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Las palabras: el otro legado de la Ruta de la Seda

2022-06-02 10:49:00 Source:China Hoy Author:LI ZHENGXIANG*
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14 de octubre de 2021. Una visitante en la exposición de bordados de seda china en el Centro Cultural Nazim Hikmet en Ankara, Turquía.
El 70 % de la superficie de nuestro planeta está cubierta por océanos, los cuales conectan a los pueblos provenientes de diferentes continentes. La civilización china, surgida en el extremo este de Eurasia, está bloqueada por montañas en el suroeste y unida al mundo del permafrost extremadamente frío y escasamente poblado en el norte. No obstante, gracias a la Ruta de la Seda y a la antigua Ruta Marítima de la Seda, China logró mantenerse conectada a otras civilizaciones, al mismo tiempo que conservó su propio legado cultural.

Quanzhou, el punto de partida

Quanzhou es hoy una ciudad poco conocida de la costa sureste de China. Sin embargo, durante la dinastía Song (960-1279), hace más de mil años, fue uno de los principales centros comerciales en el mundo y el punto de partida de la antigua Ruta Marítima de la Seda. De acuerdo con Marco Polo, en la dinastía Yuan (1271-1368) “la ciudad de la Erythrina variegata” (como también era conocida Quanzhou) sirvió como primera parada para el ingreso de productos extranjeros a China: todos los productos llegaban hasta aquí para luego ser transportados hacia otros rincones de China. Ibn Battuta, el famoso viajero árabe de aquella época, también se maravilló de la enorme capacidad de carga y descarga del puerto de Quanzhou con “cientos de barcos grandes y más de mil barcos pequeños”.

La fama de “la ciudad de la Erythrina variegata” también se expandió desde la costa de la provincia de Fujian hasta las del océano Índico y el golfo Pérsico gracias a la actividad comercial. Los árabes llamaban a Quanzhou “Zayton”, que significa “aceituna” en árabe. La aceituna es el fruto del olivo, una planta común y resistente de la costa mediterránea en el norte de África con características similares a la Erythrina variegata, una especie de planta fanerógama. La historia detrás del cultivo de la Erythrina variegata en la ciudad de Quanzhou se remonta al período de las Cinco Dinastías y Diez Reinos (907-960), en el que Liu Congxiao, quien era Qingyuanjun Jiedushi (líder militar de las fuerzas separatistas en el sur de la provincia de Fujian a fines de dicho periodo) y príncipe de Jinjiang, plantó Erythrina variegata alrededor de Quanzhou, a fin de expandir el perímetro de la ciudad. Más tarde, los árboles se convirtieron en un rasgo distintivo de Quanzhou por su frondoso follaje y sus flores rojas.

Al hablar de la ciudad de Quanzhou, no se puede dejar de mencionar el especial gusto por el té de sus habitantes. En general, a las personas del sur de la provincia de Fujian les encanta tomar té y siempre reciben a sus invitados con la ceremonia del té Kungfu. El juego de té Kungfu es bastante característico y suele estar compuesto por una tabla de té, una taza con cubierta, varias tazas pequeñas de té, una pinza, un cuenco para lavar las tazas con agua hervida y una tetera. Al preparar té, primero se vierte el agua hervida en el cuenco para lavar las tazas de té, se toman las tazas con la pinza y se lavan en el cuenco antes de colocarlas en la tabla para su posterior uso. Luego, se deben colocar las hojas de té en la taza con cubierta, verter agua caliente a aproximadamente 80 grados centígrados y servir el té en cada taza pequeña. La primera infusión de té generalmente no se toma, sino que se usa para limpiar de nuevo las tazas.

La tarea de preparar té para los invitados suele recaer en los más jóvenes de la casa. Ya que muchos de ellos viven en otras ciudades y solo hacen de “maestros de té” cuando regresan al hogar durante las festividades, no están familiarizados con la ceremonia y a menudo cometen errores. En esos momentos, los demás miembros de la familia les suelen hacer bromas por haber olvidado sus orígenes. En las familias tradicionales del sur de Fujian, las dueñas de casa van a tomar té a los hogares de los vecinos, tanto por la mañana como por la tarde y, después de la cena, toda la familia se reúne para tomar té y charlar. La gente siempre se despide diciendo: “¡Ven a tomar té cuando tengas tiempo!”.


4 de marzo de 2021. Un profesor (der.) enseña a tres estudiantes a tocar la suona en la escuela primaria Changzhengyuan, en el distrito de Yudu, provincia de Jiangxi.

El “té” en otros idiomas

El sur de Fujian no solo era un lugar productor de té, sino que además contaba con un extenso sistema de transporte. Los barcos comerciales de la antigua Ruta Marítima de la Seda conectaban esta región con el resto del mundo y es probablemente la razón por la cual la palabra “té” en innumerables idiomas deriva de la pronunciación de “tê” en el dialecto min nan (min nan se refiere a la parte sur de Fujian). La bebida se llama “tea” en inglés, “teh” en indonesio, malayo y javanés, “tè” en italiano, “thé” en francés y “té” en español. Estas palabras se remontan, a su vez, a la holandesa “thee”, que se vio influida por la palabra “tê” en el dialecto min nan en primera instancia. Luego, la pronunciación fue adoptada por muchos idiomas de Europa occidental a través de la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales. Vale la pena señalar que los portugueses llegaron a Macao antes que los holandeses y su manera de referirse al té proviene del cantonés en lugar del dialecto de min nan, por lo que en portugués se le dice “chá”.

De hecho, antes de que los holandeses usaran la palabra “thee”, el té se había extendido hacia el oeste por la Ruta de la Seda, ganando una gran cantidad de aficionados en Eurasia. La evidencia arqueológica muestra que el té apareció dentro de los bienes comerciales en la Ruta de la Seda hace ya más de 2000 años.

Innumerables idiomas de Europa, África y Asia se han valido de dos pronunciaciones para esta bebida. Por ello, si Dios hubiese creado a Adán en aquel momento, hubiese puesto esta planta frente a él y le hubiese pedido que le pusiera un nombre, probablemente Adán habría dudado entre “tê” y “cha”, sin saber cuál elegir.


7 de julio de 2021. El dueño de una posada familiar y sus huéspedes preparan té Kungfu en el distrito de Licheng, ciudad de Quanzhou. Fotos de Xinhua

Palabras difundidas por la Ruta de la Seda

La Ruta de la Seda ha permitido al mundo apreciar el encanto del té de China, mientras que otros países han hecho ricos aportes materiales y culturales a la propia civilización china. Las palabras chinas “pipa” (un instrumento musical de cuatro cuerdas), “suona” (un instrumento de viento similar al shawm), “muxu” (alfalfa), “moli” (jazmín) y “bocai” (espinaca) también tienen su origen en las Regiones Occidentales o en la antigua Persia. Por ejemplo, la palabra “suona” proviene de la palabra persa “sornaa”, que es un instrumento musical de lengüeta compleja similar al suona. Cuando la espinaca se introdujo por primera vez en la dinastía Tang (618-907), se llamaba “bolengcai”, que simplemente significa “vegetal persa”.

La Ruta de la Seda debe su nombre a la seda, uno de los productos más apetecidos y comercializados a lo largo de este antiguo corredor comercial. El vocablo para seda en griego antiguo es “serikos” y en latín es “sericus”, por eso, a China también se le llamaba “Seres”, por ser la fuente de origen de este producto.

El idioma inglés pertenece a las lenguas germánicas. Las palabras inglesas “silk” y “seric” tienen influencias del latín “sericus”. Sin embargo, la palabra “silk” es relativamente diferente a la del latín “sericus” y más parecida a las de la costa báltica, tales como “silke” en danés y sueco. Esto probablemente fue resultado de la influencia del comercio báltico medieval.

Las palabras “seda” en español, “seta” en italiano, “soie” en francés, “seide” en alemán y “zijde” en holandés provienen del latín “saeta”, que significa “cerdas de animales” en el latín clásico y que probablemente se relaciona con la ruta comercial transalpina.

Para los europeos de hoy, las palabras “tea” y “silk” se han convertido en una parte de su idioma e incluso de su cultura, mientras que para los chinos, las palabras “bocai” y “suona” no son nada extrañas. Esto es precisamente parte del legado que nos ha dejado la Ruta de la Seda que atravesó Europa y Asia por miles de años.

Junto con la creación de nuevas oportunidades de cooperación económica y comercial, puede que a futuro también surjan nuevos vocablos a partir de la Iniciativa de la Franja y la Ruta como testimonio de los intercambios y la profundización de los lazos culturales, lo que dejará una interesante historia para la humanidad. 

*Li Zhengxiang es periodista graduado de la carrera de literatura moderna de la Universidad de Florencia (Italia) y fundador de la cuenta pública Шишка языкознание (Lingüística de Shishka) en WeChat.

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Editor: Wu Wen Da-->

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