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La imperatoria y una receta extraordinaria

2021-08-04 11:14:00 Source:China Hoy Author:QIU XINNIAN*
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Los viejos buscan rejuvenecer, pero físicamente es imposible, aunque sí es factible hacerlo psicológicamente. Una buena forma consiste en recordar la infancia y la adolescencia. Una vez ellos vuelven con su mente a aquellos años, se quedan contentos y parecen más jóvenes.

 

Recuerdos de la infancia

 

A mí, como octogenario, de cuando en cuando algo de la infancia me salta a la memoria; por ejemplo, unas plantas medicinales silvestres con las que tenía mucho contacto cuando vivía en el campo. Claro, por aquel entonces no sabía nada de medicinas, ni de la imperatoria, del almorejo o de la verdolaga.

 

Cuando era niño, vivía en el campo del norte de China. Al sur de mi aldea discurría un río bastante grande, el río Arenoso. Aunque a lo largo de él había una zona muy arenosa que no era apropiada para la agricultura, aquel río era un gran aporte para los aldeanos, pues allí crecían muchos árboles y muchas hierbas aprovechables, estas últimas buenas como pasto para los caballos y burros. Entre esas hierbas se encontraba la imperatoria.

 

El rizoma de imperatoria (Rhizoma imperatae), cuyo nombre en chino es baimaogen, es una planta muy rústica y xerófila, la cual puede crecer en cualquier tipo de suelo. Le gusta especialmente el suelo arenoso, seco, sin otras hierbas a su lado, pues ninguna es tan resistente como ella. Su rizoma es dulce, lo cual era muy apetecido por los niños pobres de aquel entonces, quienes no podían disfrutar de un caramelo.

 

Mis pequeños amigos y yo frecuentábamos la zona arenosa para arrancar los rizomas de imperatoria. Los sacudíamos para quitarles la arena y los masticábamos saboreando su dulzura. Esto quizá sea risible e increíble para los niños de hoy, pero era un gran disfrute para los chicos de entonces. No sabíamos que fuera saludable, ni mucho menos medicinal, pero nos gustaba. Aunque llevábamos una vida miserable, todos estábamos sanos, y creo que eso tenía algo que ver con el consumo de los rizomas de la imperatoria.

 

12 de marzo de 2020. Agricultores de la aldea de Mucun, en la ciudad de Shijiazhuang, provincia de Hebei, cosechan la imperatoria. Cnsphoto

 

 
Grandes propiedades

 

La imperatoria es una hierba común, pero tiene extraordinarios efectos para tratar algunas enfermedades. Sobre todo es muy eficaz frente a las enfermedades febriles, como la peste. Al mencionar la peste, recuerdo un gran logro del renombrado doctor Zhang Zhongjing.

 

Zhang Zhongjing (alrededor de 150-219) fue un brillante y talentoso médico, y es considerado el Hipócrates de la medicina tradicional china. Fue el autor de la obra maestra sobre las enfermedades febriles Shang Han Lun (“Tratado de Criopatología”, en español), un pilar de la medicina tradicional china y que sigue siendo indispensable para su aprendizaje y práctica clínica.

 

Hubo un año en el que se produjo una grave sequía en la zona de Luoyang, la entonces capital de la provincia de Henan, y se perdió toda la cosecha. Enseguida, se propagó una peste epidémica por la región. Muchos morían y no se veían señales de que la situación mejorase. Al enterarse de ello, Zhang Zhongjing se trasladó a la zona para ayudar a los pobladores, sin preocuparse de que él era ya una persona mayor. Atendió a todos por igual, tanto a ricos como a pobres, aunque a estos últimos no les cobraba nada. Todo eso le dio una gran notoriedad en la provincia y, posteriormente, en todo el país.

 

Un día, muy temprano por la mañana, alguien llamó a la puerta de Zhang. Al abrir la puerta, el doctor vio a un joven pobre, esquelético, vestido de harapos, quien le dijo tímidamente: “Me llamo Li Sheng. Usted es un médico divino. Compadézcase de mí, un pobre huérfano. Cúreme, por favor”. El doctor le pidió sentarse y le dio una palmada en la espalda para calmarlo. Luego le tomó el pulso, le examinó atentamente y le dijo: “Tú no padeces de ninguna enfermedad”. “Sí padezco de una, doctor. Padezco de la enfermedad de la pobreza”, le mencionó el joven entre sollozos. Sus padres habían muerto cuando él era muy chico. Tuvo que vender todo lo que tenía para enterrarlos. Se endeudó con un terrateniente, quien le obligaba a pagar lo que le debía. Por todo eso, le pidió al doctor que le prescribiera algo contra la pobreza.

 

Después de escuchar el sollozante relato, Zhang Zhongjing se quedó callado un buen rato. Si bien había ejercido como médico muchos años y había curado a innumerables pacientes, era la primera vez que le pedían una receta contra la pobreza. Mandó a que le dieran algo de comer al muchacho y siguió meditando. Finalmente, le recetó rizomas de imperatoria, lavados y resecados al sol. La dosis: todos los rizomas que pudieran entrar en toda su casa.

 

Al leer la receta, Li Sheng se quedó perplejo, pero la vergüenza hizo que no le preguntara nada más al doctor. Salió decidido a cumplir la receta. El joven vivía en un viejo templo, así que reunió a muchos niños pobres con quienes comenzó a arrancar las imperatorias de los alrededores. En poco tiempo lograron recoger todas las hierbas a su alcance y llenaron todos los rincones del monasterio.

 

El “paciente de pobreza” es curado

 

En el invierno de aquel año no cayó la nieve en Luoyang, ni tampoco llovió en la primavera. El clima era sumamente seco, condiciones que dieron lugar precisamente a la peste.

 

Muchos altos funcionarios y personas acaudaladas acudían a Zhang Zhongjing para tratar su mal. Sin embargo, Zhang ordenó a sus discípulos que atendieran a estos pacientes en el consultorio y él mismo se trasladaba a la aldea del joven Li Sheng, el “paciente de pobreza”, a tratar a la gente común.

 

La peste es una enfermedad febril y la imperatoria es febrífuga, es decir, eficaz contra la fiebre. En las recetas de Zhang siempre figuraba el rizoma de imperatoria, y en grandes dosis. Otros médicos siguieron su ejemplo y también lo recetaban, lo que hizo que los rizomas de imperatoria comenzaran a escasear en las tiendas. Entonces, Zhang Zhongjing les recomendó a sus pacientes que se los compraran al joven Li Sheng, quien se los vendía a los ricos a un elevado precio y se los regalaba a los pobres. Finalmente, la peste pasó. El muchacho obtuvo mucho dinero y, de ese modo, consiguió “curarse” de la pobreza. Muy feliz, compró cereales y los compartió con sus vecinos, quienes en retribución le construyeron una choza.

 

Li Sheng se sintió muy agradecido con Zhang Zhongjing y su sorprendente clarividencia. Un día, le preguntó al doctor cómo había previsto el brote de la epidemia. Zhang le explicó que una razón habían sido las malas condiciones climáticas, por lo que el rizoma de imperatoria era indispensable para tratar a los infectados por la peste.

 

El rizoma de imperatoria es de naturaleza fría, sabor dulce y está relacionado con los pulmones, el estómago y la vejiga urinaria. Entre sus propiedades esenciales están las de refrescar la sangre, detener las hemorragias, eliminar el calor interno de los pulmones y el estómago, y promover la diuresis.

 

 
 
*Qiu Xinnian fue uno de los primeros estudiantes de español enviados por el Gobierno chino a Cuba. Posteriormente trabajó como diplomático en Cuba, Argentina, Perú, entre otros países hispanohablantes.

 

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Editor: Wu Wen Da-->

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