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La flor mágica de Malan (2.a parte)

Source:China Hoy Author:Ren Deyao y Zhang Ling'er
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Una vez se despidió de Malang, Xiaolan cruzó con mucha felicidad el río. No sabía que a sus espaldas, un viejo y malvado gato la estaba siguiendo.

 

Al entrar en el patio, Xiaolan repitió en voz baja el conjuro que Malang le había enseñado: “Flor de Malan, flor de Malan, no temas al viento, no temas a la lluvia. Te habla una persona diligente. Ábrete, por favor, y suelta los regalos”. Los regalos salieron volando uno tras otro. El gato malvado, escondido en el techo de la casa, no solo oyó el conjuro, sino que también vio que Xiaolan había colocado la flor en su moño.

 

Xiaolan se arregló el vestido y dijo en voz alta: “¡Papá, mamá y hermana, ya estoy aquí en casa!”. Sus padres y hermana salieron al patio a recibirla. Xiaolan les mostró todos los regalos y sus padres estaban muy contentos.

 

Los padres llevaron a Xiaolan dentro de la casa, pero Dalan se quedó sola en el patio. Se le caían las lágrimas. Envidiaba a su hermana, pues había regresado muy bien vestida y con muchos regalos. Se arrepintió de no haberse casado con Malang.

 

El viejo y astuto gato logró leerle la mente a Dalan. Saltó del techo y se le acercó. Le dijo: “¡Ay, Xiaolan te robó la felicidad! Yo puedo ayudarte a recuperarla”. Luego se aproximó a la oreja de Dalan y le susurró algo.

 

Al día siguiente, Xiaolan se dispuso a regresar. Dalan insistió en acompañarla a la orilla del río. Le dijo: “Hermana, ¡qué bonitos tu vestido y tus pendientes!”. Xiaolan se quitó el vestido y los pendientes y se los regaló a su hermana. Dalan le volvió a decir: “¡La flor en tu cabello también es muy hermosa!”. Pero Xiaolan le contestó apresuradamente: “Esta flor no te la puedo dar”.

 

Al ver que era imposible obtener la flor de Malan, el viejo gato salió bruscamente, le arrebató la flor a Xiaolan y la empujó al río. Dalan se asustó tanto que, luego de gritar “¡Ah, hermana!”, se desmayó.

 

Un pajarito lo vio todo. Tras mencionar el nombre de Xiaolan, se lanzó hacia el gato arriesgando la vida y con la intención de recuperar la flor. Desafortunadamente, una de sus patas fue lastimada por la piedra que le arrojó el viejo gato. El pajarito tuvo que esforzarse para volar y huir.

 

El viejo gato sostuvo la flor de Malan y empezó a recitar el conjuro. Quería que la flor le trajera oro, plata, joyas y un lujoso carruaje tirado por ocho caballos. Pero después de recitar varias veces el conjuro, no pasó nada. “Debo ir a la montaña Malan a conseguir el conjuro correcto”, pensó.

 

Después de despertarse, Dalan recriminó al viejo gato por haber matado a su hermana. Pero el viejo gato le dijo: “Deberías agradecerme. ¡Si te disfrazas de tu hermana, podrás ir a la montaña Malan y llevar una vida feliz!”.

 

En ese momento, Malang llegó con su bote a recoger a Xiaolan. El viejo gato le advirtió a Dalan: “No te asustes. Solo haz lo que te digo”. Cuando Malang bajó del bote, Dalan se le acercó e imitando la voz de su hermana, le dijo: “Este es un gato viejo de la casa de mis padres. Mi mamá cree que nos puede ayudar en casa”.

 

Cuando regresaron a casa, Malang quiso recuperar la flor de Malan. Dalan rebuscó en su cabello y gritó intencionadamente: “¡Dios mío, la flor ha desaparecido! Tal vez la perdí en el camino”.

 

Malang se fue al camino a buscarla e incluso llegó hasta la orilla del río, pero no la encontró. Estaba muy cansado y se acostó en una roca a descansar. Se durmió sin darse cuenta.

 

Malang tuvo un sueño. En el sueño vio a Xiaolan forcejeando en el río. Él se lanzaba a ayudarla, pero los dos eran separados por una ola levantada por el demonio del río. Malang despertó bruscamente y se preguntó: “¿Algo acaso le ha sucedido a Xiaolan?”.

 

El pequeño pájaro que tenía la pata herida llegó volando a la casa de Malang y gritó: “¡El viejo gato le arrebató la flor de Malan y empujó a Xiaolan al río!”. Pero Malang no estaba en ese momento en casa y el pajarito se volvió a ir volando. Dalan y el viejo gato se pusieron nerviosos al escuchar lo que había dicho el pájaro. Entonces, Dalan le pidió al gato que le diera la flor de Malan, pero el gato no quiso.

 

El pajarito finalmente encontró a Malang en la orilla del río y le contó toda la historia. Malang regresó presuroso a casa, pero el malvado gato ya había escapado. Dalan le pidió disculpas llorando a Malang, pero él le dijo: “No tenemos tiempo. Debemos recuperar la flor de Malan. Es la única forma de salvar a Xiaolan”. Rápidamente convocó a sus amigos animales para ir en busca del viejo gato.

 

Lo encontraron en el acantilado. El gato estaba sosteniendo la flor de Malan y diciendo: “Flor de Malan, flor de Malan, tráeme un gran carruaje tirado por caballos”. “¡La flor de Malan solo ayuda a las personas diligentes y bondadosas!”, le dijo un enojado Malang y le arrebató la flor. Producto de la pelea, el viejo gato cayó del precipicio.

 

Frente al río, Malang levantó la flor de Malan y recitó: “Flor de Malan, flor de Malan, no temas al viento, no temas a la lluvia. Te habla una persona diligente. Por favor, ábrete y envía de vuelta a Xiaolan”. Apenas terminó de hablar, una flor de loto sacó del agua a Xiaolan.

 

Dalan se apresuró en ir hacia su hermana y la abrazó con vergüenza y llorando. Malang levantó la flor de Malan. El Abuelo Árbol y los amigos animales empezaron a cantar: “La flor de Malan florece en la montaña Malan y así viene toda la felicidad”.

 

 
 
*Este cuento pertenece a la serie Libros Ilustrados de Historias Chinas, dirigida a los niños hispanohablantes. Los interesados en adquirirla pueden comunicarse con la editorial Blossom Press (Tel.: 0086-10-68996050, 68996618. Fax.: 0086-10-88415258. E-mail: minmin9305@163.com).

 

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Editor: Wu Wen Da-->

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