los Juegos Olímpicos de Sídney.
En enero de 2016, cuando el multimillonario chino Chen Yansheng se convirtió en presidente y propietario del Real Club Deportivo Espanyol de Barcelona, se robó titulares con dos promesas muy concretas.