Llegué a China en 2014 para cursar un máster en Relaciones Internacionales en la Universidad Tsinghua, con una beca del Ministerio de Educación de China”, dice Jaime Santirso refiriéndose a su llegada al país en el año de su signo en el horóscopo chino, el caballo. “Lo hice movido por la intuición de que entender a China sería fundamental en la configuración del mundo en las próximas décadas”.
Santirso considera que el rumbo del país en los últimos años ha demostrado que esa intuición que lo trajo fue correcta. “Recuerdo como un momento de especial significancia el éxito diplomático que fue la creación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII). Es fascinante vivir el desarrollo de China desde sus tripas. A un nivel personal también ha sido una decisión que celebro”.
La Gran Muralla ayuda a Santirso a conectarse con la historia del país.
Un proceso de aprendizaje
Santirso se graduó de periodismo en la Universidad de Navarra y tiene un máster en Relaciones Internacionales por la Universidad Tsinghua. Colabora en medios nacionales e internacionales, y en la actualidad, hace análisis de política china y asiática para Radio Nacional de España. La primera vez que se encontró con el tema de China, profesionalmente hablando, fue en un boletín informativo para la radio de la Universidad de Navarra. “Una de las noticias del día era el congreso chino en el que Hu Jintao designó a Xi Jinping como sucesor de manera oficial. Nueve años después, yo ya estoy trabajando en Beijing”.
Vivir en China ha transformado su visión del país, su cultura y su gente. “Los puentes culturales entre China y Occidente todavía son demasiado frágiles y escasos, aunque no me cabe duda de que esa es una tarea en la que se escalará en los próximos años a un ritmo frenético”, menciona Santirso teniendo en cuenta que China es un territorio altamente estereotipado, “y el estereotipo no es más que la forma más básica de conocimiento”. Estar en China ha transformado su vida de una forma inesperada. “Vivir el país desde dentro, sin duda, conlleva un gran proceso de aprendizaje. Pero vivir en China no ha transformado solo mi visión del país, también ha transformado la visión de mi propio país. Salir de mi civilización hace que vea mi hogar desde otra perspectiva”.
En Beijing compagina con éxito su labor profesional y la producción literaria. “Tengo la convicción de que, en lo que a literatura se refiere, China se puede equiparar a la mostaza: basta una pequeña gota para que un bocadillo no sepa a otra cosa. Por ello en este libro hice un esfuerzo por dejar a China fuera”. En 2018 Ediciones TREA publicó Encuentro, su primer poemario, una obra construida a través de la combinación de verso y prosa. Como buen poeta defiende con claridad la no inclusión de China en su primer libro. “Dada la excepcionalidad que supone vivir en China hoy, eso hubiera ido en contra de la universalidad, principio que considero el criterio fundamental a la hora de considerar la poesía intimista como relevante, e incluso para justificar su existencia”. El poema Olvido que aparece en el libro Encuentro, dice: “Siempre había una ligera molestia que toleraba en aquellas visitas familiares. Personas que se interponían en la liturgia de mi despertar y se apropiaban de mis objetos personales, como aquella taza, guardada durante años en un estante aparte de la cocina, la cual contenía ahora el café con leche en el que mi tío mojaba sus tostadas, lo que, para mi sorpresa, me dio igual. El último lugar del que ella se marchó, fue de sus regalos, que se convirtieron en objetos ordinarios como una taza de café”.
Estar en China es de cualquier forma un vínculo espiritual ineludible. “El hecho de ser un individuo que vive en China recubre de manera implícita mi escritura”. Ha participado en eventos literarios internacionales como el II EU-China International Literary Festival celebrado en Shanghai, como representante español, y la XXXI Semana Negra de Gijón. Su trabajo fotográfico ha sido incluido en la muestra de fotógrafos hispanos en China del Instituto Cervantes de Beijing.
Jaime Santirso representa a España en el II EU-China International Literary Festival, celebrado en Shanghai en 2018. Fotos cortesía del entrevistado
Hacer las cosas mejor
China es un tesoro cultural bajo el cielo, un regalo para los escritores. En el caso de Jaime Santirso, la Ciudad Prohibida ejerce una auténtica fascinación. “La he visitado en múltiples ocasiones y cada vez que lo hago saboreo el enorme privilegio histórico que supone poder pasear por su interior”. El autor español ha descubierto algo mágico, quizá sea el sueño imposible de atrapar el pasado. “Sigo contemplándola como un majestuoso acertijo para el que no hay solución. Hace unos meses hice algo que tenía pendiente desde hace mucho: pasé el día sentado en uno de los bancos en el interior, escribiendo durante horas un largo poema”. La poesía surge en cualquier sitio conectando culturas como puentes invisibles que buscan la inmortalidad. Podría ser un arma para escudarse de la nostalgia. “Desdeño de la nostalgia como pasatiempo: recuerda que soy asturiano y no gallego. Disfruto de estar aquí ahora. Como decía un amigo, ‘la rutina es una belleza que se desnuda a diario’”.
Esa belleza conecta con los sabores únicos de la gastronomía china. Los muchos estilos culinarios del dragón asiático han recibido elogios de los más importantes chefs del mundo, como el español Ferran Adriá. “Uno de los grandes descubrimientos que he hecho durante mi tiempo en China, quizá el principal, es la berenjena y sus deliciosos resultados cuando se la trata con cariño. Nunca estaré lo suficientemente agradecido”.
En marzo de 2018 se cumplieron 45 años de relaciones diplomáticas entre China y España. En noviembre de ese año el presidente chino, Xi Jinping, visitó el país y se reunió con el rey Felipe VI, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, quien le entregó la Llave de Oro de la capital española. El protocolo marca que los jefes de Estado que están en Madrid de visita oficial reciben la Llave de Oro de la ciudad, según el Reglamento de Protocolo y Ceremonial del Ayuntamiento de diciembre de 1988. Se entregan en coordinación con el Ministerio de Exteriores, en virtud de un acuerdo con el Gobierno español. “Desde el establecimiento de lazos diplomáticos entre China y España, la relación bilateral ha resistido cambios en el panorama internacional y ha gozado de un desarrollo saludable y estable, y observo que la amistad se ha mantenido tan fuerte como siempre”, dijo Xi.
Sobre los vínculos entre su país y China, Jaime Santirso opina: “Lo veo como el hijo que ve a su padre intentando ligar: con un poco de vergüenza y la convicción de que se podrían hacer las cosas mejor. España es un país volcado hacia sí mismo. Nuestra presencia exterior se mueve con calma e inseguridad y, como la mayoría de nosotros, suele llegar tarde”. Su vida en China seguirá demostrándole la excepcionalidad de vivir un país desde adentro.