MI contacto con China se dio por primera vez en 1978, cuando inscribí a mi hijo para que tomara clases de un arte marcial chino denominado Shaolin Tsu Kempo, en la Ciudad de México. Con el correr de los días, trabamos amistad con el instructor Alfonso Picart y entramos en contacto con la Sociedad de Amigos de China, liderada en aquel entonces por Virginia Chapa.