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El silbato de paloma: la sinfonía de Beijing

Source:China Hoy Author:JIAO FENG
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El silbato es atado a las plumas de la cola de la paloma.

 

Si alguien ve una película sobre la vieja Beijing, una de las escenas típicas es la de un grupo de palomas que, atadas a un distintivo silbato, vuelan sobre los siheyuan (patios cuadrangulares) de la ciudad. Para los beijineses mayores, el sonido de dicho silbato es representativo de la capital y ha quedado grabado en sus mentes. Como lo describe un verso: “El douzhi (bebida de soja fermentada), los youtiao (churros) y las torres del Tambor y de la Campana; el cielo azul, las nubes blancas y el silbato de paloma”, esas son las características de la vieja Beijing.

 

El silbato de paloma, también conocido como “timbre de paloma”, es un pequeño silbato que está atado a la cola de dichas aves. Cuando las palomas vuelan, la corriente de aire choca con el silbato produciendo un agradable sonido. Durante siglos, muchos beijineses han criado y volado palomas con silbatos. Sin importar la estación del año, ya sea en el despertar de la primavera, con un hermoso sol y brisa, o a finales de otoño, con cielo azul y limpio, siempre han estado ahí las bandadas de paloma revoloteando libremente con su melodioso sonido. De este modo, el silbato de paloma se ha convertido en un símbolo de Beijing y llegó a ser calificado por Mei Lanfang, maestro de la Ópera de Beijing, como la “sinfonía en el cielo”. Hasta mediados del siglo pasado, los mercados de palomas eran muy activos en Beijing y en su mayoría se realizaban junto con las ferias del Año Nuevo chino.

 

Sin embargo, con los cambios en el estilo de vida, el desarrollo de la capital y la mejora del medio ambiente e higiene, cada vez se ven a menos personas criando palomas dentro de la ciudad. Las bandadas se han vuelto una escena inusual y los silbatos en el aire han ido desapareciendo. En la actualidad, los silbatos son considerados, más bien, objetos de colección, de tal forma que en 2014 su elaboración fue considerada patrimonio cultural inmaterial de Beijing.

 

Mil años de historia

 

El silbato de paloma cuenta con una larga historia en China. Hay registros de que durante la dinastía Song del Norte (960-1127), el ejército del imperio Xia del Oeste hacía sonar el silbato de paloma como señal para atacar al ejército Song. Años después, en la dinastía Song del Sur (1127-1279), el silbato de paloma ya se había vuelto popular.

 

En la cría de palomas, no solo se presta atención a la clase y apariencia de las aves, sino también a su adiestramiento. En ese sentido, el silbato es indispensable, lo que explica que se volviera una tendencia en Beijing. Hoy en día hay muchas variedades de silbatos de paloma, cuya elaboración y sonido han mejorado notablemente con el tiempo. De este modo, el silbato se ha convertido en un objeto especial, abriendo paso a toda una artesanía y cultura propias.

 

El “hacer volar en círculos a las palomas” es una de las prácticas de los criadores de palomas en Beijing. Dos veces al día, por la mañana y por la noche, se suelta a las palomas, las cuales comienzan a volar en círculos alrededor de la casa de sus dueños, elevándose cada vez más hacia el cielo. El arrullo de las palomas hace que muchos peatones alcen su vista, lo cual llena de especial orgullo a los dueños. La cantidad y el tipo de silbatos generan diferentes sonidos, creando una maravillosa melodía, como una “orquesta en el aire”.

 

Silbatos de paloma hechos por Zhang Baotong.

 

Tipos de silbatos

 

El bambú y la calabaza son los materiales principales en la fabricación de estos silbatos, algunos de los cuales tienen múltiples orificios, de modo que el aire que pasa genera diferentes sonidos cuando las palomas vuelan horizontalmente o giran.

 

El silbato de paloma de Beijing puede ser dividido en cuatro categorías según su forma: calabaza redonda, tubos dispuestos en fila, calabazas o tubos en paleta, o bien, una combinación de calabazas y tubos. Los diferentes tipos de silbatos generan distintos efectos de sonido. Por ejemplo, el silbato de tubos dispuestos en fila produce un sonido más restallante, mientras que el de calabaza redonda es más grave. Además, el silbato debe seguir estrictas pautas, de modo que se produzca un sonido armonioso. El silbato debe ser lo más ligero posible, independientemente de su tamaño. De este modo, incluso un silbato grande no pesa más de siete u ocho gramos.

 

El proceso de fabricación del silbato de paloma consta de más de diez pasos que incluyen el diseño, la selección del material, el corte, el ahuecamiento, la división, el pulido, la unión, el grabado y la pintura, por mencionar algunos. Se trata de una tarea sumamente delicada, cuyo proceso puede tardar dos días enteros en el caso de los silbatos más simples y más tiempo para los más complejos. La clave en la elaboración del silbato está en su cuerpo, ya que no basta que tenga las dimensiones correctas, sino también que el sonido sea el adecuado. Para ello, se requiere del cuidado y la paciencia de los artesanos.

 

También se debe prestar especial atención a la hora de colocar los silbatos en las palomas. En primer lugar, se eligen cuatro plumas en medio de la cola y se pasa una aguja con un hilo que ate firmemente el silbato a aproximadamente un centímetro de la punta de la nalga del ave, proceso al cual se le llama “coser el silbato a la cola”. Luego, se pone la boca del silbato hacia adelante y se inserta el tudel entre las cuatro plumas, de modo que el orificio quede expuesto debajo de las plumas. Finalmente, se pasa un anillo de alambre de acero por el orificio para fijar bien el silbato. Puesto que el tudel del silbato está incrustado en las plumas de la cola y las partes delantera y trasera están bloqueadas por la punta de la nalga y el hilo, respectivamente, el silbato no se llega a mover aun si la paloma vuela, gira, se eleva o está en el agua.

 

Antiguamente, los más prestigiosos fabricantes de silbatos dejaban su marca personal o sello en sus obras. Durante la dinastía Qing, los “Cuatro Antiguos Maestros” de este arte fueron Hui, el “viejo” Yong, Xing y Ming. Durante el periodo de la República de China (1912-1949), además del “joven” Yong (hijo del “viejo” Yong), surgieron Zhou Chunquan (Xiang), Tao Zuowen (Wen) y Wu Yutong (Hong). La gente suele referirse a los “Cuatro Antiguos Maestros” y a los “Cuatro Jóvenes Maestros” como los “Ocho Maestros” del silbato de paloma.

 

Los silbatos de paloma se pusieron de moda en Beijing durante un tiempo, pero estos eran confeccionados con materiales baratos y por los mismos aficionados, por lo que no eran de alta calidad. Los famosos maestros se negaron a tener discípulos a quienes transmitirles sus habilidades y los criadores de palomas debieron ingeniárselas para elaborar los silbatos. Al haber menos criadores de palomas en la ciudad, son pocos los que saben fabricar silbatos, y mucho menos los que los hacen de alta calidad. Por dicha razón, la artesanía desarrollada por los maestros se ha perdido casi por completo.

 

Los silbatos de paloma de Beijing se dividen en cuatro categorías: calabaza redonda, tubos dispuestos en fila, calabazas o tubos en paleta, o una combinación de calabazas y tubos.

 

El silbato de Zhang Baotong

 

Zhang Baotong, de 70 años de edad y jubilado, vive en el barrio de Xuanwumen, en Beijing. Trabajó como ingeniero en una empresa estatal, pero por esas casualidades de la vida, se convirtió en heredero del arte de fabricar silbatos de paloma.

 

De pequeño, Zhang tuvo como vecino a Tao Zuowen (Wen), uno de los “Cuatro Jóvenes Maestros”. Sus casas daban al mismo patio, pero Tao no tenía esposa ni hijos, por lo que Zhang Baotong cuidó de él durante su vejez hasta su muerte. El silbato “estilo Wen” se caracteriza por su parte superior redonda y las líneas fluidas del cuerpo, lo que ayuda a reducir la resistencia al aire y, por consiguiente, disminuye la carga de las palomas. Además, su elaboración es muy intrincada. Por ejemplo, uno de los modelos está compuesto herméticamente por varias hojas de bambú y tiene el aspecto de una naranja pelada. Incluso, las puntas de cada pétalo en la parte inferior están agrupadas firmemente. Gracias a la influencia de Tao Zuowen, Zhang Baotong comenzó a hacer silbatos cuando tenía poco más de 7 años de edad, y lo aprendió formalmente a los 11. Con el paso del tiempo, Zhang logró dominar a cabalidad todos los pasos, y aunque se trataba solo de un pasatiempo personal, era la actividad que ocupaba la mayor parte de sus días fuera del trabajo y del estudio.

 

Tras la muerte de Tao Zuowen, el silbato de paloma “estilo Wen” comenzó a ser muy valorado, sobre todo entre los coleccionistas. En una ocasión, Wang Shixiang, un experto en reliquias culturales, estaba buscando un silbato “estilo Wen” igual al que ya tenía para añadir a su colección. Gracias a la destreza de Zhang Baotong, consiguió un silbato idéntico que ni siquiera Wang fue capaz de diferenciar. Cuando Wang Shixiang visitó Estados Unidos, le regaló al Museo Field de Historia Natural de Chicago aquel silbato hecho por Zhang Baotong. Tras comparar la colección de silbatos “estilo Yong” y “estilo Xiang” que tenía aquel museo, resultó que el elaborado por Zhang Baotong era de la misma calidad.

 

Zhang Baotong (Tong) no solo heredó esta antigua tradición, sino que también creó nuevos tipos de silbatos, empleando nueces y otros materiales. Por ello, en un artículo, Wang Shixiang escribió que el “maestro Tong” se encontraba a la par de los “Ocho Maestros” y destacó que sus silbatos, aun inspirados en el “estilo Wen”, eran innovadores.

 

Esto fue un gran estímulo para Zhang Baotong, pero también le hizo tomar conciencia de la responsabilidad que pesaba sobre sus hombros. No quería que este antiguo legado desapareciera, por lo que, a diferencia de los “Ochos Maestros”, Zhang Baotong decidió tener discípulos y escogió a dos aprendices, los cuales dominan ya la técnica y cultivan, a su vez, a sus propios sucesores. Es así como esta artesanía ha logrado transmitirse ya a la cuarta generación.

 

Los rascacielos han ido reemplazando las viviendas y los patios tradicionales de Beijing, con lo cual han ido desapareciendo las palomas y también sus silbatos. Sin embargo, en 2012 se creó el primer Museo del Sonido en Beijing, donde se “conservan” los sonidos que se han ido por completo o aquellos que están en vías de extinción, como parte del registro histórico de la ciudad. El silbato de paloma es uno de ellos.

Zhang Baotong es heredero del arte de la fabricación de silbatos de paloma.

 

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Editor: Wu Wen Da-->

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