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La espada Longquan, símbolo de China

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En la cultura tradicional china, la espada no solo es un arma, sino que representa también varios signos culturales, como la posición social y el gusto personal. Las espadas Longquan están consideradas dentro de las diez más afamadas de la antigüedad china. Su técnica de fundición, que se remonta a 2600 años atrás, fue incluida en la lista del patrimonio inmaterial cultural del Estado en 2006.

 

En la antigua China, los hombres que llevaban espadas tenían una elevada posición social. En la actualidad, la gente cuelga espadas en la casa o en la oficina como una forma de evitar el ingreso del mal. Se cree que las espadas tienen alma y advierten a su dueño cuando este se encuentra en peligro, razón por la cual los chinos suelen llamarlas baojian (“espada atesorada”).

 

Según registros históricos, la primera espada china fue hecha de cobre. Ou Yezi, un maestro en la fundición de espadas durante el Periodo de Primavera y Otoño (770-476 a. C.), descubrió la diferencia entre cobre y hierro, y fundió la primera espada china, que se conoció inicialmente como Longyuan. Gracias a su fama, el lugar donde Ou fundía las espadas comenzó a llamarse Longyuan. Sin embargo, durante la dinastía Tang (618-907 d. C.), para evitar que sonara parecido al nombre del emperador Li Yuan, se cambió Longyuan por Longquan. El lugar se ubica actualmente en el distrito de Longquan, en la provincia de Zhejiang.

 

La espada en la cultura china

 

Las espadas son las armas frías más antiguas de la humanidad. A partir del siglo VII, más allá de su uso en la guerra, las espadas comenzaron a tener una connotación cultural.

 

En la China antigua, tanto el sello como la espada eran símbolos de poder, en una sociedad que tenía una estricta jerarquía. Para exhibir su posición social, algunos altos funcionarios y nobles llevaban la espada como adorno, aunque había rígidas normas al respecto. Durante el Periodo de los Estados Combatientes se estipuló que los emperadores podían portar una espada desde los 20 años de edad; los gobernadores locales, desde los 30 años; y los nobles y funcionarios, desde los 40 años. La gente común y corriente no podía llevarla, salvo cuando verdaderamente la necesitaba.

 

Por otro lado, la espada es también un símbolo espiritual para los hombres chinos, lo cual está relacionado sobre todo con la cultura del arte marcial, en la cual la espada simboliza una elevada moral, la libertad, la justicia, la fuerza, etc. Los chinos de la antigüedad creían que la espada tenía un alma propia y la consideraban una amiga para toda la vida. Por eso, muchas personalidades como Confucio o los poetas Qu Yuan y Li Bai solían llevarlas consigo.

Técnicos funden espada en el Taller Shenguang Longjian en el distrito de Longquan, provincia de Zhejiang.

Una esmerada fundición

 

Como para los nobles y altos funcionarios de la China antigua era muy importante la espada, esta exigía una fabricación de alto nivel. Debido a su esmerada fundición y preciosa apariencia, la espada Longquan era la preferida en distintos estratos sociales, sobre todo entre las grandes personalidades. Era, además, un fino regalo y un elevado tributo.

 

Las espadas Longquan se caracterizan por su densa textura y hoja afilada, atribuidas a su técnica de fundición. En el siglo V a. C., China dominaba ya la fundición del acero. El hierro era colocado en el horno y pasaba por un tratamiento de carburación. Cuando alcanzaba cierta temperatura, era sacado para ser forjado. Se trata de la técnica más antigua de fundición de acero.

 

El primer paso para fundir las espadas Longquan era la selección de la mena, la cual era fundida por los artesanos. El acero era calentado repetidamente a fin de que disminuyeran al máximo sus impurezas y los productos tuvieran unos acabados más finos. Después de pasar por el tratamiento de carburación, el producto quedaba terminado.

 

En las espadas se inscribían capas de rayas o se forjaban dibujos. Por ejemplo, en algunas podía leerse sa lian, lo que quería decir que tenían 30 capas de rayas forjadas, o bai lian, unas 100 capas.

 

Limitado incluso por la tecnología de entonces, el acero fundido contenía poco carbón. Las espadas hechas con acero de bajo carbón no tenían un buen filo. “Templar” la espada era el mejor modo para elevar su dureza y resistencia.

 

Desde el punto de vista de la metalurgia moderna, la técnica de templar la espada en la antigua China era similar al proceso de tratamiento térmico moderno. Esto quiere decir que luego de calentar el molde de la espada hasta los 750 u 800 grados centígrados, este era colocado en aguas a una temperatura adecuada para enfriarlo. La temperatura es un factor clave que determina la calidad de las espadas.

 

El “agua santa” que buscaban los maestros artesanos era, de hecho, agua manantial que contenía elementos especiales y generaba fácilmente reacciones químicas. Cuentan que en la orilla del lago donde Ou Yezi fundía espadas, había siete pozos alineados como la constelación de Septentrión, por lo que Ou grabó la imagen de Septentrión sobre las espadas Longquan. Ello explica también su nombre de “espadas de Septentrión”.

 

El distrito de Longquan es famoso por la fundición de espadas, lo cual se debe al agua manantial que corre con ciertos elementos especiales. El proceso tradicional de fundición tenía 20 pasos más, muchos de los cuales dependían de la experiencia de los maestros.

 

Para valorar la calidad de una espada deben observarse los dibujos en la superficie, los que ayudarán a evaluar su grado de fineza. En el distrito de Longquan había un tipo de rocas llamadas liangshi (“rocas brillantes”), muy convenientes a la hora de pulir espadas. Después de este paso, las espadas se volvían muy brillantes. A veces, este paso necesitaba varios días, incluso varios meses, lo que explica el dicho chino: “Diez años para forjar una espada”.
Las espadas Longquan se caracterizan por su densa textura y hoja afilada.
Detrás de la espada

 

Según los registros históricos, la primera espada china hecha de hierro representó el más alto nivel alcanzado por la metalurgia. Durante las dinastías Qin (221-206 a. C.) y Han (206 a. C.-220 d.C.), la fundición de espadas servía especialmente a la corte imperial y tenía cierta magnitud. Para el siglo X, Longquan albergaba numerosos talleres de fundición de espadas, lo que generó otro periodo de apogeo posterior a la época de Ou Yezi. En aquel momento, había una calle llamada Jianpujie (“la calle de los talleres de espadas”).

 

Por varios siglos Longquan siguió siendo famoso, gracias a las espadas Longquan, y el sector se desarrolló en medio del avance en China del taoísmo y budismo. Los objetos usados por los sacerdotes taoístas en las ceremonias religiosas eran espadas Longquan, mientras que el budismo pregonaba el arte marcial, lo cual también impulsó la demanda de espadas.

 

Los maestros artesanos dedicaron considerables esfuerzos a la calidad, empaquetamiento y connotación de las espadas, a fin de que Longquan recibiera la preferencia de los aficionados a las artes marciales y los amantes del arte. En la villa Wanjian, en Hong Kong, se conservan tres espadas Longquan que se remontan a la dinastía Qing (1644-1911).

 

En junio de 2006, la técnica de fundición de las espadas Longquan fue incluida en la lista del patrimonio cultural inmaterial del país. El taller de espadas Shenguanglong, con más de 130 años de trayectoria, es una entidad que vela por la protección de este tesoro nacional. Por su parte, Shen Xinpei, quien pertenece a la cuarta generación de artesanos, es considerado como el heredero representativo de dicho proyecto y se le ha concedido un premio por sus méritos artísticos.

 

China ha obsequiado espadas Longquan como regalos de Estado al expresidente estadounidense Richard Nixon, al presidente ruso, Vladimir Putin, entre otras altas autoridades. Los sables de los oficiales que forman parte de la guardia de honor de las tres ramas del Ejército han sido fabricados en Longquan.

 

Espada imperial Shangfang era el nombre oficial de los utensilios fabricados especialmente para uso del emperador. La espada era símbolo de la alta autoridad y los poderes supremos. En el año 221 a. C., la dinastía Qin unificó China. Para realzar la unificación, Qin Shihuang convocó a los mejores artesanos para que fundieran un par de espadas, lo cual se terminó al cabo de tres años. Sobre las dos espadas lucía la frase dingqin (“estabilizar la tierra por Qin”). Qin Shihuang se nombró a sí mismo primer emperador de Qin y esperaba que dicho poder se transmitiera por generaciones. Aquel par de espadas fue la primera representación del poder imperial.

“Sobre la fuerza del temple se hace el acero” Es un modismo chino que quiere decir que para que se convierta en acero sólido, el hierro debe ser forjado repetidamente. En otras palabras, solo el hombre que pasa por “duras forjas” puede ser más firme y resistente.

“Diez años para forjar una espada” Es el verso de un poema chino antiguo, que significa que para fundir una espada de buena calidad, se necesita tiempo. Quiere decir que uno solo puede conseguir éxitos tras un largo esfuerzo. Aquí “diez años” se refiere a un largo tiempo.

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Editor: Wu Wen Da-->

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