En el actual contexto mundial de tendencia hacia el proteccionismo, China, la segunda mayor economía del mundo, es el país que se encuentra (desde hace 40 años) en una continua reforma económica integral y actualmente en un proceso de mayor apertura al mercado internacional. Prueba y una parte de ello es el proyecto de ley que reemplazará a las tres antiguas leyes que regulan la inversión extranjera en el país, el cual será puesto a votación este viernes.

Uno de los motores del desarrollo de la economía china ha sido siempre la recepción de inversión extranjera directa (IED). Desde 2017, China se ha convertido en el segundo país que más IED recibió después de EE. UU. Por ello, esta ley buscará impulsar la confianza de los inversores extranjeros en el país mejorando la protección de los derechos de propiedad intelectual y dejando que se constituyan empresas de solo propiedad extranjera, es decir, que ya no será obligatorio aliarse con un socio local. Además, se buscará generar mayores oportunidades de negocio al reducir la lista de industrias prohibidas a la inversión extranjera y, entre otros cambios, propone también el tratamiento nacional para las inversiones extranjeras.

Esta ley no solo ayudaría a mejorar el ambiente de negocios en China, sino que también haría que se genere una mayor competencia en las industrias donde se permita más competencia extranjera. Además, buscaría resolver los puntos en disputa generados por la guerra comercial con EE. UU.

Este paquete de medidas que engloba esta ley es muy importante, pues se espera que esta regule y además logre un equilibrio entre proteger, promover la inversión extranjera de acuerdo con los intereses nacionales y lograr una mayor apertura del mercado chino al extranjero.

*Maria Osterloh es investigadora del Centro de Estudios Asiáticos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (CEAS).