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La reactivación de la ópera tibetana

2022-05-05 14:53:00 Source:China Hoy Author:TOBTSANG NYIMA
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12 de junio de 2021. Artistas presentan la ópera tibetana Jixiang Huange (Canción auspiciosa) en el marco del Día del Patrimonio Cultural y Natural, en la región autónoma del Tíbet.

Con una historia de al menos 600 años, unos 400 años más que la Ópera de Beijing, la ópera tibetana, llamada Aje Lhamo (“hermanas hadas”, en lengua tibetana), es considerada un “fósil viviente de la cultura tradicional tibetana”.

Evolución legendaria

Allá por el siglo XIV, Thangtong Gyalpo, un famoso arquitecto, decidió construir puentes de hierro sobre muchos ríos claves del Tíbet para mejorar el transporte local. De esta forma, emprendió un extenso recorrido por el Tíbet para recaudar donaciones a fin de financiar la construcción de puentes.

Durante sus viajes se dio cuenta de que a todos los tibetanos les gustaba la ópera tibetana. Para recaudar más donaciones, Thangtong Gyalpo reclutó a siete hermosas jóvenes del distrito tibetano de Qonggyai para que actuaran en sus eventos de recaudación de fondos. Ellas tenían dotes especiales para el canto y la danza tradicionales de estilo tibetano, gracias a lo cual pudieron recaudar donativos con facilidad.

A medida que fueron construyendo más puentes de hierro, Thangtong Gyalpo y su compañía de artistas también se hicieron cada vez más famosos. Se cree que la ópera tibetana se originó de este modo, por lo que Thangtong Gyalpo es considerado el padre de esta forma de arte.

Thangtong Gyalpo fue un arquitecto, metalúrgico y artista de gran talento que construyó un total de 58 puentes de cadena de hierro en el Tíbet.

En la actualidad, una estatua o una tangka suya es colocada en el centro del escenario durante cada representación de ópera tibetana como forma de honrarle, y se suele concluir con la entrega del hada (un pañuelo ceremonial blanco tradicional que representa la pureza y la honestidad) por parte de los intérpretes a dicha estatua o tangka.

La ópera tibetana, la cual ha sido transmitida de generación en generación y tiene un gran vigor, fue inscrita como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2009.

20 de abril de 2019. La obra Princesa Wencheng es presentada en Lhasa, la capital de la región autónoma del Tíbet.

Promoción del patrimonio

En general, la ópera tibetana es representada en ocasiones y festivales significativos. Al ser parte importante del patrimonio cultural chino, fue exhibida en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y en la Exposición Universal de Shanghai 2010, convirtiéndose en uno de los números con mayor acogida entre el público.

La ópera tibetana generalmente consiste de tres partes principales: el preludio, el cuerpo principal y la conclusión, y suele incorporar más de 20 melodías de canto diferentes, ya que cada una de ellas representa un género, una edad, una emoción, un argumento y un personaje. Escalar, navegar, volar, montar a caballo, rendir homenaje a Buda, entre otras acciones, son también parte de los diversos gestos incluidos en la danza. Además, los artistas llevan máscaras durante toda la representación, lo que constituye una importante característica.

La ópera tibetana no necesita de un lugar fijo para su representación, ya que un espacio abierto en la aldea, un pedazo de césped entre los arbustos o una gran carpa pueden servir como escenario. La duración de una pieza de ópera tibetana también varía, desde dos o tres horas hasta siete u ocho horas, o incluso varios días.

De acuerdo con el reconocido letrista y escritor Lengben Tsering Ermao, hay unos 20 repertorios de ópera tibetana tradicional, ocho de los cuales están bien conservados y gozan de una amplia circulación. Estos fueron publicados como libros y hoy en día hay muchas versiones traducidas al chino.

En los últimos años, algunas compañías profesionales han adaptado la ópera tibetana en obras de teatro aptas para ser representadas en el escenario. En este sentido, Lengben Tsering Ermao cree que la adaptación de diferentes formas de este arte favorece la herencia y el desarrollo de esta tradición.

Además, existe un amplio potencial de desarrollo de la ópera tibetana hoy en día. Lengben Tsering Ermao señala que puede integrarse con la industria del turismo respetando la cultura regional, hacer uso de los medios de comunicación para superar las fronteras lingüísticas, industrializar las operaciones y promover la comercialización. “Por ejemplo, se pueden construir teatros y museos de ópera tibetana, así como producir plataformas y programas de ópera tibetana en línea para promover y difundir este arte”, sugiere.

7 de febrero de 2018. Presentación de la escuela de máscara amarilla de la ópera tibetana en el parque Dzongyab Lukhang, en la región autónoma del Tíbet. Fotos de Xinhua

Heredero de la ópera tibetana

La aldea de Tashi Choten, en el distrito de Nedong, es conocida en toda la región autónoma del Tíbet por Yarlung Tashi Sholpa, una escuela de la ópera tibetana vieja. Nyima Tsering es heredero y promotor de la ópera tibetana Yarlung Tashi Sholpa y se ha dedicado durante más de 30 años a la preservación y protección de este antiguo arte escénico.

Con 49 años de edad, Nyima Tsering es parte de la undécima generación que se ha dedicado a la ópera tibetana dentro de su clan familiar. Desde que era un niño, sintió una predilección especial por este género, lo cual le llevó a aprender de una mujer mayor diferentes melodías de variados personajes de la ópera tibetana mientras pastoreaba en la montaña. “A la edad de 16 años, fui aceptado por la compañía de ópera tibetana de nuestra aldea, ya que podía recitar con habilidad las líneas de los personajes y estaba familiarizado con la mayoría de los estilos de canto”, recuerda Nyima Tsering.

La ópera tibetana se clasifica, según su género, en la vieja y la nueva escuela. La nueva escuela generalmente se refiere a las cuatro escuelas principales de máscara azul: la ópera tibetana Juemulong, la ópera tibetana Jiongba, la ópera tibetana Xiangba y la ópera tibetana Jianggaer. La escuela vieja, en tanto, generalmente hace referencia a la máscara blanca. Si bien la máscara de ópera tibetana Yarlung Tashi Sholpa heredada por Nyima Tsering es amarilla, está clasificada dentro de la escuela de máscara blanca, ya que el color de la peluca es blanco.

Según cuenta Nyima Tsering, solo había 16 actores de la ópera tibetana en la aldea antes de 1968. Tras la puesta en marcha de la política de Reforma y Apertura, y junto con el desarrollo de la cultura y políticas preferenciales, la ópera tibetana ha alcanzado un crecimiento importante. Además, desde 2011, las compañías de ópera tibetana han recibido un aporte financiero anual que oscila entre los 40.000 yuanes (6280 dólares) y 200.000 yuanes (31.400 dólares) por parte de la Oficina de Cultura local. Por otro lado, al ser heredero del patrimonio intangible nacional de la ópera tibetana, Nyima Tsering recibe un subsidio de 20.000 yuanes (3140 dólares) todos los años.

Durante los últimos 30 años, Nyima Tsering ha formado 25 actores profesionales de la ópera tibetana en la aldea. Todos los intérpretes, cuyas edades oscilan entre los 22 y los 51 años, son agricultores. Nyima Tsering tampoco ha dejado de abrirse paso en lo que respecta a los programas. En 2017, su compañía de ópera tibetana adoptó por primera vez la escuela de máscara azul e interpretó con éxito Drowa Sangmo, una de las ocho historias tradicionales de la ópera tibetana. En 2020, Pema Wopar, otra de las ocho historias tradicionales de la ópera tibetana de la máscara azul, fue interpretada por la compañía.

Cada pieza de ópera tibetana dura entre cinco y ocho horas. Para algunos espectadores esto puede resultar muy largo, por lo que Nyima Tsering suele acortar las representaciones, aunque no es algo que le guste hacer, ya que cree que se pierden muchos detalles interesantes de la historia. “Algunos detalles son particularmente importantes e interesantes para la audiencia. He visto que algunas adaptaciones de la ópera tibetana tradicional quedan muy toscas, por lo que la esencia y sentimientos originales que transmite la obra se ven alterados”, indica.

Otra fuerza impulsora detrás del crecimiento sin precedentes de la compañía de ópera tibetana de Nyima Tsering y de sus actuaciones se encuentra en el auge de la industria turística. La aldea de Tashi Choten está a unos ocho kilómetros del poblado de Tsethang, en la ciudad de Lhoka. Muchas personas no saben el nombre de la aldea, pero al escuchar que es la aldea de la ópera tibetana, todo el mundo entiende de qué se trata. “Gracias al turismo, los actores ahora ganan aproximadamente 2000 yuanes (314 dólares) al mes y muchos residentes ya gestionan su propia posada familiar”, destaca Nyima Tsering.

Los habitantes de la aldea de Tashi Choten consideran la ópera tibetana como parte de sus vidas. Nyima Tsering asegura que todos los actores han apoyado activamente esta tradición, sin la menor queja de que les ocupa el tiempo de trabajo. La ópera tibetana tiene un lugar importante dentro de sus corazones.

En la actualidad, hay seis compañías de ópera tibetana y más de 150 artistas en el distrito donde vive Nyima Tsering. Además, espera llevar la ópera tibetana a más aldeas en el Tíbet y que más gente, sobre todo los jóvenes, puedan conocer más este importante legado cultural y artístico. “Espero que la ópera tibetana sea difundida y practicada en cada vez más aldeas del Tíbet, para que este antiguo arte de la cultura tradicional logre un mayor desarrollo en la sociedad moderna”, manifiesta Nyima Tsering. 

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Editor: Wu Wen Da-->

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