Primera página>Extranjeros en China

De paciente profesora a decidida emprendedora

Source:China Hoy Author:MAGDALENA ROJAS
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Uno de los pasatiempos favoritos de Andrea Gottschalk es visitar sitios históricos en Beijing.

 

China no estaba en los planes de Andrea Gottschalk, pero tras una década deambulando por las calles y rincones de Beijing, la ciudad se ha convertido en el segundo hogar fuera de su natal Argentina, brindándole múltiples oportunidades, aprendizajes y un cambio de 180 grados.

 

De la Gran Manzana a la Gran Muralla

 

Cuando se asomó la posibilidad de venir a China por primera vez, Andrea Gottschalk estaba haciendo una especialización en la enseñanza de inglés como lengua extranjera en Nueva York. Tenía que hacer una pasantía de seis meses en otro lugar del mundo y, sin darle más vueltas, se aventuró por Beijing. “Una universidad y un instituto de Beijing se interesaron en mi perfil y en una semana tuve una entrevista, contrato por seis meses, fecha para sacar visa y tuve que enviar la documentación”, cuenta la argentina.

 

Lo más difícil, según admite, fue contarle a su familia sobre este rotundo giro en su vida. Además, no volvería a Argentina en marzo como solía hacer todos los años, sino que su vuelo la traería directamente a Beijing. Aun así, el futuro le tenía deparado muchas sorpresas. Esos seis meses luego se convirtieron en nueve, pero ese tiempo tampoco fue suficiente. Al volver a Argentina, experimentó un “choque cultural al reverso” al sentirse extraña en su propio país. “Extrañaba China mucho más de lo que hubiese jamás imaginado”, confiesa.

 

De profesora a fundadora de una empresa

 

Hasta 2014, alternó su vida entre Argentina y China, pasando un semestre en cada país. Esos primeros años se dedicó a la docencia, trabajando en una universidad y en un instituto privado, además de dar clases a diplomáticos de la Embajada de Argentina en Beijing. El ritmo era intenso y colgaba de un péndulo en constante movimiento que se debatía entre un lado y otro del mundo. Por una parte, el lugar que la había visto crecer, donde estaban su familia, amigos, los asados y el mate, y por otra, esa tierra que le había arrebatado el corazón de golpe, donde aún quedaban tantos caminos por conquistar y descubrir. Finalmente, “ganó China”.

 

El cambio de su lugar de residencia también vino acompañado de otro giro. En octubre de 2016, se integró a una empresa local llamada ChinaGoAbroad, dedicada al asesoramiento comercial desde y hacia China. Gottschalk confiesa que al principio no estaba segura de sus capacidades, ya que su rubro siempre había sido la educación. De cualquier forma, aceptó el reto de buena gana, tal como lo había hecho en el pasado. Este fue un punto de inflexión en su vida o, como ella cuenta, “el primer gran paso”, que, al poco andar, la llevaría a fundar su propia empresa de la mano de su gran amigo y actual socio.

 

Mientras ambos tomaban un café, él le explicó en una servilleta de papel su idea, que por aquel entonces ni siquiera tenía nombre. “Así nació Digiant, nuestra pequeña agencia de marketing digital y de ecommerce”, relata.
Andrea Gottschalk en un parque con las plantas de loto como fondo. Fotos cortesía de la entrevistada

 

 

Un puente entre China y Latinoamérica

 

El camino no ha estado exento de dificultades, pero Andrea Gottschalk siempre ha sabido sacar lo mejor de cada instancia y usarla como una forma de aprendizaje. Esa actitud ante la vida también es la que le infundió el señor Chang, CEO de ChinaGoAbroad. “Todo lo relacionado a negocios y asesoramiento comercial aquí se lo podemos enseñar y usted lo puede aprender, pero una argentina en Beijing que pueda explicarnos en primera persona el panorama de la región, comunicarse abiertamente con sus pares y generar la red de contactos que usted tiene en la comunidad latina aquí en Beijing, no se lo puede enseñar nadie”, le dijo.

 

Fueron esas ventajas las que Andrea Gottschalk capitalizó a la hora de crear Digiant. Por un lado, había vivido en China tiempo suficiente para entender cómo funcionaba el mercado local, pero, por otro, al ser latina también entendía la cultura y forma de hacer negocios en Hispanoamérica. De ese modo, ha podido ayudar a empresas latinas que quieren entrar a China a través de estrategias comunicacionales y marketing digital, al igual que a aquellas compañías chinas que tienen sus ojos puestos en Latinoamérica.

 

“Es muy interesante la dinámica en ambos mundos y tenemos la fortuna de brindar apoyo y asesoramiento para ambos”, cuenta Gottschalk. “Lo que más me gusta de mi trabajo –que creo se debe a mi pasado docente– es explicar y educar a nuestros clientes acerca del mercado y consumidor chino. De hecho, tuvimos el privilegio de ser invitados a Costa Rica y Panamá el año pasado para brindar conferencias acerca de este tema y recientemente brindamos webinars para Italia y Perú”, agrega.

 

Sorteando los desafíos

 

China es un mercado extremadamente atractivo, pero, al mismo tiempo, altamente competitivo. Andrea Gottschalk cuenta que muchos latinos se quedaron con una imagen de China de hace treinta o cuarenta años, y no están conscientes de que “sus consumidores son mucho más educados y demandantes” con relación a otros. Por eso, parte de su tarea también es poner las cosas en contexto y aterrizar las expectativas. “Para entrar, y sobre todo mantenerse, y llegar a generar ganancias en el mercado chino es muy importante entenderlo, saber las reglas del juego, conocer bien a los competidores y estar dispuestos a ingresar a un mercado tan atractivo como desafiante”, explica.

 

Asimismo, sostiene que hay un creciente interés de parte de China hacia el exterior, y sobre todo hacia Latinoamérica en los últimos años. “Hemos conseguido, a través de muy buenas relaciones bilaterales y una excelente promoción, posicionar a Latinoamérica como un destino atractivo y confiable”. Así y todo, los desafíos están latentes. La comunicación y la desconfianza son los mayores retos debido a códigos culturales distintos, la barrera idiomática y, en definitiva, a otro modus operandi. En ese sentido, “la confianza de tener una contraparte que pueda entender las dudas, incertidumbres, diferencias culturales y ser un puente de confianza entre un país y el otro” es vital.

 

Todo ello le ha enseñado a la argentina una importante virtud: cultivar la paciencia. Pese a ser un país en constante cambio y movimiento, ha aprendido que a veces es mejor tomarse las cosas con calma. “La frustración no ayuda en esos casos, por lo que hay que respirar hondo y ser paciente”.

 

Andrea Gottschalk agrega que estos años le han enseñado a ser como un “camaleón” o, citando a Bruce Lee, “a ser como el agua y adaptarse”. Desde su vida en Argentina, su paso por Estados Unidos y su llegada a China hace ya una década, si hay algo que está claro es que la vida nunca es estática. “Una de las cosas que más admiro de China es su capacidad de reinventarse. China evoluciona todo el tiempo, lo cual la lleva a estar en constante movimiento y es fascinante ser parte de ese proceso”. Por ello, más vale surfear la ola.

 

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Editor: Wu Wen Da-->

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