En marzo de este año, Apple abrió su tienda minorista más grande en la parte continental de China, en la ciudad de Shanghai, la segunda más grande de dicha compañía después de su tienda insignia en la Quinta Avenida en Nueva York. Con su inauguración, el número de tiendas de Apple en Shanghai y en el mercado chino se elevó a ocho y 57, respectivamente, un hito significativo para la compañía que abrió su primera tienda en China en 2008. Durante su visita a China, el director ejecutivo de Apple, Tim Cook, quien asistió a la ceremonia de inauguración de la nueva tienda en Shanghai, reiteró el firme compromiso de la compañía con el mercado chino. “Seguimos invirtiendo en China, en la cadena de suministro, en la investigación y el desarrollo (I+D) y en la apertura de nuevas tiendas”, afirmó.

CHINA suele atraer por su cultura milenaria, por el té y la comida, por el trazo sinuoso de su Gran Muralla, por su filosofía antigua, por sus modernas ciudades luminosas, por sus pueblos con los tejados de cerámica negra y las terrazas de arroz, por sus capitales históricas, por los trajes vistosos de su ópera, por tener –no miento– todos los paisajes del planeta, por el encanto de su difícil idioma o por los dibujos a tinta con amplios blancos y elementos muy escogidos.

A fines del año pasado, Sun Lijuan y su esposo, residentes en Beijing, ambos de unos 60 años, decidieron reservar un apartamento por no menos de seis meses en el distrito autónomo de la etnia li de Lingshui, en la provincia insular más meridional de China, Hainan, y mudarse allí durante la temporada de invierno. Según Sun, están pasando el mejor momento de sus vidas.

LA Pagoda de Madera en el distrito de Yingxian, provincia de Shanxi, había estado en la lista de viajes de Xiong Miao, una residente de Beijing de 26 años, desde 2022, y finalmente pudo visitarla durante las vacaciones del Primero de Mayo (entre el 1 y el 5 de mayo de este año).