El 1 de febrero China celebró la llegada del año nuevo o festival de la primavera, como también se conoce, una tradición milenaria de China ligada al final del tiempo de descanso de la tierra y la labranza durante el invierno, y el comienzo de las labores de preparar las siembras para las cosechas del año. En la sucesión de animales que representan los años, esta vez le tocó al tigre, la más poderosa de todas las bestias terrenales del zodiaco chino.