Picos kársticos puntiagudos, rodeados de niebla, magia y misterio”. Estas líneas no surgieron del pincel de caligrafía de un antiguo poeta chino, sino que son un haiku escrito por Herman Van Rompuy, ex primer ministro de Bélgica, cuando se encontraba en la ciudad de Guilin, en la región autónoma de la etnia zhuang de Guangxi (sur de China), a un mundo de distancia de su hogar.