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Enverdeciendo Aksu, un árbol a la vez
2025-09-01    Fuente: Centro para las Américas    Autor: MAGDALENA ROJAS


28 de julio de 2025. Turistas visitan el Parque Forestal Nacional de Foshan, en el distrito de Uqturpan, en Aksu, región autónoma uigur de Xinjiang. VCG 

Vista de uno de los lagos del Parque Nacional del Río Duolang, en Aksu. Magdalena Rojas 

Participantes de la delegación observan una exposición que destaca las nuevas zonas verdes de la ciudad de Aksu en el Pabellón de la Memoria de Kekeya. Magdalena Rojas 

SITUADA en el extremo noroccidental de China se encuentra una tierra vasta y diversa, que se ha convertido en un hogar para personas de múltiples etnias y culturas que han dejado una huella única a lo largo de siglos de convivencia. Conocida oficialmente como región autónoma uigur de Xinjiang, o simplemente Xinjiang, se trata también de la región a nivel provincial más grande de China en superficie, con una frontera que se extiende por más de 5700 kilómetros y que limita con ocho países: Mongolia, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Afganistán, Pakistán y la India. Dentro de los límites de esta región se encuentra la prefectura de Aksu, que, al igual que otros lugares de China, ha sido testigo de una impresionante transformación que la ha llevado de ser una tierra yerma a un oasis verde. 

Juntos contra la crisis ambiental 

Al llegar al aeropuerto de Aksu Hongqipo, fuimos llevados inmediatamente al Pabellón de la Memoria de Kekeya. Junto con una delegación de aproximadamente 40 periodistas, tanto chinos como extranjeros, de diversos medios de comunicación, tuve la suerte de conocer de primera mano algunos de los lugares más emblemáticos de Xinjiang. Al recorrer las salas del museo, no pude sino maravillarme ante las exposiciones y fotografías que relatan aquel viaje de transformación de décadas. Aunque en el pasado se habían realizado esfuerzos para controlar el viento y la arena, y para contrarrestar la invasión del desierto, no fue hasta mediados de la década de 1980, durante el inicio de las políticas de reforma y apertura impulsadas por el difunto líder Deng Xiaoping, que se logró un avance realmente significativo.

Ante una crisis existencial que azotaba a la región y tras repetidos ensayos e investigaciones, el comité local del Partido Comunista de China (PCCh) de Aksu decidió crear grandes bosques ecológicos para mejorar tanto el nivel de vida de la población como el medio ambiente. De este modo, comenzó un esfuerzo conjunto del Gobierno y los ciudadanos para plantar árboles a gran escala. En el otoño de 1986, cuadros del Gobierno, trabajadores y estudiantes, al margen de su sexo, etnia o edad, se reunieron para nivelar la tierra, cavar zanjas y plantar árboles. Ese primer año, más de 50.000 personas tomaron parte en este esfuerzo mancomunado, en el cual incluso participaron oficiales y soldados de la guarnición de Aksu.

“Creo que los esfuerzos de China en materia de forestación, especialmente en regiones como Aksu, representan una de las iniciativas medioambientales más ambiciosas de la historia moderna”, afirmó Devinder Kumar, experto extranjero del Centro para Europa y Asia del Grupo de Comunicaciones Internacionales de China (CICG por sus siglas en inglés), quien también fue parte de la delegación. “China ha plantado miles de millones de árboles en el marco de diversas iniciativas como el Programa de la Franja Forestal Protectora de los Tres Nortes (comúnmente conocido como la Gran Muralla Verde) para combatir la desertificación, reducir la erosión del suelo y mitigar el cambio climático. Aksu, situada en la árida región de Xinjiang, cerca del desierto de Taklamakan, ha sido un punto clave de estos esfuerzos debido a su vulnerabilidad ante la invasión del desierto”, añadió.

Sin embargo, el trabajo no se detuvo ahí, sino que ha continuado año tras año, con la expansión continua de zonas verdes. Desde el segundo foro de trabajo sobre Xinjiang, celebrado por el Comité Central del PCCh en mayo de 2014, Aksu ha seguido trabajando en pos de la protección general, la restauración sistemática y la gestión integral del medio ambiente. Con ese objetivo en mente, en 2015 y 2016 se inició la construcción de la cuenca del río Aksu, que abarca más de 842 km², y la cuenca del río Weigan, de aproximadamente 723 km². Aunque en un principio se había previsto completar ambos proyectos ecológicos en cinco años, estos se lograron materializar en apenas tres años gracias al compromiso de diversos actores y, en particular, del secretario general Xi Jinping, quien el 18 de diciembre de 2017, en la Conferencia Central sobre el Trabajo Económico, hizo hincapié en la importancia de esta iniciativa. Posteriormente, en 2018, se inició un proyecto de restauración ecológica en la región de Khongdaili, con una superficie de 698 km², y en marzo de 2021, se puso en marcha otro proyecto de enverdecimiento y control del desierto en la región del lago Aiximan, con una superficie de unos 707 km².

Según Owen Fishwick, editor sénior del periódico China Daily, los esfuerzos de reforestación de China han permitido a la población de todo el país beneficiarse de las industrias forestales, ganaderas y agrícolas, lo cual ha aumentado los ingresos y elevado el nivel de vida. “La plantación de árboles también ha cambiado la suerte de muchos habitantes locales, que han podido cultivar productos como manzanas y albaricoques”, dijo en relación al caso de Aksu.

Desde la plataforma de observación del Pabellón de la Memoria de Kekeya, se puede ver claramente cómo ha tomado forma esta iniciativa de reverdecimiento. Miles y miles de árboles, que se extienden más allá del horizonte, convierten la superficie en un verdadero tapiz de distintos tonos de verde, que pone de relieve el compromiso inquebrantable de China con la ecología y sostenibilidad futuras. Sin embargo, Aksu no es un caso aislado, sino parte de una estrategia más amplia que se ha llevado a cabo en múltiples zonas del país y que está alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para 2030, así como con el ideal de coexistencia armoniosa entre la humanidad y la naturaleza.

Civilización ecológica para China y el mundo 

El concepto de civilización ecológica, que se propuso por primera vez en el XVII Congreso Nacional del Partido Comunista de China, fue ampliado por el presidente Xi Jinping, quien lo ha consolidado como un principio fundamental del desarrollo de China. En sus numerosos discursos, mensajes y alocuciones, el presidente chino ha repetido este concepto una y otra vez, como una piedra angular de la “bella China”.

En el caso de la reforestación, Devinder Kumar destacó los beneficios que ha traído en el control de la erosión, la mejora de la calidad del aire y la reducción de las emisiones de carbono. “En Aksu, los bosques recién plantados han estabilizado el suelo, disminuyendo la frecuencia e intensidad de las tormentas de arena, lo que ha mejorado las condiciones de vida al mejorar la calidad del aire y apoyar la agricultura. Los beneficios del secuestro de carbono también se alinean con los objetivos climáticos de China, como lograr la neutralidad de carbono para 2060, contribuyendo indirectamente al bienestar medioambiental global”, explicó.

Las cifras son alentadoras. En 2020, la cobertura de zonas verdes en la ciudad de Aksu había alcanzado los 62,26 km², equivalente al 42,53 % de su superficie, mientras que las zonas verdes de los parques públicos se situaron en 19,26 m² per cápita. En el caso de la prefectura en su conjunto, la cobertura forestal ha aumentado de forma continua durante los últimos 30 años, pasando de un escaso 3,35 % a un 9,08 % en la actualidad.

En su intervención en la Reunión de Líderes sobre el Clima y la Transición Justa celebrada en abril de este año, el presidente Xi Jinping volvió a hacer hincapié en la importancia de la gobernanza ecológica y de colaborar con otros países para alcanzar este objetivo. “Las aguas cristalinas y las montañas verdes son cordilleras de oro y plata. La transformación ecológica no solo es la forma esencial de abordar el cambio climático, sino también un nuevo motor para el desarrollo económico y social”, señaló en dicha instancia. “China es un actor firme y un importante contribuyente a la promoción del desarrollo verde a nivel mundial. Desde que anuncié el objetivo de China de alcanzar el pico de emisiones de carbono y la neutralidad de carbono hace cinco años, hemos construido el sistema de energía renovable más grande y de más rápido crecimiento del mundo, así como la cadena industrial de energía nueva más grande y completa. China también lidera el mundo en la velocidad y la escala de la ecologización, contribuyendo con una cuarta parte de la superficie forestal recién añadida en todo el mundo”, agregó.

La vida en Aksu ha cambiado sustancialmente. Los temidos días de tormentas de arena, deslizamientos de tierra y lucha constante han quedado atrás. En nuestra última jornada en la ciudad, visitamos el Parque Nacional del Río Duolang, donde se puede escuchar el murmullo del agua y el silbido de los pájaros, y respirar la suave brisa que emana entre los árboles, las plantas y las flores que se extienden por doquier. Pero así como este paisaje nos revela la belleza de la naturaleza, también debe servir como un recordatorio de la importancia de preservarla para el futuro, un árbol a la vez.

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