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Los puentes entre China y Panamá

2022-05-30 12:19:00 Source:China Hoy Author:LOU YU*
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Lou Yu, profesora del Instituto de América Latina de la Academia China de Ciencias Sociales.

Durante muchos años, Panamá fue un país enigmático para mí. Si bien es conocido por el Canal y como “tierra de las mariposas” o “sitio abundante en peces”, su figura era muy borrosa dentro de mis conocimientos sobre los países centroamericanos. Afortunadamente, tuve la oportunidad de conocerlo en junio de 2019, justo en la víspera del segundo aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas con China.

Mientras el avión descendía lentamente, la Ciudad de Panamá se dejaba entrever en medio de las nubes, presentando una imagen espectacular que me hizo recordar los versos de un poema de Ricardo Miró, considerado el poeta más destacado de Panamá: “¡Oh patria tan pequeña, tendida sobre un istmo/ donde es más claro el cielo y es más vibrante el sol”. Me imaginaba una tierra completamente desconocida. Sin embargo, lo que me esperaba era un país de mucha familiaridad. Solo estuve allí un par de días, pero fueron suficientes para despertar en mí un amor por Panamá que no deja de maravillarme hasta el día de hoy. Lo que más me ha llamado la atención es el intercambio cultural entre ambos países, que se ha intensificado en los últimos años, convirtiéndose en una importante fuerza motriz para el desarrollo de las relaciones amistosas bilaterales.

Un fuerte lazo

Como se sabe, Panamá fue uno de los primeros países latinoamericanos que recibió a los emigrantes chinos que eran contratados en los países americanos o en las colonias europeas. El primer contacto de los chinos con Panamá se remonta a mediados del siglo XIX. Se dedicaron principalmente a la construcción del Ferrocarril y del Canal de Panamá. La comunidad china fue creciendo con el paso del tiempo. En la actualidad, los panameños de ascendencia china, que representan aproximadamente el 10 % de la población total, son un fuerte lazo de sangre entre los dos países.

Muchas tradiciones chinas se transmiten de generación en generación, abriendo un camino de integración en la cultura local que se caracteriza por lo pluricultural y lo multirracial. Si uno camina por las calles de la Ciudad de Panamá, es muy normal que le salte a la vista algún comercio o restaurante de los chinos. No obstante, la presencia china no se limita allí. Durante décadas, la comunidad china ha aportado al desarrollo económico, social y cultural de Panamá mediante sus esfuerzos, conocimientos e iniciativas. Un ejemplo fue el destacado poeta, escritor, periodista y político Carlos Francisco Changmarín. En realidad, sus apellidos eran Chang y Marín, pero siempre firmaba como Changmarín. En sus obras literarias se exploran varios temas, desde la patria y las luchas de las clases sociales, hasta el Canal y la naturaleza. El 26 de febrero de este año, el Ministerio de Cultura de Panamá, la Dirección Nacional de las Artes y la Fundación Changmarín le rindieron un homenaje en ocasión de cumplirse el centenario de su natalicio. En el acto, el ministro de Cultura, Carlos Aguilar Navarro, destacó que Changmarín siempre fue un gran luchador. “Nunca se rindió ante las adversidades y los retos que la vida le puso enfrente. Es el ejemplo del creador comprometido con su trabajo de escritor y con su condición de ciudadano responsable que cree en la justicia, la igualdad, la educación y la cultura”.

Lou Yu y un trabajador del Salón Chino en la sede del Parlamento Latinoamericano y Caribeño en la Ciudad de Panamá. Fotos cortesía de la autora

La nueva generación

Como parte de la nueva generación de inmigrantes chinos en Panamá, Wu Junhui va y viene entre los dos países, impulsando activamente el intercambio bilateral. Wu es el director general del Instituto Confucio de la Universidad de Panamá. Cuando este se inauguró en junio de 2018, el sueño de Wu se hizo realidad, ya que siempre quiso enseñar chino y difundir la cultura china en Panamá desde su llegada en la década de 1980. En realidad, Wu se esforzó mucho por impulsar la colaboración entre la Universidad de Panamá y la Universidad de Estudios Internacionales de Beijing desde 2006, y lo consiguió en 2014, aunque en aquel momento China y Panamá no tenían aún relaciones diplomáticas. Todavía me acuerdo del día en el que Wu nos habló con tanta emoción y alegría de que el número de estudiantes de chino mandarín registrados iba a alcanzar los mil, un logro fructífero de una institución educativa y cultural que llevaba apenas un año de labor oficial. Sin duda, el Instituto Confucio es una plataforma que no solo brinda un nuevo acceso a los panameños hacia la lengua china y la adquisición de conocimientos sobre nuestro país, sino que también promueve que los descendientes de aquellos inmigrantes chinos se sientan más cerca de su cultura de origen.

Al igual que Wu Junhui y muchos paisanos de la provincia de Guangdong, Huang Weiwen llegó a Panamá con la idea de establecerse y dedicarse al comercio. Al principio, pensé que Huang era simplemente un empresario exitoso y presidente de la Fundación General de Empresarios Chinos en Panamá. Luego, me enteré de que también era un promotor incansable de la cultura china en el país centroamericano. “La patria siempre es nuestro respaldo más sólido y fuerte. Por eso, también es mi responsabilidad promover la cultura china en Panamá”, fue lo que Huang nos dijo al acompañarnos a visitar la ciudad.

Hace unos 20 años, a Huang se le ocurrió la idea de organizar las celebraciones del Año Nuevo chino al comprobar la falta en Panamá de un ambiente festivo durante la tradicional Fiesta de la Primavera. Así, con el deseo de “dar a conocer al pueblo panameño nuestro Año Nuevo chino”, Huang impulsó la primera celebración con la danza tradicional de los leones y otros actos culturales en el barrio chino en 2006. Gracias a sus esfuerzos, el evento se celebra cada año y se ha vuelto cada vez más popular entre los panameños. Incluso, este 2022, el Gobierno de Panamá declaró la fecha del Año Nuevo chino como un “evento país”, en conmemoración de los 167 años de presencia china y del invaluable aporte de la comunidad china a Panamá.

Después del establecimiento de relaciones diplomáticas, también se intensificó el diálogo académico entre los dos países. Como sabemos, Panamá fue el primer país latinoamericano y caribeño en sumarse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, en noviembre de 2017. Me sorprendió que, pocos meses después, el profesor Eddie Tapiero publicara el libro La Ruta de la Seda y Panamá: escenario prospectivo estratégico entre América y China, uno de los primeros análisis sobre la iniciativa china desde América Latina, y una valiosa reflexión sobre las oportunidades y desafíos que esta trae para los sectores económicos, comerciales, sociales y culturares de Panamá.

Los amigos panameños siempre me hablan de su país como una “región de tránsito” y un “puente del mundo”. Esto me hace recordar la descripción que sobre el puente hizo el escritor argentino Julio Cortázar: “Un puente, aunque se tenga el deseo de tenderlo y toda obra sea un puente hacia y desde algo, no es verdaderamente un puente mientras los hombres no lo crucen. Un puente es un hombre cruzando un puente”. En cierto sentido, tanto Wu Junhui, Huang Weiwen como Eddie Tapiero, e incluso nosotros, todos somos los que cruzamos entre las dos orillas por ese puente, mientras vamos construyendo otros puentes, con el fin de fortalecer el entendimiento y el intercambio cultural y académico entre China y Panamá. 

*Lou Yu es profesora del Instituto de América Latina de la Academia China de Ciencias Sociales.

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Editor: Wu Wen Da-->

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