Muy recomendado |
Mafalda llega al Instituto Cervantes de Shanghai | |
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Mafalda nació en Argentina en 1964 de la mano de Quino, su creador, y en menos de diez años se convirtió en un ícono del mundo hispano y en un fenómeno global. Hoy se encuentra en estatuas, camisetas y películas, pero la magia sucede cuando abres sus historietas. Su humor, sus reflexiones y su ocurrencia no pierden vigencia. Niña eterna, niña irreverente, siempre preocupada por la situación del mundo, amante de la paz y enemiga de la sopa, Mafalda ha cumplido 60 años. En el marco de su aniversario, el Instituto Cervantes de Shanghai, junto con la editorial NeoCogito, responsable de la reedición de la tira en chino, presentan la exposición “Bienvenidos al mundo de Mafalda”. La muestra permite disfrutar de sus viñetas. Incluye reproducciones a tamaño natural del personaje y sus amigos, su salón comedor y hasta una pequeña habitación. Los asistentes pueden sentarse a la mesa y tomar la sopa con ella, o leerle un cuento para que se duerma, mientras ella sueña en chino. El diseño y la realización estuvieron a cargo de Beijing The Light Cultural Development Co., Ltd., bajo la dirección de la reconocida diseñadora Xuan Yi. Hijo de inmigrantes andaluces, Joaquín Salvador Lavado (1932-2020), más conocido por su apodo Quino, nació en Mendoza, Argentina, y ya a los tres años sabía que quería ser dibujante. Si bien empezó la carrera de Bellas Artes en su provincia, no la terminó y se fue a vivir a Buenos Aires. Su primera tira cómica fue publicada en 1954, pero alcanzó el éxito recién una década después con la aparición de Mafalda. El 29 de septiembre de 1964, una niña llena de ironía y lucidez se presentaba en el semanario Primera Plana. Desde una mirada infantil, y por ello poco condescendiente, Mafalda, con sólo seis años, representa los años sesenta. Preocupada por la paz mundial, los derechos de los niños y la pobreza, sus ideas, preguntas y reflexiones ilustraban una juventud de clase media que se expandía por Argentina y Latinoamérica. Hoy todavía nos invita a pensar y a divertirnos por igual, con escenas cotidianas reconocibles en cualquier familia. Junto con sus amigos, Susanita, Manolito, Felipe y Libertad, pero también con su hermanito, Guille, conforman un universo en miniatura del universo adulto. Cada uno de los personajes representa un prototipo de la sociedad con sus valores e ideales. El comerciante, la ama de casa, la profesional, el eterno idealista conviven, mientras Mafalda grita “¡otra vez sopa!”. Durante la década que va de 1964 a 1973, cada día Quino imaginó a Mafalda, mientras en el mundo las noticias se sucedían: la guerra de Vietnam, la Revolución cubana, la revuelta parisina del 68, la Guerra Fría, la disolución de los Beatles, entre otros. Todo esto fue el telón de fondo de sus creaciones y muchas de estas referencias aparecen en el cómic. Por eso, Mafalda también forma parte de una memoria histórica compartida. En China, la tira entró de la mano de la famosa escritora Sanmao. Según ella misma cuenta en uno de sus prólogos, mientras vivía en el desierto del Sáhara, su esposo José compró un ejemplar y ella quedó fascinada. Los primeros cuadernillos en chino aparecieron entre 1976 y 1977 y en la portada, dada la fama inaudita de su traductora, se podía leer en un tamaño considerablemente grande el nombre de Sanmao. Una estrategia que ayudó al éxito de las primeras ediciones. En estas primeras traducciones, Sanmao hizo transformaciones léxicas y giros linguísticos, pero también, en algunos casos, cambiaba u omitía algún extracto del texto original para que fuese más entendible y atractivo para el público chino. “Algunos de los cambios más conocidos son la conversión de la mayonesa por la salsa de soja. Pero también podemos mencionar el cambio del apellido Pérez (muy común en los países hispanohablantes) por el de Lin o la mención a Papá Noel en lugar de los Reyes Magos, no tan famosos en el Extremo Asiático. El trabajo de Sanmao tendía a transformar a Mafalda en una niña china; pero además en esas primeras viñetas ella incluía decenas de notas al pie que explicaban contextos, chistes o situaciones, al punto de convertirse ella misma también en un personaje”, comenta la investigadora Lucila Carzoglio. Desde ese entonces, en chino se han publicado diversas ediciones de Mafalda. En el marco del 60.º aniversario, la editorial NeoCogito ha lanzado cinco tomos con una nueva traducción. Esta versión de tapas duras, en sintonía con el trabajo de la editorial española Lumen, organiza por primera vez los volúmenes por temas. Cada uno con un prólogo independiente, también presenta una nueva traducción, a cargo de Li Weiyi,con el objetivo de acercar a los nuevos lectores una voz más actual. Además, se ha lanzado el libro Universo Mafalda, con la traducción de Huang Jingou, que construye un mapa de la tira: incluye historias relacionadas con la creación de Quino, los modelos de algunos personajes, la situación social de la época, así como la enorme influencia que tuvo esta historieta en el mundo. Jiang Jisong, responsable de la edición actual, comenta: “Yo soy fanática de la tira, todavía conservo mi edición de 1999 toda deshojada de tanto leerla. Mafalda se ha convertido en un programa vital que orienta mi vida cotidiana: la honestidad conmigo misma, la preocupación por los asuntos del mundo, el amor por los amigos y la familia”. La exposición en el Instituto Cervantes de Shanghai ofrece una visión completa del mundo de Mafalda y su creador, Quino, abarcando 60 años de historia de uno de los personajes más importantes del humor gráfico hispanoamericano y mundial. Con entrada libre y gratuita, la muestra se puede visitar todos los días de 11:00 a 18:30 hasta el 31 de octubre. A lo largo de estos meses, también habrá una serie de actividades paralelas. |
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