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Entre el arte y la cultura

2021-08-04 11:45:00 Source:China Hoy Author:MAGDALENA ROJAS
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Isabel Cervera llegó a la capital china en septiembre de 2020 en medio de la difícil situación que ha afectado al mundo producto de la pandemia. Reconoce que la actual coyuntura no ha sido fácil y que se han tenido que ir adaptando a las nuevas modalidades que los tiempos exigen sobre la marcha, como también lo ha tenido que hacer el resto de las personas. Aun así, la nueva directora del Instituto Cervantes en Beijing se mantiene optimista respecto al futuro y tiene grandes ideas por delante.

 

15 de marzo de 2021. Isabel Cervera en la proyección de Sanmao: la novia del desierto, celebrada en el Instituto Cervantes en Beijing.

 

Un hervidero de experimentación

 

Si bien no ha cumplido aún un año desde que aterrizó, el vínculo de Isabel Cervera con China se remonta a fines de la década de 1980. Fue en ese entonces que llegó como alumna becaria a la capital para hacer una estancia, primero en la Universidad de Beijing, donde se dedicó al aprendizaje de la lengua, y luego en la Academia Central de Bellas Artes, donde aprendió, entre otras cosas, caligrafía. Eran momentos en los que China se aprestaba a grandes cambios, por lo que se vivía un ambiente muy especial que Isabel Cervera recuerda con gran cariño. “La gente de mi generación de aquella época tenía muchas propuestas culturales que hacer y era todo un gran hervidero de experimentación”, señala la española, quien es historiadora del arte y ha dedicado gran parte de su carrera profesional al mundo académico y a la investigación. “Todo te sorprendía, todo te interesaba y todo te atrapaba, lo cual también era el espíritu propio de la época y de la edad que tenía en esos momentos”, agrega.

 

Esos dos intensos años de estancia posdoctoral quedaron fuertemente grabados en su memoria, tanto así que siguió viniendo a China a realizar investigaciones, exposiciones, o bien, de viaje. En su calidad de profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, Cervera ha dictado diversos cursos relacionados con su especialidad, como Historia del Arte de Asia Oriental, Historia del Arte de China, entre otros. Además, ha realizado investigaciones referentes al budismo, al intercambio a través de las antiguas rutas comerciales y sobre la zona de Turpan, en la región autónoma uigur de Xinjiang.

 

La nueva cara del Instituto Cervantes

 

Isabel Cervera debió haber llegado a Beijing en febrero del año pasado, pero terminó haciéndolo en septiembre, por lo que al inicio de sus labores no conocía personalmente a su equipo y varios estaban dispersos trabajando de forma telemática desde diferentes rincones. De todas formas, la madrileña ha seguido con la frente en alto, incursionando en nuevos formatos en línea para llevar a cabo conversatorios, exposiciones, cursos, ciclos de cine y otros encuentros.

 

La tarea de la española de promocionar la lengua y cultura de Hispanoamérica no es menor, sobre todo después del importante legado dejado por Inma González Puy, exdirectora del Instituto Cervantes en Beijing y quien ahora dirige la Biblioteca Miguel de Cervantes en Shanghai. “Inma González Puy y yo nos conocemos de aquella época lejana de China, así que para mí es un placer y un honor poder seguir su labor, y además un gran reto”, indica Cervera. “Estamos en una época especial de nuevos retos en que todo debemos verlo de una manera distinta, aunque nuestra labor fundamental de promover la cultura en español es la misma, simplemente cambiará la forma”. Para ello, Isabel Cervera cuenta que sus dos principales aliados son las embajadas latinoamericanas en Beijing y la Unión Europea, con las cuales colaboran de forma continua. Además, quiere incorporar nuevos actores a la red del Instituto Cervantes para estrechar más la cooperación, como instituciones locales que permitan insertarse entre nuevas audiencias.

 

En comparación con el inglés, el español ha tenido un desarrollo más tardío en China, pero a paso sostenido. Aunque se barajan diferentes cifras, en la actualidad una de las estimaciones es que hay aproximadamente 60.000 chinos estudiando español, lo cual responde, en gran medida, al crecimiento económico de las últimas décadas. “Creo que las oportunidades que ha tenido el país en los últimos 25 o 30 años han permitido, en general, abrir un mundo de posibilidades infinito a todas esas generaciones que han crecido y estudiado durante esos años”. En ese sentido, Isabel Cervera apuesta a que el español sea reconocido no solo como un idioma ligado a la cultura o al turismo, sino que sirva también como una herramienta profesional y un activo. En ese sentido, la directora del Instituto Cervantes en Beijing siente que existen amplias perspectivas a futuro. “Se necesita soporte para que toda esa red de universidades, que están creando muchos departamentos de español, además de las escuelas y colegios, tengan los profesionales adecuados”, explica.

 

Aunque Cervera no se atreve a hablar de proyectos específicos en carpeta de cara a los próximos meses –ya que la situación todavía es volátil y los planes se pueden ver alterados–, existen varios objetivos generales. “Vamos a continuar con esta línea que tenemos abierta llamada La ciudad como laboratorio de ideas, en la que intentamos que con profesionales, primero de España y China, pero a la que se están sumando también profesionales de otros países como México, compartamos problemas globales”.

 

Isabel Cervera escala la Gran Muralla a las afueras de Beijing. Fotos cortesía de la entrevistada

 

Un hogar lejos de casa

 

Aunque en esa primera época a fines de la década de 1980 todo era extraño y novedoso, con el paso del tiempo, Isabel Cervera ha ido encontrando cada vez más similitudes entre su natal España y China. “Muchas veces me he sentido sorprendida por la cantidad de puntos en común que podemos llegar a tener, a pesar de que haya cosas que las expresamos de manera diferente y que pueden tener caras distintas”, sostiene. En esa línea, Cervera observa la familia, el valor de las relaciones personales y lo que se gesta en torno a la mesa de comida en tanto un espacio de sociabilidad, como algunos de los puntos donde ambas culturas comparten un fuerte nexo. Así, lo que podría parecer tan lejano en primera instancia, se hace mucho más cercano de lo que se creía.

 

Al mismo tiempo, la directora del Instituto Cervantes explica que China le ha servido para abrir su horizonte y ampliar muchos conceptos relacionados con el trabajo, el sentido de la belleza, el mundo artístico, el uso y el valor de la cultura, entre otros. Las relaciones humanas que ha forjado también cobran un sentido particular en lo que respecta a su experiencia con China. “Personalmente también creo que la aportación más importante es a través de las personas que a lo largo de todos estos años he podido conocer y que seguiré conociendo, las cuales enriquecen con sus aportaciones cotidianas y profesionales nuestra propia visión del mundo”.

 

Visitar galerías y museos, ir a ver espacios históricos y caminar sin rumbo por la ciudad son algunos de sus pasatiempos favoritos. “La ciudad es una megalópolis con todos sus problemas y ventajas, pero luego están las personas que hacen los barrios”, apunta. “Hay un fuerte contraste entre la ciudad y la vida cotidiana de un barrio, donde todavía hay escenas muy entrañables de cosas callejeras”. Queda mucho por descubrir y varios proyectos por implementar, pero Isabel Cervera se muestra deseosa de dar lo mejor de sí en los años que le restan en China para seguir impulsando la cultura y lengua de Hispanoamérica hacia adelante.

 

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Editor: Wu Wen Da-->

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