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La oficalcita, la centipeda y el geranio

Source:China Hoy Author:QIU XINNIAN*
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La oficalcita (Ophicalcita) o serpentina (serpentine) tiene un nombre en chino, huaruishi (花蕊石), que significa literalmente “piedra de órgano floral”, una descripción que nada tiene que ver con la oficalcita. ¿Cuál es su origen?

 

Laoguancao es el nombre chino del geranio. VCG

 

Un tipo de piedra que cura

 

Puede decirse que la oficalcita es una piedra serpentinizada mediante un proceso exotérmico. Hace mucho tiempo, durante la dinastía Song del Sur (1127-1279), cuya capital era la ciudad meridional china de Hangzhou, vivía una princesa de 14 años muy hermosa. Todos los días paseaba por la mañana y por la tarde en el hermoso jardín imperial, acompañada por varias sirvientas. Pero un día cayó enferma. Padecía de anorexia. No quería tomar agua, se sentía agotada, empalideció y adelgazó notablemente. El emperador se sintió muy preocupado y mandó a los médicos imperiales a curarla a todo costo. Sin embargo, no hubo un resultado positivo y la princesa iba de mal en peor.

 

El emperador no tuvo más remedio que divulgar un anuncio por todo el país en el que convocaba a los médicos y les prometía un gran premio si salvaban a la princesa. Pronto, uno de ellos llegó al palacio y aseguró que podía tratar la enfermedad de la joven.

 

El médico vio muchas flores hermosas fuera y dentro del pabellón de la residencia de la princesa, las cuales desprendían un aroma embriagante. Después de tomarle el pulso, el doctor frunció el entrecejo y le dijo al emperador: “¡La princesa está embarazada!”. El emperador se enojó: “¡Disparates! La princesa es pequeña, no está casada y ha vivido siempre en el palacio. ¿Cómo puede ser que esté embarazada?”. El médico le contestó calmado: “El feto no es humano, sino de piedra formada de la esencia de las flores. La princesa siempre ha estado confinada en el palacio, ama apasionadamente las flores, pasea o juega entre las flores, la residencia está llena de flores, las cortinas están hechas de flores y hay flores colgadas en su cama. Durante todo este tiempo, la esencia de las flores ha formado un feto: una piedra de órgano floral”.

 

El emperador se convenció de lo dicho y le ordenó que recetara una cura. Poco después de un tratamiento de decocción, la princesa parió un engendro petroso, muy aromático, brillante y transparente. Pasados unos días, la princesa se recuperó y se puso contenta y alegre como antes. El emperador decidió premiar al médico, así que le preguntó qué deseaba, pero él contestó que nada más quería la piedra. Y se la llevó.

 

Luego, el médico pudo comprobar el buen efecto hemostático de la piedra y curó muchas hemorragias administrándoles a sus pacientes un poco de polvo de la misma. Hasta hoy día, la piedra oficalcita sigue siendo muy usada como agente hemostático.

 

La oficalcita es ácida en sabor, astringente y neutra en naturaleza, y es relacionada con el hígado. Su virtud se debe posiblemente a su rico contenido en calcio, magnesio, entre otros minerales, los cuales fortalecen la textura compacta de los vasos sanguíneos, evitan que la sangre se rezuma y promueven la coagulación de la misma.

 

La hierba que no la come ni el ganso

 

La centipeda (Herba centipedae) es de naturaleza tibia y sabor picante, y es relacionada con los pulmones y el hígado. Es usada como expectorante, antitusígena (combate la tos) y descongestionante nasal.

 

 El nombre de la hierba en chino, ebushicao, quiere decir “ni siquiera el ganso come la hierba” o “hierba que no la come ni el ganso”. ¿A qué se debe ese nombre tan raro? De hecho, está relacionado con el descubrimiento casual de la planta.

 

Un chico de una familia campesina padecía de rinitis desde muy pequeño, por lo que expulsaba mocos fétidos todo el año. Era una dolencia tan molesta que sus compañeros no querían jugar con él, así que se sentía muy angustiado.

 

Sin embargo, el chico era trabajador y sacaba a pastar a los gansos. Un día, los llevó a la pendiente de una montaña. Los gansos hambrientos se comían todas las hierbas que encontraban a su paso, aunque dejaron una que estaba muy verde y tierna, lo cual extrañó al jovencito. Acercó unos gansos a la planta para que la comieran, pero estos apenas la olieron se apartaron rápidamente de ella. Con mucha curiosidad, el chico arrancó una brizna de la hierba y la olió. El olor le hizo soltar unos sonoros estornudos y enseguida se despejó su nariz.

 

Desde entonces, el chico llevaba todos los días a los gansos al mismo lugar y olía la misma hierba. Poco tiempo después, se curó de la rinitis. Compartió su experiencia con otros niños que padecían la misma enfermedad y estos, usando la misma planta, también se curaron.

 

El curioso efecto de la hierba se fue difundiendo poco a poco. No pasó mucho tiempo para que llegara a ser una planta medicinal muy usada, pero nadie sabía cómo llamarla. Entonces, se le puso el nombre que tiene hasta hoy: “Ni siquiera el ganso come la hierba” o “hierba que no la come ni el ganso”. Gracias al avance de las ciencias naturales, es llamada centipeda en español y Herba centipedae en latín.

 

La hierba de la grulla

 

El geranio (Geranium wilfordii Maxim), cuyo nombre en chino es laoguancao, es de sabor picante y amargo, de naturaleza neutra y es relacionado con el hígado, los riñones y el bazo. Tiene propiedades contra la reuma y la diarrea.

 

Las llamamos plantas medicinales chinas, pero no todas son originarias de China, sino que muchas fueron introducidas desde otras zonas del mundo, como la hierba geranio, que es una especie botánica perteneciente a la familia de las geraniáceas. Sin embargo, sus efectos farmacéuticos fueron descubiertos por los chinos, quienes la registraron en la literatura médica con el nombre de laoguancao.

 

La laoguan es un ave muy parecida a la grulla blanca. ¿Por qué se le puso ese nombre a la hierba? Su nombre genérico, geranium, derivado del griego, alude al pico de la grulla debido a su parecido con el fruto de la hierba.

 

Durante la dinastía Tang (618-907), el renombrado herborista Sun Simiao (581-682) llegó a la montaña Emei, en la provincia de Sichuan. En una de sus cuevas solía preparar plantas medicinales con las que curar a los pacientes locales.

 

La provincia de Sichuan se sitúa en el suroeste de China y es una cuenca de clima caluroso y muy húmedo. Por lo tanto, la mayoría de los enfermos que consultaban a Sun Simiao eran reumáticos. Incluso los animales padecían la misma dolencia. Sun recurrió a todos sus conocimientos médicos para tratar a los pacientes, pero con poco éxito, lo que le angustiaba.

 

Un día, Sun Simiao salió a recoger hierbas medicinales con sus discípulos y vio una grulla gris que picoteaba una hierba que no conocía. Luego el ave voló con mucho esfuerzo a su nido. Parecía que no estaba en buenas condiciones. Días después, vio a la misma grulla que comía la misma hierba, pero luego voló con mucha facilidad. Extrañado, Sun les dijo a sus discípulos: “Las grullas atrapan peces y camarones todo el año en el agua, así que son propensas al reumatismo. Esta grulla ha comido aquella hierba, es decir, no es venenosa. Ahora vuela con facilidad y está mucho mejor que antes. Eso nos indica que la hierba tiene propiedades curativas”.

 

Todos arrancaron una gran cantidad de esa hierba. Prepararon tisanas para administrarles a los pacientes reumáticos. Al cabo de unos días, como si fuera un milagro, los pacientes se curaron de la hinchazón y el dolor en las piernas y rodillas. Ya podían andar lentamente. La buena noticia se difundió rápidamente y muchos pacientes hacían cola delante de la cueva de Sun Simiao para una consulta. Se le pidió a Sun que le pusiera un nombre a la hierba, así que dijo: “La grulla la ha descubierto, el mérito es de ella. Entonces, vamos a llamarla la ‘hierba de la grulla’ (laoguancao)”. Dicha hierba sigue siendo muy empleada en la medicina tradicional china.

 

 
 
*Qiu Xinnian fue uno de los primeros estudiantes de español enviados por el Gobierno chino a Cuba. Posteriormente trabajó como diplomático en Cuba, Argentina, Perú, entre otros países hispanohablantes.

 

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Editor: Wu Wen Da-->

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