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Zhuangzi, un conocido filósofo chino del Periodo de los Reinos Combatientes, dijo que los antiguos reyes gobernaron sin ambición, para que los acontecimientos tomaran su curso y todos los seres vivos se transformaran. Si un líder mantiene la paz en sus corazones, la gente va a hacer lo mismo. Dicha transformación, pero en clave socialista, llegó finalmente en beneficio de los más necesitados de China, y el milenario sueño chino de abatir el flagelo de la pobreza, acariciado largamente por el Partido Comunista de China (PCCh) y el pueblo chino en su conjunto, ha sido finalmente conquistado, como se desprende del informe sobre la labor del Gobierno, rendido por el primer ministro chino, Li Keqiang, en la I Sesión de la XIV Asamblea Popular Nacional, celebrada el pasado 5 de marzo de 2023, en Beijing.

En el informe, se expusieron los indiscutibles progresos en materia de abatimiento de la miseria que ha cosechado el Gobierno chino en los cinco años.

Desde la fundación de la República Popular China, bajo la determinada dirección de Mao Zedong, una de las metas más preciadas por los comunistas chinos ha sido la erradicación total de la pobreza. A la consecución de este ambicioso propósito, han dedicado todas sus energías. Hoy, a 74 año de aquel augusto suceso, el premier Li Keqiang, declaró solemnemente ante los legisladores, la “culminación exitosa” del último tramo del objetivo trazado por el Partido y los comunistas chinos del cometido autoimpuesto el 1 de octubre de 1949 en la Plaza de Tian’anmen.

En la “batalla de asalto de plazas fuertes en la liberación de la pobreza”, así caracterizado por el propio Li, el Gobierno priorizó la inversión de fondos en los ámbitos industrial, laboral, ecológico, educativo, sanitario, de seguridad social, etc., lo cual se ha traducido en un incremento en la calidad de vida del pueblo (con especial énfasis en los habitantes de las zonas rurales) y la consecuente erradicación de la pobreza absoluta en el plazo fijado.

Esta hazaña, que exigió un férreo y sacrificado compromiso con el pueblo, se explica merced a la genial combinación entre una planificación científica centralizada (que aplicó cinco métodos de lucha contra la pobreza: industria, reubicación, compensación ecológica, educación y seguridad social), la centralización de la información en la Oficina del Grupo Dirigente de Alivio de la Pobreza y Desarrollo del Consejo de Estado (que permitió identificar los hogares más vulnerables y priorizar su atención, así como dar seguimiento a su evolución, a fin de evitar una indeseable “recaída” en la situación de vulnerabilidad), la activa participación de funcionarios gubernamentales y cuadros del PCCh (cuya entereza y empeño característicos de los comunistas, los impelió a trasladarse a los lugares más inhóspitos y míseros de China a efecto de materializar la anhelada vigorización de la nación china), y la estricta supervisión del Comité Central del PCCh.

A partir de su designación como secretario general del Comité Central del PCCh a finales del año 2012, Xi Jinping dio inicio a una auténtica “lucha” sin descanso con el objetivo de ayudar a salir de la inopia a casi 100 millones de sus coterráneos. Muestra de ello, han sido las constantes menciones que, en foros, conferencias, encuentros y giras, el mandatario ha realizado sobre este trascendental tema. En una conversación sostenida en el distrito de Fuping, en la provincia de Hebei, los días 29 y 30 de diciembre de 2012, el presidente Xi declaró que es un requisito esencial del socialismo erradicar la pobreza, mejorar el nivel de vida del pueblo y alcanzar una prosperidad común. Deben prestar especial atención a las personas sin recursos y ofrecerles apoyo con respeto y amor. Deben poner todo de nuestra parte para resolver sus problemas, teniendo en cuenta sus necesidades y sufrimientos, y llevar la solicitud y la preocupación del Partido y el Gobierno a las personas más empobrecidas.

Sabiendo que, son los poblados rurales los últimos y más complicados reductos donde se “refugia” la pobreza a vencer, Xi subrayó que respecto a la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada, las tareas más difíciles y complicadas se concentran en las zonas rurales y en especial en las regiones más castigadas de la pobreza. “No podemos afirmar que hayamos realizado en todos los ámbitos el objetivo de una sociedad modestamente acomodada, si las zonas rurales, en especial las zonas pobres, se quedan atrás”.

En un discurso pronunciado en el marco de la Conferencia Central sobre Mitigación y Desarrollo de la Pobreza, celebrada el día 27 de noviembre de 2015, el secretario general del Comité Central del PCCh, delineó sucintamente en qué consiste la esencia del socialismo: Eliminar la pobreza, mejorar las condiciones de vida del pueblo y materializar gradualmente la prosperidad común constituyen una exigencia esencial del socialismo y una importante misión de nuestro Partido. La culminación de la construcción de una sociedad modestamente acomodada es nuestro compromiso solemne con el pueblo de todo el país. Ya ha sonado el toque de ʻa la cargaʼ de la batalla de asalto a las fortalezas de la pobreza para liberar a los necesitados y zonas pobres. (…) El asalto a las fortalezas de la pobreza ha llegado a la etapa del esfuerzo final de ‘roer el hueso duro’, y conquistar y ocupar las fortalezas (…), sin dejar de lado en absoluto una sola zona pobre ni un solo habitante necesitado.

Como puede atestiguarse, la sinergia existente entre el Gobierno y el PCCh ha permitido que millones de personas pudieran escapar del atolladero de la pobreza.

Sin dejarse “marear” por el vértigo de la victoria alcanzada, Li Keqiang finaliza su informe haciendo un llamado para que, el Gobierno actúe incesantemente para continuar mejorando la vida del pueblo, a través de las siguientes acciones: reforzamiento del sistema de garantización de viviendas, promoción de la educación obligatoria, servicios médicos de calidad al alcance de los niveles de base, garantía de los servicios de la vejez y estímulo a las políticas de apoyo a la natalidad, entre otras medidas.

Cuánta sabiduría encierran las palabras de Zhuangzi, demostrando la certeza de la afirmación de que, si un líder mantiene la paz en los corazones, la gente hará lo mismo.

*Iván Galindo es funcionario de la Administración Pública Federal de México.