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Histórica visita de Xi a España antes del G20

Source:China Hoy Author:AUGUSTO SOTO
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27 de noviembre de 2018. El presidente chino Xi Jinping y su esposa Peng Liyuan posan para una foto con el rey español Felipe VI y la reina Letizia en Madrid, España.

  Durante tres días se ha desarrollado la histórica visita oficial del presidente Xi Jinping a España, previa a su participación en el G20. Su llegada a Madrid, el martes 27, estuvo precedida por un mensaje de saludo titulado: “Por una relación más fructífera en la nueva era”. En él Xi perfiló su visión de la relación bilateral, difundida por varios medios españoles y leída concienzudamente por autoridades y analistas. El líder chino propuso “consolidar la base política” de la asociación estratégica integral España-China para llevarla, según Xi, “a un nivel superior”, y desde “la altura estratégica y con una visión de largo plazo”. El mandatario manifestó que “China quiere incrementar el diálogo y la comunicación con España en los foros multilaterales de la ONU, la OMC y el G20”, y además, añadió, “en cuestiones de la agenda internacional y regional, como la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU”. También en la gobernanza global, el cambio climático, defendiendo el multilateralismo y el libre comercio, “actuando codo a codo como promotor y defensor de un justo orden internacional”.

  En Madrid

  La visita ha atraído un inusual despliegue periodístico, reflejo del interés de la opinión pública española, que no había visto de cerca a un presidente chino en 13 años. Igualmente se congregó un público curioso en cada uno de los actos oficiales en que ha participado. Xi se reunió con el Rey Felipe VI y con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y luego se entrevistó con los presidentes del Congreso y el Senado, y a continuación se dirigió a las Cortes. En el Ayuntamiento la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, le entregó las llaves de la ciudad, capital de un país en el que vive una comunidad china de más de 200.000 personas y con más de 40.000 españoles aprendiendo el idioma chino.

  La visita se cierra con varios acuerdos que impulsan la relación bilateral a nivel político, económico, geoeconómico, educativo, además de científico y empresarial. Hoy Xi se despide de Sánchez, pero solo durante unas horas, pues volverán a coincidir junto con otros líderes mundiales en el G20 en Buenos Aires, cumbre a la que España acude como invitado permanente.

  Libre comercio y medio ambiente

  En Argentina Xi participará en el G20 entre el 30 de noviembre y el 1 de diciembre, cita que los anfitriones ven con optimismo, pero en el que aún no está nada claro el consenso en dos asuntos fundamentales. Como es bien sabido planea el anacrónico desafío comercial de la administración Trump contra China y, en verdad, contra el concepto del libre comercio desarrollado en estas últimas décadas, particularmente tras el fin de la Guerra Fría. Conviene recordar que el libre comercio al que se unió progresivamente China (especialmente tras su ingreso en la Organización Mundial del Comercio, en 2001) ha apuntalado a la economía estadounidense. De no ser por la compra de los bonos del tesoro norteamericano por parte de China, por su contribución estabilizadora en la denominada crisis financiera asiática entre 1997 y 1999, además de por el papel que tuvo durante la crisis gatillada en 2008 en el hemisferio norte, el mundo estaría hoy peor de lo que cabría esperar.

  Que el desarrollo del mundo no sea del agrado de la actual administración de la principal superpotencia no significa que el mundo tenga que cambiar, ni menos que tenga que hacerlo en un corto espacio de tiempo, bien para satisfacer al electorado trumpista, a su partido o a ciertos grupos de presión.

  Convencer a los unilateralistas

  El porvenir parece jugarse en convencer a los unilateralistas de que están destruyendo unos consensos y unos acuerdos construidos gradualmente. El más evidente y edificado trabajosamente fue el Acuerdo de París, logrado dentro del marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Al oponerse deslegitiman las formas inherentes de la diplomacia económica, antesala destructiva de otras variantes de la diplomacia, que cuando falla trastoca la misma paz entre las naciones.

  En segundo lugar, los unilateralistas impiden la planificación. Por ejemplo, Beijing y algunas otras capitales (muy pocas) están acostumbradas a planificar a corto, medio y largo plazo. Y esto importa puesto que en algunos de los últimos años China ha sido responsable de casi un 30% del crecimiento mundial, siendo el primer socio comercial de gran parte del planeta.

  En tercer lugar, las unilateralidades destruyen la racionalidad de las cadenas de suministro global. Precisamente un analista norteamericano como Thomas Friedman ha enunciado clarividentemente que “dos países que forman parte de una gran cadena de suministro global nunca se enfrentarán en una guerra mientras ambos formen parte de la misma cadena de suministro”. Sin embargo, henos aquí frente al desmontaje de toda esta construcción de paz por parte del trumpismo.

  China en gran parte de la agenda

  Los anfitriones del G20 en 2018 esperan centrarse en el futuro del trabajo, la infraestructura para el desarrollo y un porvenir alimentario sostenible. El trabajo a futuro se entrevé enlazado con el advenimiento de los robots y su venidera existencia plantea una pregunta económica, además de moral. Si se despliegan antes de encontrarse soluciones para los trabajos tradicionales pronto vacantes, ineluctablemente se desplegarán causando perjuicio a decenas y centenares de millones de trabajadores. Para ello se precisa coordinar la transición y aquí también China tiene una relevante palabra, en un mercado creciendo un 25% anual y concentrado en China, Estados Unidos, Japón, Alemania y Corea del Sur.

  Otro aspecto destacable para los diálogos de Buenos Aires es la infraestructura para el desarrollo, clave en la transformación digital, desde la Inteligencia Artificial (IA) al big data. La economía digital china suma 3,4 billones de dólares, un tercio de su PIB. Y se apoya en el mayor número de internautas del mundo, casi 800 millones, paralelamente acompañados por una infraestructura de 1.390 millones de líneas telefónicas. Son los datos centrales en que se está extendiendo el desarrollo de la IA.

  El otro desafío marcado por los anfitriones es debatir sobre el futuro alimentario sostenible. Será interesante la revalorización de Argentina como una de las grandes potencias agroalimentarias y, por otro lado, la igualmente relevante reflexión sobre el significado de que un Estado como China alimente diariamente a su población: casi un 20% de la humanidad.

  Desde Hangzhou hasta hoy

  En la Cumbre del G20 en Hangzhou, en 2016, China se presentó como responsable de un tercio del crecimiento económico mundial del año anterior. Aquella cumbre subrayó la importancia de impulsar las denominadas finanzas “verdes”, la transparencia fiscal, la regulación financiera, la economía digital. Se recalcaba que la superpotencia asiática disponía de indiscutible experiencia y capacidad industrial, además de financiera, al servicio de proyectos de recuperación económica o de carácter avanzado.

  Por otro lado, la comunidad internacional podría justipreciar mejor la fuerza sinérgica china en esta Cumbre del G20 en 2018 y diferenciarla de equívocos, porque mucho se comenta actualmente sobre la “guerra comercial entre China y EE UU”. Describiendo el asunto así se olvida quién embistió garrafalmente el orden internacional sin siquiera empeñarse en una negociación inteligente.

  *Augusto Soto es director del proyecto Dialogue with China y representante de China Hoy en España.

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Editor: Wu Wen Da-->

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