Sociedad
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2024-09-27    Fuente: Centro para las Américas    Autor: MAGDALENA ROJAS


Bertha Alvarado con la vista de Pudong de fondo, en Shanghai.

Bertha Alvarado se reúne con un excompañero de maestría en su provincia natal de Henan.

Bertha Alvarado se reúne con dos excompañeras de la Universidad de Lingnan en Wan Chai, Hong Kong. Fotos cortesía de la entrevistada

ORIUNDA de la Ciudad de México, Bertha Alvarado Banuet cuenta que visitó China por primera vez cuando tenía alrededor de ocho años en un viaje familiar. Pese a que era apenas una niña, esto sembró inconscientemente la primera semilla que empezó a despertar su interés, tal como explica en sus propias palabras. “Me apasionó la cultura, el misterio de lo lejano, los paisajes únicos y hasta la comida”, asegura. Esta inclinación inicial por China tomó forma de manera más concreta en 2014, cuando Alvarado realizó un intercambio académico en la Universidad de Lingnan en Hong Kong durante su último año de carrera.

Grabada en su memoria

En el marco de dicho intercambio, la mexicana, quien estudiaba Negocios Internacionales en el Instituto Politécnico Nacional en México, cursó una serie de materias mayoritariamente en política y administración. Hong Kong, de siete millones de habitantes, quedó firmemente grabada en su memoria. “Es un lugar que siempre llevo en el corazón, ya que me recibió hace 10 años para descubrir una parte del mundo que desconocía y que me intrigó a querer conocer mejor”, declara.

De vuelta en México, la pasión que sentía por Asia, y en particular por China, continuó creciendo. De este modo, en febrero de 2016, se unió formalmente al Consejo de Desarrollo Comercial de Hong Kong (HKTDC, por sus siglas en inglés) en la representación de México. Como gerente de promoción, tuvo que desempeñar numerosas tareas de coordinación y difusión de los eventos que se celebraban en el Centro de Conferencias y Exhibiciones de Hong Kong, y en las ferias comerciales que se realizaban a la par junto a la Feria de Cantón, considerada la puerta de entrada al vasto mercado chino. Asimismo, la joven profesional estuvo a la cabeza de al menos seis delegaciones de empresarios mexicanos que visitaron Hong Kong en el año y medio que estuvo en el cargo.

Esta experiencia profesional no solo le proporcionó valiosos conocimientos, sino que también le develó los firmes lazos que unen a México y China, así como todo el potencial que aún queda por delante. “Este año se cumplieron 52 años de relaciones diplomáticas entre China y México, y los números hablan por sí mismos”, señala. Debido a la diplomacia comercial con el vecino Estados Unidos y algunos temas políticos, Bertha Alvarado cree que hay sectores que no han sido aprovechados al máximo, pero, de igual forma, se ha continuado avanzando y profundizando en otras áreas que son igualmente relevantes. Según dice, la inversión china en México ha sido impresionante, pero aparte del gran impacto económico que ha tenido, esta también ha generado una presencia en la sociedad mexicana. “Es cada vez más común entre las familias mexicanas escucharlas mencionar marcas chinas en su vida diaria, como Huawei, Xiaomi, BYD, Didi, ZTE, entre otras”, detalla.

A la vanguardia

El nexo con China no se detendría ahí, puesto que en 2017, Bertha Alvarado volvería al país gracias a una beca para hacer una maestría en Política y Economía Internacional en la Universidad de Lengua y Cultura de Beijing. De esta forma, se instaló en Beijing, la sede política y administrativa del país, y que además cuenta con un vasto legado histórico y cultural que se refleja en innumerables íconos, como la Ciudad Prohibida, el Palacio de Verano, el Templo del Cielo o la Gran Muralla, por mencionar algunos.

Desde hace ya varios años, China se ha ido posicionando a la vanguardia de la revolución tecnológica y de la digitalización. Bertha Alvarado pudo ver esto de primera mano cuando se unió a la empresa de ciberseguridad Beijing Qihu Keji Co. Ltd., más conocida como 360, en calidad de practicante en 2019, durante su último año de maestría. Al año, dio un importante paso al unirse formalmente a la gestión de operaciones por los siguientes cuatro años. En dicho rol, cuenta que debía planificar y coordinar la estrategia de contenidos digitales en América Latina, además de mantener la cartera de socios clave.

Cuando estalló la pandemia de COVID-19, las operaciones de muchas empresas se vieron interrumpidas. En ese sentido, 360 debió ajustarse a retos similares a los de otras compañías, pero pudo sacar ventajas de esta coyuntura de forma única. Bertha Alvarado explica que lo primero que hicieron desde la empresa fue agilizar los procesos cuando aún se podía, y así viajar a México para poder abrir operaciones y establecer una red de contactos clave.

“Al ser la empresa un desarrollador con sistemas con tecnología de punta, pudimos llegar a cualquier distancia en tiempo y forma”, relata. “El crecimiento fue abismal en las primeras etapas, ya que la modalidad virtual se fue adaptando orgánicamente y al ser nosotros parte de estos servidores, pudimos ver la otra cara de la moneda”, agrega. En esa línea, la localización, pero sobre todo la tropicalización adecuada del producto, ayudaron a la empresa a posicionarse poco a poco y convertirse en un ejemplo de innovación y vanguardia.

En la actualidad, Bertha Alvarado trabaja en otra empresa tecnológica donde día a día logra ver cómo una serie de avances van tomando forma. “Creo que esto se suma a la estrategia del Gobierno de apostar por la inversión en investigación y desarrollo, contar con una enorme base de ingenieros y científicos altamente capacitados y tener un vasto mercado interno que ha ido fomentando la innovación y la competitividad”, asegura.

En términos generales, señala que el ascenso de China como potencia tecnológica es un fenómeno inevitable y con profundas implicaciones, pero es también una oportunidad para que otros países se beneficien y aprendan de ello. “Dependerá de cada país cómo y cuándo aprovecha la oportunidad”, considera.

Lecciones de vida

Hasta la fecha, la mexicana ha tenido la oportunidad de residir en tres de las ciudades más emblemáticas de China, comenzando por Hong Kong, Beijing y, más recientemente, Shanghai. Cada una de ellas tiene particularidades que las hacen únicas y que dotan de carácter a cada rincón. “Tal como la vida, que va por etapas, pude disfrutar de cada ciudad en diferentes situaciones de mi vida”, dice. A propósito de Shanghai, Bertha Alvarado señala que el ritmo de vida es tan acelerado que se ajusta a la perfección con su arquitectura moderna. “Es emocionante tratar de seguirle el ritmo”, manifiesta.

Sin embargo, lo más importante en este largo periplo han sido los aprendizajes que China le ha entregado. Con ello, no se refiere a los evidentes conocimientos profesionales que ha adquirido, sino a las lecciones de vida que han impactado en su propia forma de ser. “Lo que yo consideraba anormal puede ser de lo más normal aquí y viceversa”, asegura. China le permitió conocer una cultura diferente, valorar su riqueza y adquirir una perspectiva distinta respecto a diversas situaciones y cosas.

Por otro lado, hay muchos aspectos de China que encuentran eco en ella misma como persona. “Así como las personas tienen su personalidad y carácter, este país también los tiene”, expresa. “Creo que China va con mi estilo y filosofía de vida, que está más orientado hacia el pragmatismo y la adaptabilidad”.

Estos valores están sumamente arraigados en el pueblo chino y en sus autoridades, tal como expresó Deng Xiaoping en una de sus frases más icónicas al señalar: “No importa que el gato sea blanco o negro; mientras pueda cazar ratones, es un buen gato”. Esta mentalidad, aunada a la perseverancia y el esfuerzo de cada individuo en la sociedad, es lo que ha catapultado a China hacia el progreso económico y el bienestar de su pueblo. Bertha Alvarado pone como ejemplo a los inmigrantes chinos en México, que pese a las barreras que implican el idioma, la falta de capital y la burocracia, se levantan todos los días perseverando hasta conseguir su objetivo.

En el horizonte temprano, la joven mexicana espera continuar en China para seguir desarrollándose profesionalmente. “Creo que el crecimiento acelerado le permite a uno ir a la par”, sostiene. De cualquier forma, el mundo está lleno de oportunidades, por lo que Bertha Alvarado tampoco descarta la posibilidad de vivir en otro país. “El estilo de vida y las facilidades que ofrece China son muy convenientes, aunque al estar en un entorno muy internacional siempre existe la posibilidad y deseo de explorar nuevos caminos”, concluye.

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