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Lecciones de una maestra mexicana

2022-07-27 15:27:00 Source:China Hoy Author:WU KAI
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La vida en China será un hermoso recuerdo para Laura Briseño.

“Nunca pensé en conocer China alguna vez en mi vida”, señala Laura Briseño, profesora mexicana que imparte clases de español en la Universidad de la Ciudad de Beijing (BCU).

Briseño estudió letras hispánicas en la Universidad de Guadalajara y comenzó a dedicarse a la docencia incluso antes de que terminara su carrera universitaria. Al principio, brindaba clases de literatura, español e historia en escuelas de enseñanza media y bachillerato en México, y hace aproximadamente 12 años comenzó a dar clases de español como lengua extranjera. Recientemente terminó la maestría en educación en línea.

 

Llegada a China

Al recordar su llegada a Beijing, Briseño no puede contener su emoción. “Unos meses después de terminar un diplomado ELE en 2019, recibí una llamada de mi profesora de ese entonces, quien me explicó que un amigo suyo trabajaba en China y que quería regresar a México, por lo que había una vacante en la Universidad de la Ciudad de Beijing y me preguntó si me interesaba”. Laura Briseño cumplía con todos los requisitos para el cargo. Si bien no quería separarse de su familia, luego de una extensa meditación, llegó a la conclusión de que era una oportunidad que no podía dejar pasar. “Al final, me decidí y aquí estoy”, dice con una sonrisa.

Enseguida, se puso en contacto con el encargado del departamento de español de la universidad para dar inicio a los trámites. “Fue un proceso largo, pues había que legalizar los documentos de manera estatal, pero finalmente pude conseguir la visa. Todo valió la pena, incluida la larga espera”, puntualiza Briseño. De este modo, tras un vuelo de 23 horas, la mexicana llegó a Beijing en agosto de 2019.

Cuando Briseño comenzó su nueva vida en Beijing, tuvo sentimientos encontrados. Por una parte, estaba muy emocionada de trabajar en un país que consideraba maravilloso y sumamente interesante debido a su historia y cultura, pero, por otro, estaba francamente aterrada. “Era un mundo completamente distinto para mí, todo era nuevo”, admite. Una de las principales dificultades con las que se topó la mexicana apenas llegó fue la barrera idiomática al salir a la calle, aunque a veces podía arreglárselas con el inglés. La segunda dificultad era crear un entorno dinámico en las aulas. Si bien esta fue una tarea un tanto ardua al principio, poco a poco ha ido construyendo un buen ambiente de estudio junto con sus estudiantes. En la actualidad, Laura Briseño se desempeña como profesora de tiempo completo en la Universidad de la Ciudad de Beijing, con 14 clases por semana.

Antes de su llegada, Briseño ya tenía ciertos conocimientos sobre China relacionados con su historia durante la antigüedad, algunas dinastías y personajes como Confucio. Los aportes que ha hecho el país al mundo, con inventos como la pólvora y la medicina tradicional, así como su acelerado desarrollo económico en las últimas décadas, también son algunos de los aspectos que más destaca.

Como sus alumnos, Laura Briseño también ha sido testigo del singular momento que atraviesan China y otros países como consecuencia de la pandemia. “Ha sido difícil para todos. De un momento a otro cambió toda nuestra dinámica y la concepción del mundo que teníamos. Pienso que todos hemos aprendido una nueva normalidad, ajustándonos a las medidas que se han propuesto para contener la pandemia. En cuanto a las medidas del Gobierno chino, me parece que han acertado en casi todo, pues han sabido controlar muy bien el número de contagios”.


Celebración del Año Nuevo de 2019 con sus alumnos en la Universidad de la Ciudad de Beijing. Fotos cortesía de la entrevistada

Aprender jugando

“La profesora Briseño es una hermosa maestra mexicana que es querida por todos”, menciona Hu Haoyang, una de sus alumnos. Según estos, la docente es una persona optimista y responsable, que como maestra de profesión también es un modelo a seguir. Planifica cada detalle de la clase con esmero, a fin de que sus alumnos logren “jugar mientras aprenden y aprendan jugando”. Además, Laura Briseño siempre está abierta a escuchar las sugerencias de sus estudiantes para que la clase sea más acorde a sus necesidades. “Todos los días, nos pide que primero escribamos la fecha en el cuaderno, recordándonos que debemos estar al son del tiempo”, agrega Hu Haoyang, quien la ve no solo como su profesora, sino también como una amiga y promotora de diferentes culturas.

Para el estudiante Li Dongxuan, Laura Briseño también ha sido una guía importante en su vida. La familia de Li no estuvo de acuerdo con la elección del español como carrera. Para sus padres, esta apuesta representaba un futuro incierto y preferían que su hijo cursara los exámenes para convertirse en funcionario. “Pese a que amo mi carrera, una vez recibí una llamada telefónica de mi padre y tuvimos una discusión al respecto, lo que me dejó muy contrariado”, recuerda Li. Al darse cuenta de ello, la profesora Briseño le dijo algo que hasta ahora recuerda muy bien: nadie puede decidir tu vida excepto tú mismo. Según la profesora, si renunciaba a algo que realmente le gustaba tan fácilmente, luego se arrepentiría por no haberse esforzado lo suficiente. El arrepentimiento en ese momento sería, sin duda, más doloroso que el tormento presente. “Sus palabras me inspiraron y abrieron un camino”, expresa Li Dongxuan. “De este modo, luego de pensar por mucho tiempo, logré convencer a mis padres y conseguir su apoyo para mi futuro desarrollo”.

Los alumnos de Laura Briseño son afortunados, pues tienen una profesora amable y responsable. Su mejor cualidad, según dicen, es su sinceridad. Su preocupación es genuina y natural, algo que muchos profesores no tienen. Muchos estudiantes universitarios que están por graduarse enfrentan una dicotomía: por un lado, quieren recibir la misma preocupación que recibiría un niño, pero, por otro, también se sienten deseosos de que se les trate como adultos. Laura Briseño entiende muy bien esta ansiedad, por lo que ha podido darles consuelo a su manera y aliviar sus preocupaciones.

Por motivos personales, Briseño regresará este año a México. Al referirse a sus impresiones sobre Beijing, la mexicana expresa que es una ciudad con los mayores atractivos del país por el hecho de ser también la capital. Asimismo, es sumamente cosmopolita y ofrece diversas opciones para los extranjeros como ella. Es una ciudad enorme que crece cada día y que está cambiando constantemente. “Lo que más me atrae de Beijing es eso, todas esas opciones para los extranjeros, pero que, al mismo tiempo, no deja de lado su encanto folclórico”.

Respecto a las cosas que más la han marcado en sus tres años en China, Briseño sonríe. “Han sido muchas, la verdad. La riqueza de la cultura, la historia, la capacidad de cambio que no se detiene, pues cuando menos te lo esperas, han construido un edificio nuevo, más grande e impresionante que el que había antes; hay muchas cosas, la belleza de los lugares emblemáticos como la Ciudad Prohibida y el Templo del Cielo en Beijing”. La profesora ha tenido la oportunidad de conocer otras ciudades chinas. En Shanghai, por ejemplo, disfrutó mucho del recorrido por el Bund. “Hay muchos lugares interesantes y hermosos como la famosa Torre de Shanghai o las playas de Sanya, en la provincia de Hainan, por nombrar algunos. En Chongqing y Chengdu pude saborear sus deliciosas ollas calientes, uno de mis platos favoritos de la comida china. Cada lugar tiene su encanto, tanto en las grandes ciudades como en sus zonas más rurales. Para mí es un hermoso recuerdo que vivirá por siempre”. 

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Editor: Wu Wen Da-->

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