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La primera caminata espacial de una mujer china

2022-02-28 16:21:00 Source:China Hoy Author:Por WANG BOWEN
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Wang Yaping, primera astronauta en realizar una caminata espacial de China.

El espacio es infinito y está repleto de innumerables incógnitas y misterios, por lo que siempre ha despertado la curiosidad y el anhelo de los seres humanos. Con el viaje de Yuri Gagarin, el primer hombre en viajar al espacio, la humanidad empezó el camino de la exploración espacial. Debido a la fuerza física, inteligencia y coraje que exigen los vuelos espaciales, aquellos que logran convertirse en astronautas forman parte de un grupo selecto, al cual accedieron únicamente los hombres durante mucho tiempo.

Sin embargo, a medida que el mundo ha ido progresando y las necesidades de investigación científica han ido en aumento, las mujeres han ido ocupando un lugar cada vez más significativo en el campo aeroespacial. Se calcula que hay unas 65 mujeres astronautas en todo el mundo que han visitado el espacio. Entre los 39 astronautas de China, incluidos aquellos ya jubilados, hay tres mujeres. En estos momentos, a bordo de la nave Shenzhou-13, que se encuentra en un “viaje de negocios” en la estación espacial china Tiangong, está Wang Yaping, la primera mujer china en realizar una caminata en el espacio.


9 de diciembre de 2021. Los estudiantes asisten a la primera lección de Wang Yaping transmitida desde la estación espacial china Tiangong, en el Museo de Ciencia y Tecnología de China en Beijing.

Una caminata histórica

Wang Yaping nació en la ciudad de Yantai, en la provincia de Shandong. Sus padres eran agricultores que se ganaban la vida gracias al cultivo de cerezas. Desde pequeña, Wang exhibió una sobresaliente inteligencia. Sin embargo, además de su excelente rendimiento académico, Wang también destacaba en los deportes. Disfrutaba de las carreras de media y larga distancia, por lo que participó en un gran número de competencias en representación de su poblado y de su escuela. Muchas veces obtuvo el primer lugar y, con el tiempo, fue cultivando virtudes como la perseverancia y la resistencia.

Cuando Wang estaba en el tercer año de secundaria, la Fuerza Aérea de China reclutó al séptimo grupo de mujeres piloto. Al enterarse de la noticia, no dudó en probar suerte. Animada por sus profesores y compañeros de clase, se apuntó a la prueba de selección. Así como Wang, decenas de miles de estudiantes se habían inscrito en una selección que otorgaba solo 37 plazas. Wang Yaping fue una de las elegidas.

En 1997, Wang ingresó a la Universidad de Aviación de la Fuerza Aérea de Changchun. Además de los cursos académicos, debió someterse a un arduo y diario entrenamiento físico y militar. En 1998, Wang Yaping voló por primera vez un avión. Desde entonces, ha ido forjando una relación cada vez más profunda con el cielo azul.

A las 9 de la mañana del 15 de octubre de 2003, el astronauta Yang Liwei se convirtió en el primer chino en penetrar el espacio a bordo de la Shenzhou-5, la primera nave espacial tripulada del país. “China ha logrado llevar al primer hombre al espacio, ¿pero cuándo será el turno de una mujer?”, se preguntó Wang Yaping, quien por aquel entonces todavía era piloto de avión. Wang se planteó un sueño sin parangón: convertirse en una astronauta.

La oportunidad llegó rápidamente. Tras el éxito de Yang Liwei, Gu Xiulian, entonces vicepresidenta del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional y presidenta de la Federación de Mujeres de China, sugirió a la Comisión Militar Central reclutar a mujeres astronautas. En 2010, Wang Yaping pasó una serie de evaluaciones y se convirtió en una de las primeras mujeres astronautas de China. Liu Yang, otra astronauta que fue seleccionada en el mismo grupo que Wang, voló al espacio a bordo de la nave Shenzhou-9 en 2012. Inmediatamente después, Wang Yaping también hizo lo propio al despegar en la nave Shenzhou-10, en la cual permaneció 14 días y 14 horas hasta su regreso a la Tierra.

El 16 de octubre de 2021 fue lanzada la nave Shenzhou-13. Wang Yaping, junto con Zhai Zhigang y Ye Guangfu, ingresó con éxito al módulo central Tianhe y permanecerá en órbita unos seis meses. De esta forma, Wang se convirtió en la primera mujer china en ingresar al espacio en dos oportunidades y en permanecer en la estación espacial china. El 8 de noviembre, Wang realizó una serie de actividades extravehiculares durante más de seis horas y se volvió también la primera mujer china en realizar una caminata espacial extravehicular. Es también la astronauta china que ha estado más tiempo en órbita de manera acumulada, un récord que se ha ido actualizando debido a las sucesivas misiones de la Shenzhou.

Un entrenamiento exigente

Las actividades en el espacio se caracterizan por las condiciones extremas en las que se desarrollan, por lo que requieren de habilidades complejas y están cargadas de un gran peligro. En consecuencia, los astronautas deben superar una serie de dificultades y obstáculos, tales como la ingravidez, la hipergravedad, la vibración, el ruido, la hipoxia, la soledad, entre otros. Sin embargo, el espacio trata del mismo modo a hombres y mujeres. Por eso, desde el proceso de selección hasta los entrenamientos, las mujeres astronautas deben guiarse bajo los mismos estándares que los hombres, a fin de que puedan desempeñar las distintas misiones con éxito.

En el entrenamiento de resistencia frente a la hipergravedad, Wang tuvo que soportar una aceleración gravitatoria de 8G en una centrifugadora de alta velocidad, por lo que apenas podía respirar. La fuerza era tal que incluso su rostro se torcía y deformaba, llegando hasta las lágrimas. En el entrenamiento básico de fuerza física, logró terminar la carrera de 3000 metros tres minutos antes del tiempo establecido. En el entrenamiento de aparatos, se quedaba a practicar una hora extra y acababa tan cansada que no era capaz de levantar los brazos al día siguiente. En el entrenamiento de técnicas de submarinismo, tenía que bucear a una profundidad de 10 metros, resistiendo una presión de 40 kilopascales (kPa). Además, una serie de actividades físicas, como la escalada, le exigían ajustar la postura de su cuerpo continuamente. Las pruebas físicas que debía soportar eran iguales a las que enfrentaban los hombres, pero a diferencia de estos, que tienen ciertas ventajas innatas relacionadas con la fuerza y el tamaño de su cuerpo, Wang debía esforzarse mucho más.

En el entrenamiento de resistencia a la hipergravedad, los astronautas tienen un botón rojo que pueden presionar en caso de no aguantar. Sin embargo, nadie lo ha presionado a lo largo de 20 años. Wang Yaping tampoco fue una excepción. Jamás se ha rendido ante las dificultades y tiene una voluntad de hierro. En ese sentido, Wang es un ejemplo de la tenacidad y perseverancia de las mujeres chinas.

22 de mayo de 2018. Wang Yaping en un entrenamiento de supervivencia en el desierto de Badain Jaran en China.

El importante rol de las mujeres

En una entrevista, Wang Yaping dijo que un programa de vuelos espaciales tripulados sin mujeres astronautas sería incompleto. Su función es tan indispensable como el de las mujeres al interior de una familia. La mujer no solo asume un rol protagónico y de gran responsabilidad, sino que también hace que las misiones sean más armoniosas.

De hecho, la mujer posee ventajas propias de cara a las actividades espaciales. Por ejemplo, su cuerpo es más liviano y flexible, por lo que puede adaptarse al estado de ingravidez en menor tiempo; el porcentaje de hierro en el cuerpo de una mujer es relativamente bajo, gracias a lo cual la incidencia de trombosis cerebral y de envenenamiento por hierro y arritmia es menor; la delicadeza, la seriedad y la diligencia, que son cualidades preciadas de las mujeres chinas, ayudan al desarrollo de las actividades en el espacio; además, en términos psicológicos, las mujeres tienen una mayor tolerancia a la soledad, lo que contribuye a la estabilidad emocional y la perseverancia. Por otro lado, los resultados de experimentos fisiológicos y psicológicos de las mujeres que van al espacio también pueden ser utilizados para recabar mayor información para futuras exploraciones.

8 de noviembre de 2021. Wang Yaping (der.), astronauta a bordo de la nave Shenzhou-13, completa con éxito su misión fuera del vehículo espacial. Fotos de Xinhua

Antes del lanzamiento de la nave Shenzhou-9, el personal científico y tecnológico realizó una serie de ajustes a fin de garantizar las condiciones de vida de la primera mujer astronauta china. Por ejemplo, se modificó el traje espacial de cabina y el asiento utilizado por ella. Asimismo, para que Wang Yaping se sintiera más cómoda en el espacio, la estación espacial hizo preparativos más exhaustivos basados específicamente en las características fisiológicas y necesidades de las mujeres. Por ejemplo, en la nave espacial de carga Tianzhou-3, lanzada con anterioridad, hay prendas de vestir para mujeres, incluido un traje espacial extravehicular diseñado especialmente a la medida de Wang Yaping. Además, se le proporcionaron chocolates, suplementos para la sangre, productos de higiene y hasta una pequeña cantidad de cosméticos no tóxicos.

Hace 17 años, cuando China se disponía a seleccionar por primera vez mujeres astronautas, Valentina Tereshkova, la primera mujer en ir al espacio, expresó: “Sé que en China hay un proverbio que dice que ‘las mujeres son capaces de sostener la mitad del cielo’. Estoy plenamente convencida de que en un futuro cercano habrá hermosas mujeres chinas en el espacio”. Ese deseo se ha hecho realidad. La fuerza espacial femenina de China continúa creciendo. En la tercera selección de astronautas, que culminó a fines del año pasado, también fue elegida una mujer. Se cree que cada vez más mujeres se unirán al equipo aeroespacial, mostrando así que son realmente capaces de sostener la mitad del cielo en la causa aeroespacial de China. 

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Editor: Wu Wen Da-->

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