La medicina, sobre todo la medicina tradicional china, es una carrera complicada porque requiere una ilimitada cantidad de conocimientos y, para colmo, su aprendizaje puede ser monótono e interminable. No obstante, estos conocimientos son útiles para toda la gente y algunos resultan ciertamente curiosos e interesantes.

 

Me llamo Qiu Xinnian (mi nombre en español significa “Año Nuevo”). Nací en el seno de una familia campesina el primer día del primer mes lunar en 1935, por lo que mis padres decidieron ponerme ese nombre creyéndolo auspicioso. Ahora soy un hombre de 84 años y hace 24 años me jubilé de diplomático, aunque por mi experiencia laboral he logrado asimilar conocimientos en medicina y hablo español. Por ello, muchos amigos hispanohablantes me han invitado a disertar sobre la medicina tradicional china, en particular sobre la conservación de la salud.

 

Gracias a mi trayectoria profesional y a mi terquedad de años en la recopilación de términos médicos, en 2009 pude publicar, con mis propios ahorros, el Diccionario de Medicina Español-Chino y el Diccionario de Medicina Chino-Español. ¿Por qué lo hice? En China el tiraje de una obra en español es muy pequeño, es poco lucrativo, por lo que ninguna casa editorial quiere publicarla. Yo era muy consciente de eso y, sin embargo, cubrí todo el costo a fin de que ambos diccionarios fueran útiles a la sociedad. Ahora, cuando leo alguna palabra nueva, la añado a mi diccionario en edición digital. Lo hago casi todos los días. Ya he recogido unas 800 plantas medicinales de China, con su nombre vulgar y científico, y sigo haciéndolo.

Un diccionario es una obra inacabable. Ninguno es completo. Los míos son un trabajo inicial. Falta mucho para enriquecer su contenido, sobre todo en cuanto a la nomenclatura de fármacos y de la medicina tradicional china.

Actualmente sigo de cerca el avance de la ciencia médica, pero pongo énfasis en la medicina tradicional china, pues estoy seguro de que cada vez será más popular en todo el mundo. Los daños que producen muchos fármacos químicos nos permiten ver las ventajas de la fitoterapia y de que la sabia naturaleza siempre lleva un buen tramo por delante del mundo de la tecnología, por más desarrollado que este sea. La medicina china es una medicina holística, una medicina preventiva, segura, de bajo costo, disponible para todos, sobre todo en acupuntura, masaje y quiropraxia, y muchos remedios caseros son baratos y simples, pero curativos. Además, muchos medicamentos tienen el mismo origen que el de los alimentos. Si la gente los conoce, prevendrá las enfermedades disfrutando la comida. Entonces, ¿por qué no volvemos a la medicina herbaria?

La medicina tradicional china destaca este criterio y tiene mucha razón. A través de un largo tiempo, mientras buscaban alimentos, nuestros ancestros descubrieron las plantas medicinales, por lo que decimos que los alimentos y las plantas medicinales tienen el mismo origen. La gente fue descubriendo que una parte de las plantas contaba con propiedades curativas o aliviadoras de enfermedades, y que otra parte era más alimenticia pero también remediadora. De este modo, nuestros antepasados nos dejaron un legado muy valioso que nos permite alejarnos de enfermedades prevenibles, disfrutando al mismo tiempo de manjares. Claro que tenemos que conocer bien las propiedades nutricionales y curativas y los beneficios para la salud de cada alimento, pues hay algunos que nos curan y otros que nos enferman, sobre todo si los consumimos en exceso. Una dieta bien equilibrada y combinada es fundamental para una vida sana. Hipócrates, el padre de la medicina occidental, también se dio cuenta de las similitudes entre las plantas medicinales y las alimentarias, por lo que dijo: “Que tu alimento sea tu medicina y tu medicina, tu alimento”. Otro punto semejante entre las dos medicinas.

A continuación, expongo algunos alimentos curativos que he podido comprobar.

 

El mijo es uno de los alimentos de origen vegetal más antiguos en la dieta del ser humano. Aún hoy es muy importante en China. Es un cereal considerado como un poderoso alimento medicinal por los chinos, particularmente por los del norte del país. La medicina tradicional china también lo considera muy recomendable para la salud, sobre todo para las mujeres después del parto. No sé desde cuándo empezó la costumbre, pero las mujeres, después de parir, consumen indispensablemente el mijo, acompañado de ajonjolí tostado y machacado mezclado con sal. No saben por qué, pero todas siguen la regla. Hoy esta costumbre continúa. Según la medicina tradicional china, las propiedades medicinales del mijo se deben a que es uno de los alimentos con mayor yang que existe. Las mujeres que acaban de dar a luz pierden mucho yang, por lo que el mijo les conviene.

La ciencia moderna ha confirmado algunos de sus beneficios. Por ejemplo, el mijo es el cereal más rico en hierro y un verdadero alimento contra la anemia, por lo que su consumo, además de mejorar los niveles de algunos parámetros de la sangre, proporciona al organismo una mayor eficacia en el transporte del oxígeno a las células. También se ha demostrado su acción beneficiosa sobre el bazo y su capacidad para prevenir la obesidad. Además, es rico en vitaminas B1, B6, fósforo y magnesio, por lo que contribuye a combatir la fatiga física y el agotamiento nervioso; en otras palabras, puede recuperar las cualidades que han sido afectadas por el yin excesivo. Más aún, se dice que el mijo contiene una hormona especialmente buena para las mujeres. En fin, es tonificante, sobre todo la capa jugosa que surge en una olla cuando lo hervimos por largo tiempo. La medicina tradicional china asegura que el mijo es más tónico que el ginseng. Quizá sea un poco exagerado, pero sus propiedades son ciertamente notables. Por otra parte, el mijo es tranquilizante, un aliado del buen sueño, por lo que es bueno consumirlo en una pequeña porción antes de ir a la cama. Sin embargo, los ancianos deben tener cuidado, ya que el mijo es diurético y puede generar micciones frecuentes en la noche.

Como la ciencia moderna ya avala lo descrito por nuestra medicina ancestral sobre el mijo, el cual está exento de toxina alguna, podemos usarlo tranquilamente. A mí como norteño, me gusta el mijo desde muy chico y lo consumo varias veces a la semana. Recomiendo que todos lo consuman adecuadamente.

Nadie pone en tela de juicio el aumento constante de la esperanza de vida, pero lo cierto es que también están aumentando significativamente las patologías crónicas y degenerativas relacionadas con la edad.

Si nos centramos en los caballeros, seguramente la cuestión más común es el tema de la próstata, una glándula exclusiva de los varones, de pequeño tamaño, “mal colocada” si cabe “criticar” al diseñador del cuerpo humano, pues está debajo de la vejiga y delante del recto. La uretra la atraviesa por el centro, por lo que la orina sale de la vejiga a través de la próstata. Cuando esta aumenta de tamaño o se inflama, aprieta la uretra dificultando el paso de la orina y provocando la micción urgente y frecuente, lo que es muy fastidioso para los hombres. Un porcentaje muy alto de la población masculina experimenta a lo largo de su vida esta enfermedad, que se desarrolla más frecuentemente a partir de la próstata.

Muchos han intentado hallar un remedio natural para los problemas derivados de la próstata. En este sentido, los zíngaros fueron los pioneros, ya que lo encontraron en la calabaza, o también llamado zapallo. Es de un gran valor nutritivo, rica en proteínas, hidratos de carbono, fósforo, provitamina A, vitaminas B, C y E, y actualmente es muy bien acogida por los diabéticos. Sus semillas, o sea sus pipas, protegen muy bien la próstata. Para muchos es un simple tentempié, sobre todo para las chicas, pero en realidad es mucho más importante. Estas pipas, entre muchas otras propiedades, son ricas en ácido linoleico, sales minerales, proteínas, vitamina E, carotenoides y hormonas vegetales. Lo más importante es que puede ayudar a prevenir los desórdenes en la próstata mediante su rico zinc, y actúa como un antiinflamatorio sobre la referida glándula. Además, son diuréticas, emolientes, antihelmínticas y especialmente indicadas para la parasitosis intestinal. Estimulan también el sistema inmunitario por su zinc y son especialmente indicadas para la tercera edad, ya que en esta etapa de la vida suele haber un déficit de este elemento.

Desde hace unos diez años, yo vengo consumiendo pipas de calabaza, unos 30 gramos diarios de puras pipas sin cáscara, junto con otros frutos secos tales como almendras y nueces. Actualmente me siento sano en general y concretamente no tengo problemas en la próstata. Puedo dormir unas 7 horas en la noche, y solamente voy una o dos veces al baño. Muchos amigos de la tercera edad me envidian. Me siento muy feliz y satisfecho. Creo que mi éxito en general no se debe solamente a los beneficios saludables de las pipas del zapallo, sino a un conjunto de medidas: una dieta balanceada, una rutina de ejercicios adecuados, automasajes, entre otros métodos preventivos y fortalecientes del sistema inmunitario, siguiendo así las doctrinas de la medicina tradicional china.